Quiénes fueron los ganadores del domingo

Dije en este espacio hace sólo cinco meses que lo más probable es que en octubre “todos hayan ganado algo.” ¿Sigue siendo eso cierto a la luz de las PASO? ¿Todos ganaron? ¿Quien ganó más? Lo que sigue es una revisión de esa tesis, teniendo en cuenta los resultados de ayer. Se enumeran de mayor a menor los “más ganadores” de las PASO:

1. Sergio Massa

Da vértigo pensar que hace sólo cinco meses pareciera probable, o por lo menos posible, un arreglo entre el Frente para la Victoria y el massismo para compartir lugares en las listas o, al menos, competir conjuntamente en las PASO. Por supuesto, sabemos ahora que tal cosa nunca sucedió y que Sergio Massa decidió intentar convertirse en el principal líder opositor. Es, también, el principal ganador de la noche del domingo; su arriesgada jugada de presentar una lista propia de diputados pagó con creces, y derrotó por seis puntos al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Su victoria incluyó no sólo los barrios de Tigre y los partidos adyacentes, sino partidos dentro del corazón de la zona supuestamente fortificada por el kirchnerismo, como Avellaneda o Lanús. (En un llamativo doblez histórico, Massa tuvo resultados no tan estelares en zonas del interior bonaerense que fueron el epicentro de la derrota del kirchnerismo en 2009.)  La imagen que logra proyectar (joven, desideologizado, antikirchnerista sin culpa pero también sin odio) parece haber conectado con una demanda social del momento. Los empresarios y otros actores colectivos con poder demostraron que están dispuestos a encolumnarse detrás suyo. Hay que ver cómo estructura Sergio Massa su trayecto hasta octubre y, sobre todo, hasta 2015, pero es innegable que resultó el gran ganador de las PASO.

2. La UCR, el FAP y Elisa Carrió

La UCR y el FAP son dos de los ganadores de la fecha pasada, junto a Elisa Carrió. La decisión del FAP, la UCR y la dupla Carrió-Solanas de organizar una primaria verdaderamente competitiva se reveló como muy acertada. La posibilidad de participar en una interna pareció entusiasmar a un número importante de personas, y el espacio UNEN resultó ganador en la Ciudad de Buenos Aires. Con una lista a diputados encabezada por Elisa Carrió (quien sin dudas resulta convocante en la Ciudad en elecciones legislativas) no sería impensable que UNEN gane en octubre y quede bien posicionada para ser el challenger del PRO en 2015. Igualmente, en Provincia de Buenos Aires volvió a demostrarse que la UCR como identidad política sigue viva y que Margarita Stolbizar, haciendo campaña al viejo estilo y casi sin acompañamiento de su partido, logra siempre resultados que superan a lo que dicen las encuestas. Si le sumamos a esto la victoria de Julio Cobos en Mendoza, una impensada victoria en La Rioja y el hecho de que la UCR seguirá siendo el segundo bloque en el Senado, el viejo partido parece en camino, no de ganar inmediatamente, pero sí de recomponerse.

Por su parte, el FAP salió también salió airoso. Venció holgadamente en Santa Fe y su líder, Hermes Binner, puede intentar proponerle a la UCR un trato atractivo: la UCR tiene más implantación territorial, pero no tiene ningún dirigente propio con el conocimiento de Binner. Hay en el FAP inclusive quienes piensan que en el 2015 una fórmula de Hermes Binner con un/a radical (¿Ernesto Sanz? ¿Julio Cobos? ¿Margarita Stolbizer?) podría ganar en las elecciones presidenciales si el peronismo fuera dividido en dos fórmulas, una kirchnerista y una anti-K.

3. El Frente de Izquierda

Dije en este espacio hace un tiempo que el FIT haría una buena elección, y esto se cumplió. Logró alrededor de cuatro puntos en la ciudad de Buenos Aires y la misma cifra también en provincia, ocupando así el lugar de cuarta o quinta fuerza en disputa en ambos distritos. No sólo eso, sino que logró hizo elecciones aún mejores en Salta (11%) y Neuquén (6%). No son resultados competitivos todavía, pero son mucho mayores de los márgenes históricos de la izquierda.

