La delincuencia que involucra a menores es como el dengue, el zika, la langosta, la desnutrición: su pervivencia depende principalmente del Estado. Estos flagelos están latentes. Su presencia depende de las políticas que dicho Estado determine aplicar.
Argentina pasó, después de sus terribles dictaduras, por gobiernos democráticos que fueron declinando en sus políticas tendientes a mantener la calidad institucional. El Gobierno del Dr. Raúl Alfonsín fue un ejemplo con el juicio a las Juntas, pero débil en la política económica. Luego comenzó la venalidad de la política, el aumento de la corrupción, la destrucción del empleo con el menemismo (primer gobierno que comenzó con la usurpación del peronismo). Con las administraciones siguientes continuó la saga de los retrocesos, con pequeños ciclos de estabilización y recuperación, hasta llegar al Gobierno de Cristina de Kirchner (otra usurpación del peronismo), con escandalosa corrupción y utilización de los más necesitados para conformar la mayor cartera de clientelismo político. La perseverante tozudez en la mala praxis política terminó dividiendo a los argentinos por la enorme injusticia social entre los que tienen esperanzas y posibilidades de un mañana y los que están condenados a no esperar nada. Continuar leyendo