Cuando no trabajar es ganancia

Desde la perspectiva social, el trabajo dignifica a hombres y mujeres. Le da un sentido a la vida y representa un vehículo hacia el progreso. Es uno de los principales ordenadores de la sociedad, tanto de las familias como de los solos y solas. Para tener trabajo -nos enseñaron nuestros padres- tienen ventaja los instruidos por sobre los que no estudiaron y, a quienes madrugan, Dios los ayuda.

Pero en la Argentina del reino del revés, la carga impositiva de ganancias sobre los asalariados y el IVA generalizado a los bienes de consumo básico generan una verdadera disyuntiva que plantea una duda peligrosa: ¿conviene estudiar, esforzarse y trabajar? ¿Es realmente ése el vehículo para el progreso o puede suceder que quien sigue ese camino viva estancado en la pobreza?

Veamos los casos:

- Hoy, una maestra o un profesor secundario a cargo de varios turnos pagan impuesto a las ganancias. La paradoja que se presenta es que hay -de hecho- muchos casos en los que los docentes prefieren renunciar a un cargo porque eso les incrementa el salario, sí, pero la presión de ganancias es tal que el sueldo entero de ese turno se lo va a pagar el impuesto. Es decir que cuantos más turnos tome, menos le conviene porque a medida que el ingreso aumenta, accede a menores descuentos. En este caso, al que madruga, Dios no lo ayuda.

El impuesto a la Ganancia es progresivo. Es decir, que se paga entre el 9 y el 35% de lo que se considera ganancia sujeta a impuesto. El punto es que cualquier economista serio dirá que se trata también de un impuesto distorsivo, y de allí las paradojas. Otro ejemplo: trabajadores que no quieren hacer horas extras por temor a que ese plus vaya completo a ganancias.

- Otra cosa no menos controvertida es lo que sucede con muchos docentes de la Ciudad de Buenos Aires que son los mejores pagos del país pero cobran parte de su salario en negro y se les aplica el descuento de ganancias sobre el total percibido (blanco y negro).

Además de este impuesto, como es sabido, de todo lo que uno gana al cabo de un año una buena parte va a parar a los llamados descuentos obligatorios (jubilación, obra social, PAMI) y otra más a gastos que pueden ser descontados de ganancias como el pago de empleadas domésticas, prepaga, seguros, etc. Pero esto también tiene su vuelta de tuerca en contra de la clase media: por ejemplo, un trabajador que gane 16.000 pesos y alquile no puede deducir el alquiler del pago de Ganancias.

Así las cosas, un asalariado trabaja la mitad del año para pagarle a la AFIP, y un tercio de lo que percibe el Estado en concepto del Impuesto a las Ganancias proviene de lo que se conoce como la cuarta categoría que es la que afecta a los empleados, según calcula el economista Raúl Cuello.

Es muy loco porque el salario no es ganancia. La ganancia es lo que tienen las empresas y no los trabajadores que venden su fuerza de trabajo.

Una profesional independiente, una periodista exitosa en la gráfica consultada para esta columna, nos contó su situación: estudió la carrera de Letras tiene un posgrado en Publicidad, firma en los diarios de mayor tirada del país y es madre sola. Se levanta a las 5 de la mañana para cumplir con las entregas de los cinco medios con los que colabora. “Con toda la furia llego a 8000 pesos de los cuales  se me van 500 de monotributo, 3 mil del colegio del nene y 3 mil en gastos de comida”. Obviamente que, con eso, no tiene una buena calidad de vida. La posible ventaja comparativa de haber hecho una carrera y ser exitosa en su profesión no le permite acceder a un crédito social porque gana mucho para eso, ni ahorrar porque cobra poco para eso. Menos aún comprarse ropa o cenar afuera porque la prioridad es su hijo.

- Otra profesional con 16 años de trayectoria y un importante cargo en una empresa multinacional tiene la “suerte” -bajo la lógica presidencial- de ganar un sueldo bruto de 43 mil pesos. ¿Cuánto le queda en el bolsillo? Treinta mil pesos. Trece mil pesos por mes se van entre aportes y ganancias. “Aporto el equivalente a un buen auto cero kilómetro por año y tengo que ser medida con los gastos porque los chicos van a un colegio privado y con doble turno porque trabajo todo el día y también me ayuda una chica en casa porque no llego ni para la hora de la merienda”. ¡Eso sí que es tener suerte! Esta profesional trabaja desde los 15 años, recibió educación pública y se esforzó muchísimo por ocupar el puesto que tiene y compatibilizar eso con su responsabilidad de madre.

