A pesar de la expectativa que había generado, muchos nos quedamos con el sabor amargo de habernos encontrado con un debate pobre, sin propuestas ni respuestas, limitado a la repetición de slogans del estilo: Scioli es Cristina vs Macri es el ajuste.
Ambos candidatos priorizaron temas a los que no se habían referido hasta que Sergio Massa los incluyó en la agenda pública, pero ninguno de los dos explicó cómo ni con quienes ejecutarlos; es decir, se trató de puro marketing político en un debate del que todos esperábamos más.
En los debates importa lo que se dice, porque compromete a los candidatos frente a la ciudadanía, pero también lo que se omite. Las mujeres y sus problemas estuvieron doblemente invisibilizados.
Por un lado, no hubo ninguna periodista en la presentación.
Por el otro, y a pesar de que las cuestiones de género estaban expresamente mencionadas entre los temas a debatir, ningún candidato profundizó en la materia. Continuar leyendo