En Venezuela y en la Argentina se viven procesos políticos con algunos puntos en contacto. Gobiernos caracterizados como populistas de izquierda, que cuentan con bases de apoyo en las clases populares, generan fuertes resistencia en sectores importantes (no mayoritarios) de la población, sobre todo grupos de clase acomodada y clase media en las grandes ciudades. La implosión de los partidos que históricamente representaban a esas clases medias (AD y COPEI en Venezuela, la UCR en Argentina), sin embargo, ha dificultado la traducción de ese descontento en un proyecto político encolumnado detrás de una alternativa partidaria concreta, aunque en el caso venezolano, y luego de varios años de oscilación, el liderazgo de Henrique Capriles se ha solidificado. En Argentina, sin embargo, existen varios proyectos personales incipientes que no terminan de instalarse como liderazgos unificantes (Mauricio Macri, Hermes Binner, y otras figuras de menor instalación nacional.)