¿Qué pasa si en las elecciones de octubre ganan todos? Me explico: no es imposible (de hecho es plausible) pensar que las elecciones de octubre den como resultado un escenario en el todos los actores sean, o al menos puedan proclamarse, ganadores.
Es posible (tal vez incluso probable) que, aun a pesar de una eventual pérdida de caudal electoral, el FVP sea la fuerza más votada a nivel nacional (o sea, si uno suma de manera más o menos arbitraria las diversas listas y colectoras que en las provincias vayan con la sigla FPV o como aliados). En la provincia de Buenos Aires, si el FPV logra presentar una lista en la cual se distribuyan lugares al sciolismo (difícil hoy, mas no imposible), el massismo y a Unidos y Organizados, es casi seguro que será el más votado. Esto es así, más allá de los méritos o deméritos del gobierno nacional, por la dispersión de la oposición. Entonces, el gobierno nacional podría eventualmente declararse “ganador” de la elección y reivindicar el liderazgo de la Presidenta.
Por otra parte, es casi seguro que el PRO resultará el partido más votado en su distrito, la Ciudad de Buenos Aires, y tal vez haga una buena elección en provincia de Buenos Aires, dependiendo de cómo quede finalmente configurada su lista. Por eso, el PRO podría también eventualmente declararse ganador de la jornada, esta vez, en tanto la fuerza opositora con mayor proyección al 2015.
Sin embargo, también es probable que el FAP haga una buena elección en su provincia, Santa Fe -aunque aquí resta ver el impacto de la crisis de la inseguridad-, y que su lista de diputados haga un buen papel en la Ciudad de Buenos Aires. Si Margarita Stolbizer logra armar una lista conjunta con la UCR y logra una buena elección en provincia de Buenos Aires, y si a esto se sumase una buena elección en CABA y algún resultado saliente en alguna ciudad del interior, podría entonces el FAP proclamarse como la mejor alternativa al kirchnerismo en 2015 desde la centroizquierda.
Aun Pino Solanas (quien a esta altura no está claro si está dentro o fuera del FAP) y Elisa Carrió podrían declararse ganadores, o al menos muy satisfechos, si el primero queda segundo en la elección al Senado en Capital y ella logra renovar su banca.
Aún la izquierda de Altamira y Castillo podría obtener un buen resultado, si iguala o supera su buena (en relación a su historia) elección del 2011.
Pues bien, si esto fuera así, ¿qué sucede? ¿Cuál sería el impacto de una elección con estas características de aquí al 2015? ¿Cómo actuaría Cristina Fernández de Kirchner frente al dilema de su sucesión si ella resulta una de las ganadoras dentro del FPV, pero también “ganan” Sergio Massa y Daniel Scioli? ¿Se verán Massa y Scioli como aliados para 2015, o como competidores? ¿Qué harían ambos si su “victoria” debe compartirse con Unidos y Organizados?
¿Qué sucede con un escenario en la que los gobernadores justicialistas refrendarán sin duda sus liderazgos locales con comodidad, y también podrán proclamarse ganadores? ¿Cómo resolvería la oposición una situación en la que cada una de las fuerzas más importantes a nivel nacional resulta ganadora en su distrito pero no demuestra que puede ganar en otros? ¿Sería un escenario conducente a más estabilidad de aquí al 2015, o de una competencia aún más abierta?