Utilicé varias veces en el párrafo anterior la palabra “suerte” porque  la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha dicho en varias ocasiones utilizando la cadena nacional que quienes estudiamos en la facultad hemos “tenido suerte”.

¡Qué locura! La mayoría de los argentinos que tiene una profesión -y proviene de la clase media o clase media baja- más que tener suerte, supo hacer magia: para trabajar en mil lados, llegar a reunir un sueldito y estudiar de noche para lograr el título.

“Esto es un problema que afecta a una porción muy chica de la población porque la mayoría de los trabajadores argentinos cobra un promedio de 6 mil pesos”, justifican los economistas genios de la Gran Makro (Fernanda Vallejos y Agustín D’Attellis, por nombrar a los mediáticos), como si ése fuera un dato para enorgullecerse. ¿La mayoría cobra 6.000 pesos? ¡Ahora entiendo por qué esconden los índices de pobreza!

Ahora bien, por otro lado, vamos a repasar que sucede en los sectores más vulnerables de la población: ahí está la presencia del Estado con los subsidios que según la presidenta Kirchner generan la curiosa “teoría de la gravedad”: que la plata vaya de la base de la pirámide hacia arriba contraponiéndose a la teoría del derrame tan famosa en los 90.

Allí las cosas son así: si no tenés trabajo en blanco ni fijo, el Estado te otorga –en caso de tener chicos- la Asignación Universal por Hijo. Esto es, el proyecto de Elisa Carrió del que el kirchnerismo se apropió, primero, y convirtió en programa, después, en noviembre de 2009. Hoy, ese programa tiene hoy un padrón de 3 , 5 millones de beneficiarios.

Estos son chicos de hasta 18 años (inclusive) que deben estar vacunados y asistir al colegio. En muchos casos, esto no sucede. Las maestras lo cuentan tal cual: los chicos van a que se les firme el documento pero no a las clases. Y en muchas escuelas efectivamente se los firman porque les da pena que la familia pierda ese beneficio.  

La AUH (la “wacha”, como le dicen en los barrios) se paga hasta 5 hijos.  A partir de 6 chicos, hay otros planes. Pero volvamos al caso de los 5 hijos. Si cada beneficio es de 644 pesos, que en el caso de un hijo discapacitado trepa a 2100, imaginemos lo siguiente: una familia con cinco hijos (nada raro en los sectores más vulnerables, donde las familias son siempre numerosas) de los cuales uno tenga, además, alguna discapacidad.

La cuenta sería así: 2576 pesos al mes por cuatro de los nenes, más 2100 más por el discapacitado dan en total 4676. Ahora bien: si alguno de los hijos tiene 18 años y se anota en el Progresar (el plan para jóvenes ni-ni de entre 18 y 24 años), la suma arroja 5276 pesos al mes. Pero- atención- como tanto en uno como en otro caso el cobro del beneficio puede mantenerse siempre y cuando se trabaje en la economía informal y no se llegue a cobrar el salario mínimo, vital y móvil fijado en 3600 pesos, el padre o la madre de esta  familia puede sumar –por ejemplo- $ 3500 más sin dejar de percibir la otra. ¿Total? 8776 pesos al mes de los cuales más de la mitad los aporta el Estado. O sea: vos.

Y esto no contempla otros beneficios como el Plan Nacer u otros que también pueden sumarse.

En este sentido, un argentino sin trabajo cobra más que la periodista con cinco empleos, título universitario y posgrado.

Escribo esto y pienso que instantáneamente los fanáticos me intentarán acusar de estar en contra de la AUH, la wacha.

Nada más lejos. Sólo estoy en contra de la injusticia. En contra de que el Estado decida no gravar la renta financiera (como establece el proyecto de Reforma Tributaria presentado, entre otros, por el massismo) ni se meta con las exportaciones mineras (como pide el sector de UNEN) pero sí le cobre a cualquier profesional que gane 15.001 pesos, como sucede con una ejecutiva también consultada que trabaja en una multinacional desde hace 16 años.

Ellas no son grandes empresarias. Son, sí, son grandes laburantes,  estudiosas y esforzadas, que para llegar adonde llegaron en este país de pocas oportunidades tuvieron que ser invencibles, trabajadoras, corajudas, valientes e ingeniosas.

A veces, en Argentina parecería ser que todo está pensado para asistir no a los que ya lograron algo en la vida a través de su propio esfuerzo, sino a quienes confían por entero en la asistencia estatal.

