Por momentos parecería que Argentina trabaja el difícil arte de hacer del todo la nada. Un ejemplo de ello es el caso Alberto Nisman. Ni con un instructivo se podrían cometer tantos errores para alejarnos de la verdad.
La semana pasada se acusó en dos oportunidades a un ex presidente por su supuesta participación directa o indirecta en la muerte de dos personas. Ningún fiscal “recogió el guante”, especialmente en uno de los casos, tal vez por considerar que quien propinó semejante acusación no guarda la debida seriedad. Pero sucede que los dichos provinieron del Dr. Carlos Menem, quien fue dos veces presidente de la República Argentina y hoy es senador de la nación. En el caso de Antonio Jaime Stiuso, el espía por años preferido de la alcoba presidencial kirchnerista, derivó en amenazas encriptadas que sólo entienden los protagonistas. Parece que en nuestra querida Argentina nadie resiste un archivo. Otro ejemplo de cómo vamos hacia la nada.
El presidente Mauricio Macri hace una semana inauguró las sesiones ordinarias del Poder Legislativo, cuando expresó: “Hoy, la Argentina es un país próspero para los narcotraficantes”. Pensar que Argentina fue un país próspero para los inmigrantes y para quienes hicieron de la cultura del trabajo su razón de ser. Este es otro ejemplo de ir hacia la nada. Continuar leyendo