La inauguración del Metrobús parece ser un guante a la medida de los propósitos del macrismo. “La gestión no tiene color político”, dicen los funcionarios que cortan la cinta del carril que se extiende a lo largo de la avenida 9 de Julio. Detrás de las inauguraciones del gobierno PRO está la pretensión de que la Ciudad se podría gobernar al margen de los antagonismos sociales. Para sus metrobuses o estaciones de subte, Macri nos exige una unanimidad nacional o, al menos, porteña.
Pero el Metrobús no escapa a una orientación social definida. La misma que mucho antes del jefe del PRO, levantaron los Grosso, De la Rúa o Ibarra: hacer de la Ciudad la “capital turística y financiera del Mercosur”. Ello, a expensas de los derechos y necesidades de la población que trabaja y vive en ella.