Entonces, después no nos preguntemos por qué cada vez son más los de la generación NI NI, esos jóvenes de entre 18 y 24 años que no trabaja ni estudia. Porque ¿qué incentivo tienen para justificar el esfuerzo? ¿Qué mensaje damos si no hacer nada o hacer mucho nos nivela a todos en el mismo lugar del no progreso?

Progresar debería ser un negocio para todos.  O, como mínimo, después no seamos tan cínicos como para preguntarnos por qué hay tanta violencia en la calle.

¿Qué fue a hacer Cristina Kirchner a Seychelles?

El informe que presentó Jorge Lanata el domingo último en su programa Periodismo para Todos (PPT) generó la primera reacción directa de la Casa Rosada ante las múltiples denuncias de corrupción del periodista aunque, paradójicamente, no ofreció ningún dato veraz que permita responder a la duda sobre qué fue a hacer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) a las Islas Seychelles, que son uno de los 87 paraísos fiscales del mundo.

Es decir que el mayor éxito del programa no fue su capacidad de revelar una noticia que involucre a CFK , como pretendió Lanata, sino sólo sembrar una duda lo suficientemente potente como para propiciar la respuesta del gobierno al show periodístico con más audiencia de la televisión.

El programa, que es emblema del grupo Clarín, fue finalmente el autor del milagro: el cambio de actitud del gobierno es, quizás, la única autocrítica ensayada por el oficialismo tras los resultados hostiles que obtuvo en las primarias de la semana pasada.

Ese cambio muestra que el gobierno registra el golpe electoral pese a que oficialmente se negó el peso de la elección. Ahora decidió responder; pero el cómo es tan importante como el qué.

Y en el cómo encontramos condimentos de lo más bizarros. Si bien el gobierno informó que preparó con anticipación la respuesta a Lanata ya que conocía “por las promociones” el contenido del informe, las torpezas estuvieron a la orden.

Primero respondió CFK a través de su cuenta de Facebook. Allí habló de “show mediático” que causó “daño, difamando a diestra y a siniestra”. En el plano de la comunicación, el hecho de que la mandataria sea la primera en responder es otorgale el status de cuestión de Estado al asunto.

Luego, la Casa Rosada contestó a través de su cuenta de Twitter. Lo hizo desmintiendo dos datos que se presentaron en el informe: se difundió la lista de paraísos fiscales que reconoce la Argentina, entre los que se encuentra Seychelles, contrariamente a lo que señala el informe y se publicó el tiempo que la mandataria pasó en la isla, que no sería dos días sino sólo 13 horas debido a una parada técnica de la aeronave que transportó a CFK en ese viaje. Pero eso no fue todo: desde la misma cuenta se tildó de “gordo chanta” a Lanata. Rápidamete el gobierno denunció ante la justicia que la cuenta fue hackeada y la cerró. Todo bastante desprolijo y poco claro, sobre todo si la respuesta estaba planeada, tal como reveló el secretario general de la presidencia Oscar Parrilli, anoche en el programa de Rolando Graña.

Allí, el funcionario acusó a Lanata de “asesino mediático” y lloró al recordar a Néstor Kirchner, quien también fue salpicado por una acusación muy floja de papeles, como se dice en la jerga perdiodística.

La debilidad tanto de la denuncia como de la estrategia de la respuesta oficial pronostican algo: de acá a octubre el cruce Clarín – Gobierno va a ser de muchos gritos y poca profundidad.

Hay que dejar tendido un puente porque, tal y como demuestran los propios protagonistas de esta saga, uno nunca sabe de qué lado puede terminar cuando la elección acomode los nuevos protagonistas del poder político.

Como en un guión de ficción, el capítulo de esta semana… continuará.

Cosas de hombres

La pensadora contemporánea y ex primera dama, ex ministra de Desarrollo Social de la Nación, ex diputada y ex senadora Hilda “Chiche” Duhalde instaló ayer un debate que atrasa, por lo menos, 500 años. Y que replica su propia historia.

Ella, que es docente pero básicamente ejerció durante más de 30 años la política desde un lugar de poder, ahora se cuestiona si es posible que una mujer haga política. Parece un caso de Síndrome de Estocolmo a la inversa.

Lo explicó así: “éste es un tema que me vengo planteando en soledad, el tema de la mujer en la política. Me parece que tiene que entrar en el debate nacional si la mujer está preparada para ejercer la política per se, con sus características, con sus condiciones y convicciones,  o si simplemente va a acompañar el proyecto de alguien“.

