De la nada política a la concreción del todo

María Herminia Grande

Por momentos parecería que Argentina trabaja el difícil arte de hacer del todo la nada. Un ejemplo de ello es el caso Alberto Nisman. Ni con un instructivo se podrían cometer tantos errores para alejarnos de la verdad.

La semana pasada se acusó en dos oportunidades a un ex presidente por su supuesta participación directa o indirecta en la muerte de dos personas. Ningún fiscal “recogió el guante”, especialmente en uno de los casos, tal vez por considerar que quien propinó semejante acusación no guarda la debida seriedad. Pero sucede que los dichos provinieron del Dr. Carlos Menem, quien fue dos veces presidente de la República Argentina y hoy es senador de la nación. En el caso de Antonio Jaime Stiuso, el espía por años preferido de la alcoba presidencial kirchnerista, derivó en amenazas encriptadas que sólo entienden los protagonistas. Parece que en nuestra querida Argentina nadie resiste un archivo. Otro ejemplo de cómo vamos hacia la nada.

El presidente Mauricio Macri hace una semana inauguró las sesiones ordinarias del Poder Legislativo, cuando expresó: “Hoy, la Argentina es un país próspero para los narcotraficantes”. Pensar que Argentina fue un país próspero para los inmigrantes y para quienes hicieron de la cultura del trabajo su razón de ser. Este es otro ejemplo de ir hacia la nada.

La pobreza es aceptada en nuestro país como una institución más, pasó a ser la cuarta pata en donde se apoya la democracia. Su eliminación actualmente es sólo anhelo del discurso. Este dato de la realidad, conjuntamente al hecho de que para eliminarla se tercerizó la responsabilidad del Estado a través de cooperativas, sólo fortaleció la corrupción, el clientelismo y se ha alejado toda posibilidad de ascenso social. Se agrava esta situación si, como repite la ministra de Innovación y Cultura de Santa Fe, Chiqui González: “Para muchos, el Estado es lo único”. Así, vamos hacia la nada.

El mundo se dio un Papa argentino y reconoce en él a un líder espiritual incorruptible por sus principios, pero en Argentina cualquiera chabacanamente se le atreve a la hora del desprestigio, sólo porque faltó una sonrisa.

Como anécdota: la visita de colegios a las ruinas de Cayastá tenía que ver con la historia de la primera fundación de la provincia de Santa Fe. A partir de enero, el motivo turístico pasó a ser recorrer la ruta seguida por los evadidos de la cárcel acusados por el triple crimen de General Rodríguez. Del tour de emprendedores, fundadores y visionarios al tour del raid de la delincuencia.

En los últimos ocho años, la presidente Cristina de Kirchner concentró infinidad de medios y periodistas autodefinidos como militantes. No transcurrieron noventa días del cambio de Gobierno y ese reservorio político que alimentó a través de suculentas pautas oficiales va hacia la nada, al despedir trabajadores, cerrar fuentes de trabajo y tal vez hasta en un futuro no muy lejano, reconvertirse.

El país, productor de leche por excelencia, está atravesado por la quiebra del sector. El senador santafesino Felipe Michlig pidió al Gobierno nacional decretar la emergencia láctea, dado que, en los últimos diez años, de 13 mil tambos han cerrado 4 mil, lo que ha generado la desocupación de 200 mil trabajadores. El consumo per cápita anual se ha reducido entre 10 a 12 litros por año por habitante. Argentina es el país que menos paga al productor lechero (aproximadamente 2,40 pesos el litro) y más cuesta el producto final en góndola (aproximadamente 16 pesos el litro). Esta solicitud se apoya en que Santa Fe produce el 36% del total. Este es un ejemplo que no difiere del de otras cadenas de valor. Este punto es básico para recordar que para salir de estas “nadas políticas”, que traducido significa mucha gente que la pasa muy mal, el Congreso debe pedir al Gobierno un plan económico integral (¿O ya nos conformamos con 30% de inflación, paritarias acordes y muchos argentinos que son explotados por trabajar en negro?). Hasta hoy se conocen listas de despidos, pero no se habla de programas generadores de empleo. Así no se es distinto, así no se advierten las virtudes del cambio.

En el orden internacional, el sueño del metalúrgico Lula da Silva de transformar a Brasil en un país con hambre cero y otras medidas progresistas se desvanece ante las enormes sospechas de corrupción que pesan sobre sus Gobiernos, al igual que el de su sucesora Dilma Rousseff. Lo mismo pasa con Evo Morales y lo que queda de Venezuela en manos de Nicolás Maduro. El progresismo en estos países termina en algo peor que la nada. No nos olvidemos que Argentina tiene una primera fecha en el almanaque de la Justicia que marca el 13 de abril para la ex Presidente.

En este río revuelto de aspiraciones llanas, diputados y senadores debaten si aprueban o no la solicitud internacional de eliminación de la ley cerrojo previa al acuerdo con los holdouts. Esta es la primera prueba de fuego legislativa del Gobierno de Macri. El sector del Frente Renovador junto a otros bloques del peronismo no kirchneristas elevarán un dictamen propio cuya diferencia residirá mucho más en lo político que en lo técnico.

También el movimiento obrero está atravesado por gran actividad. Esta semana habrá una reunión amplia del grupo Castelar en la cual se retomará el tema de la unidad. La inflación que da a conocer el Observatorio Económico Social de la Confederación General del Trabajo (CGT) ronda el 4% y su titular, el Lic. Jorge Sola, se lamenta por la falta de un Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en pleno funcionamiento, para saber cuál es el verdadero número de trabajadores despedidos y licenciados.

Se escuchó decir al dirigente sindical de los estatales, Andrés Rodríguez: “Pensé que la presencia del radicalismo en el Gobierno impediría y pondría racionalidad a los despidos”. Referentes del movimiento obrero están conversando con diputados y senadores, especialmente del bloque gremial, con el objetivo de subir el mínimo no imponible en la modificación del impuesto a las ganancias al importe propuesto por la diputada Elisa Carrió de 48 mil pesos, modificar las escalas y obtener la exención a jubilados. De convertirse este proyecto en ley durante este año, se efectivizaría a partir del 2017.

Para salir de la nada política e ir hacia el todo (léase concreción de un proyecto político), se debe realizar un verdadero cambio, no alcanza con predicarlo, hay que mostrarlo. A propósito, se conocieron algunas avivadas criollas de colaboradores del presidente Macri que nada tienen que ver con el cambio pregonado (ministros Andrés Ibarra y Guillermo Dietrich).