4. El PRO

El PRO tiene cosas para festejar, pero no demasiadas. En su territorio, quedó segundo detrás de UNEN y perdió una gran cantidad de votos desde la elección de Mauricio Macri a jefe de gobierno. Su lista de diputados sacó varios puntos menos que su lista de senadores, mostrando que la figura del rabino Sergio Bergman no resulta tan atractiva como la de Gabriela Michetti. Y si bien el PRO tuvo buenos resultados en Córdoba y Santa Fe, en donde Miguel Del Sel quedó segundo, fue sin embargo derrotado en Entre Ríos, en donde llevaba como candidato a la figura emblemática de De Angeli. Si sumamos a esto que el PRO no presentó lista propia en provincia de Buenos Aires, se verá que su destino de fuerza nacional de centroderecha está aún en construcción.

5. El Frente Para la Victoria

Se hace más difícil defender la idea de “todos ganaron algo” con respecto al FpV. Es cierto, el FpV resultó la fuerza partidaria más votada a nivel nacional y, si se mantuvieran estos resultados, no perdería casi diputados y senadores con respecto a los que renueva. Pero la victoria es autodemostrativa: si una persona debe justificar por qué ganó, uno puede estar seguro de que no lo hizo. El FpV perdió casi 30 puntos con respecto al 54% del 2011, sufrió una dolorosa y amplia derrota en Provincia de Buenos Aires, y fue también derrotado en un número de provincias, incluyendo Santa Cruz, La Rioja y San Juan. Además, resulta incorrecto especular hoy con el mantenimiento del número de bancas, ya que esto significa suponer que el FPV podrá mantener intactos sus números de ayer en octubre. Podría, sin embargo, inclusive perder votos de aquí a octubre si los gobernadores e intendentes se apresuran a intentar saltar al carro de ganador de Massa -un riesgo presente dado el diseño institucional de las PASO que funcionan casi como un primera ronda. El FpV sufre el desgaste electoral esperable en una fuerza que gobierna hace diez años, y sufre también las consecuencias de una combinación de errores propios (sobre todo la inflación y problemas relacionados con el hábitat) con una peor coyuntura económica internacional. Sin embargo los reportes del fin del kirchnerismo, ya se sabe, son aventurados, y esta fuerza ha demostrado una sorprendente resiliencia. Habrá qué ver si logran relanzar la campaña de aquí a octubre.

6. Francisco De Narváez

De Narváez vio el capital político que había conseguido en el 2009 evaporarse a la luz de dos datos: primero, su incapacidad legal de lanzarse decididamente entonces a la presidencia, y luego el ascenso de Sergio Massa que licuó su perfil decididamente. Inclusive, en los últimos días se han leído pedidos para que De Narváez baje su candidatura. Tal vez éstos no se repitan dada la ventaja amplia que sacó Massa, pero resulta difícil imaginar un lugar para el denarvaísmo que no sea como aliado o satélite del massismo.

Ganadores y perdedores del cierre de lista

Las listas están cerradas, los Rubicones cruzados y aunque falta todavía para octubre, ya hay ganadores y perdedores. Veámoslos.

Ganadores:

Sergio Massa: Venía en ascenso rápido. En poco tiempo pasó de joven militante con pertenencia en la UCEDE a director de la Anses y luego a jefe de Gabinete de Ministros de Cristina Kirchner. Sin embargo, su alejamiento del cargo y luego la revelación de sus declaraciones críticas a Néstor Kirchner en reuniones con miembros de la embajada de Estados Unidos parecieron haber ralentado, si no detenido, su subida. Hoy sin embargo Sergio Massa es sin duda el mayor ganador de este momento. Su candidatura despierta expectativa, se ha consolidado como el principal dirigente de la oposición para estas elecciones, y se transformó en el mimado de medios y columnistas. Es joven, es dinámico, tiene imagen de buen gestor: su futuro augura grandes cosas. Su discurso, hasta ahora, busca diferenciarse de la línea antikirhnerista más furiosa, con una línea de continuación con diferencias y no de eliminación total de las políticas implementadas por este gobierno. Sin embargo, éste es también su mayor desafío, lograr llegar al 2015 caminando “por el centro” y resistir los reclamos de los antikirchneristas más furibundos, que sin duda querrán empujarlo a un discurso más apocalíptico.

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