Sigue: “La mujer no participa masivamente en política, aún es más cosa de hombre. Y muchas de las que llegan son figuras que se masculinizan en el discurso o llegan de la mano de alguien”.

Ustedes podrán pensar que es un tema menor, que ni siquiera da para enojarse, o que está en su derecho a plantear los debates que crea. No a lo primero y sí a lo segundo. Pero está lo tercero: Chiche sabe que cuando dice esto, no predica en el desierto.

Sabe que hay muchas Chiches que adhieren a este pensamiento que básicamente adjudica a una cuestión de género los traspiés políticos o las desinteligencias de Cristina Kirchner. Sabe que hay cierto clima de época la acompaña; ahora que el Papa Francisco aseguró que ninguna mujer va a llegar a un lugar de poder en la estructura eclesiástica y que se adjudicó a la mafia gay el avance de los derechos igualitarios en América Latina, Chiche sabe que tiene audiencia cuando cuestiona las capacidades de las mujeres para ejercer el poder. Sabe que su pensamiento es convocante.

Pregunta: ¿por qué Chiche o algún político varón no se replanteó la capacidad de ejercer el poder de los hombres per se cuando Fernando de la Rúa llamó al estado de sitio el 19 de diciembre de 2001. O cuando su marido Eduardo Duhalde dijo que el que depositó dólares iba a recibir dólares siendo que después hubo confiscación de depósitos. O cuando Carlos Menem aseguraba en el programa de Mariano Grondona que en su gobierno no había desocupación y desafiaba al conductor a que le traiga un desocupado si de verdad lo encuentra (recordemos que por entonces el índice de desempleo era holgadamente superior al 10 por ciento).

Entonces no nos parecieron desequilibrados, ni mentirosos, ni manipuladores, ni megalómanos. Porque eran hombres. Y los hombres sí pueden ejercer el poder per se con sus propias patologías.

El tema merece ser tomado con profundidad. Porque convoca y porque atrasa. El debate sobre si la mujer podía o no participar de la vida pública es de 500 años atrás, de la Revolución Francesa, miren si no es retrógado.

Para empezar, hay que recordar que la política, que está relacionada a lo  público desde la polis griega, fue asociada a la masculinidad, ya que “los autorizados” para hablar desde el origen mismo, eran los varones. Primer antecedente e la política.

El otro antecedente es el que configura a occidente a partir de la Revolución Francesa (1789) y que sirve como modelo para las democracias occidentales, en la que se reclaman tres cosas: son igualdad, libertad y fraternidad. Pero ¿para quiénes? Para los frates. ¿Y quiénes eran los frates? Los varones.

Olympia de Gouches fue una de las primeras revolucionarias que militó en la Revolución Francesa y que luchó para que las mujeres tengan el mismo derecho que los hombres a participar de la vida política. La decapitaron en la guillotina.

Ella reclamaba la igualdad con el hombre en el derecho a voto, en el acceso al trabajo, a hablar en público de temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito familiar y eclesiástico.

Olympe de Gouges escribió: La mujer tiene el derecho de subir al cadalso; debe tener también el de subir a la Tribuna.

El caldaso era una especie de tarima de madera que se instalaba en las plazas públicas para las autoridades y la tribuna era adonde estaba el pueblo que alzaba su voz para dictar las sentencias que ejecutaban quienes detentaban el poder.

O sea que miren lo antigua, lo saldado que en el mundo el debate que quiere instalar Chiche.

Pero está dicho desde un país adonde de verdad, ninguna mujer llegó al poder sin una mano de su marido. No tenemos una Margarita Stolbizer o una Elisa Carrió poderosa, pero sí una Cristina Fernández de Kirchner, una Hilda González de Duhalde, una Beatriz Rojkés de Alperovich, una Karina Rabolini de Scioli y, hay que decirlo, por marketing o por convicciones en el PRO, sí que hay una vicejefa de gobierno como María Eugenia Vidal o una Gabriela Michetti que no viene con el anillo de casada de ningún político de peso.

La cuestión del lóbulo

Este ejemplo de mujer (la Presidente) ejerciendo el poder, que se maneja más por su lóbulo emocional que por el racional, no nos hace quedar muy bien a las mujeres“, consideró la esposa del ex presidente.

¿Existe en la medicina moderna el estudio de la segmentación del cerebro por zonas que establezca que los razonamientos exactos están en determinado lugar y las emociones en otro? No, es sencillamente otro tema que atrasa. Esa concepción del cerebro corresponde a la frenología (por eso, muchas instituciones psiquiátricas tenían el nombre de frenopáticos) que hablaba de las áreas y funciones del cerebro, una teoría delineada por Franz Joseph Gall (1758-1828).

En fin, Angela Merkel, Dilma Roussef, Michelle Bachellet, Cristina Fernández de Kirchner (con todos los errores que podamos observar inclusive los tweets compulsivos de los últimos días), le contestan a coro a la señora Chiche Duhalde que sí. Que la mujer puede y de hecho hace política en los países y las multinacionales más importantes del mundo.

Yo planteo que no sólo no debe ser la duda de la sociedad un tema de “debate nacional” (dixit) sino que el debate debe ser cómo frenar a la gente que atrasa con discusiones que se tienen hace siglos y que costaron tantas vidas. Aún hoy, hay millones de mujeres que no pueden decidir con quien casarse, o tener sexo. Que tampoco pueden disfrutar de eso, por las mutilaciones de clítoris.

La inclusión de la mujer en la sociedad fue y es una lucha sangrienta con el objetivo de lograr, únicamente, un trato igualitario al de los hombres.

Discutamos cómo lograr eso, que es básico. Si no nos gusta Cristina, votemos a otro o a otra, pero por favor, no planteemos barbaridades. Por respeto a la lucha y al sufrimiento de tantas que militaron por la igualdad.

 

Fueron consultados para esta columna la doctora en Filosofía y experta en género Florencia Cremona (UNLP) y el doctor Enrique Da Rosa Albistur, neurólogo, perito forense, psicoterapeuta cognitivo y sexólogo formado en la UBA, Maastricht, París y la Universidad de Oxford.

El lunes se estrena campaña

Los equipos de los principales candidatos ya estudiaron cómo encarar el trayecto hacia octubre. Es clave el resultado de mañana aunque cada uno ya garabateó por donde irán sus lineamientos principales.

En la Rosada esperan ansiosos lo que suceda en la Provincia de Buenos Aires, ¿desde donde saldrá el sucesor que apruebe Cristina Fernández?

No es lo mismo perder o ganar, aunque sea por un sólo punto, me dijeron en Jefatura de Gabinete. Y, según las últimas encuestas que manejan (Poliarquía e Ipsos-Mora y Araujo) mañana habría un empate técnico: un punto de diferencia en favor o en contra de Sergio Massa. En base a esa diferencia la campaña se inclinará a reforzar lo conseguido o a enumerar lo que falta resolver.

En el massismo manejan guarismos de Hugo Haime y Julio Aurelio que arrojan una ventaja de entre 4 y 5 puntos.

El Frente Progresista Cívico y Social, de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, y el partido Unión Celeste y Blanco de Francisco De Narváez se disputan el tercer lugar (con un 13 a un 15 por ciento). La gran diferencia que hay entre ellos es la cantidad de diputados con los que ya cuenta cada espacio en la Cámara de Diputados.

Los de la alianza progresista suman 66 diputados entre los 21 del FAP y 44 de la UCR. Los de De Narváez rondan los 7 y en un buen escenario podrían llegar a 13 bancas y si sucede lo que pronostican las encuestas, el massismo podría lograr 12 diputados.

“Somos la única fuerza que puede frenar realmente una reforma constitucional, lo demás es puro marketing”, sentenció Alberto Fhorig, del equipo de campaña del GEN. O sea que allí van a machacar en esa idea.

¿Cómo será el replanteo de la estrategia de campaña en los demás espacios?

Fuentes del sciolismo confiaron que, por un lado, se cumplirá la estrategia de campaña que se decida en la Rosada y por otro se despelgará un plan territorial, con especial dedicación al caso de Tigre.

El distrito que ha sido modelo de eficiencia y que logró disparar al popular Sergio Massa hacia la aspiración presidencial será bunker de sciolistas y camporistas para mostrar la otra realidad. El Tigre sin palmeras ni prosperidad.

La semana que pasó, Malena, la esposa de Sergio Massa, ocupó el centro de la escena con su encendida reacción contra el gobernador Scioli por el episodio del sospechoso robo a su casa, pero días antes se había trenzado desde su cuenta de Twitter en una fuerte discusión con Carlos Gianella, el funcionario más cercano al jefe de Gabinete de ministros provincial, Alberto Pérez.

“Das pena, ñoqui, das mucha pena.. Pensaste en laburar? La Provincia se cae a pedazos… Preocupate por la gente..”, disparó Malena.

Gianella le contestó con una catarata de preguntas sobre el robo que sacudió la campaña en la última semana.

¿Por qué se pelearía la mujer del candidato con más intención de votos con alguien que no conoce nadie?

Porque no es cualquier desonocido. Gianella está prácticamente instalado en Villa Cañote, en Tigre. Desde allí denuncia vía Twitter que es el sector más pobre del distrito y que fue “tapado” por un paredón de dos metros de alto para ocultarlo de la parte más paqueta del distrito, esa que parece Miami.

Pero no sólo se trata de denuncias. En ese lugar, la Provincia inició obras de mejoramiento de los servicios con fondos de Nación: en pocos días arrancan el plan de tendido de cañerías, mejoramiento del alumbrado público y puesta en valor del barrio que crece con rapidez. Y desde hace una semana están allí cuatro hospitales móviles del Ministerio de Salud de la provincia para dar asistencia a los habitantes del barrio.

La idea entonces es “armar” una nueva imagen de Tigre, para contrarrestar el supuesto instalado en la opinión pública de que Massa es exitoso en su distrito”.

“A Insaurralde cuando más lo conocen más lo votan. A Massa cuando más lo conocen menos lo votan”, twitteó el funcionario.

Por otro lado, Francisco de Narváez tirará los afiches del “Ella o vos” a la basura y arrancará una nueva campaña. Propositiva, la llaman en su equipo.

Los proyectos de inseguridad, creación del empleo joven y cuestiones de género serán la estrella de este tramo de campaña.

Massa tambien instruyó a su economista jefe, Ricardo Delgado, que arme un plan para solucionar el problema del acceso al primer empleo. Delgado y su equipo ya presentaron vía Felipe Solá el proyecto de reducción del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y el de gravamen a la renta financiera. El tema de la juventud importa tanto a los candidatos porque es en esa franja adonde el kirchnerismo más ventaja logra.

Propositiva y con la intensidad que permitan los resultados del domingo, el lunes arranca otra campaña. 

La hora de las definiciones

Las definiciones políticas y las reacciones a la coyuntura no han sido el fuerte de los dos políticos con mayor imagen positiva de los últimos años, por fuera de la presidenta Cristina Fernández.

Tanto el gobernador Daniel Scioli como el intendente de Tigre, Sergio Massa, se mantuvieron al tope de las encuestas, en parte, sorteando una y otra vez los temas de coyuntura que podrían haberlos enfrentado al gobierno. Pero a partir de ayer, el único de los dos que podrá seguir inmutable ese camino es el gobernador Scioli.

Massa jugó y se pasó al lado de las definiciones. Ahora es tironeado por el oficialismo y la oposición, ya no para ser aliado, sino para que se ponga el traje de opositor o de kirchnerista.

“Ahora veremos qué le parece mal del modelo a Sergio Massa”, disparó el intendente de Lomas de Zamora y cabeza de lista de candidatos a diputados Martín Insaurralde.

“Massa será un aliado del kirchnerismo”, razonó Francisco De Narváez.

¿Podrá mantener el equilibrio que se propuso sin que eso desgaste su imagen? ¿Es la lista de candidatos que encabeza un grupo homogéneo que encontrará posturas de acuerdo interno frente a la coyuntura o es un frente que se disolverá apenas ponga un pie en el Congreso?

Por ejemplo, ¿cómo votaría Rodolfo Daer (CGT oficialista) una ley para pedir que suba el mínimo no imponible de ganancias?

¿Qué posición adoptaría Ignacio de Mendiguren (ex titular de la UIA) sobre el blanqueo de capitales?

¿Si el gobierno insiste con una reforma de la justicia como sugirió la presidenta Cristina Kirchner en el acto por el Día de la Bandera (va a suceder más temprano que tarde), qué postura tomará Massa y sus diputados?

El intendente ya aclaró que está en contra de la re releección pero con eso sólo no basta para delinear su posición política. El camino recién arranca y el tironeo es fuerte.

Scioli apuesta a los recursos de siempre, con los que no le ha ido nada mal (es el gobernante que mejor ha sostenido en últimos diez su imagen positiva alta, según Fabián Perechodnik de Poliarquía). La no confrontación, la esperanza, el optimismo, la constancia y la responsabilidad, parecen su cliché, pero son su conducta.

“Si tomaba otras decisiones, el costo lo pagaba la gente. Mi decisión es coherente con lo que hago hace diez años. Fíjense si alguno ha estado en el mismo lugar durante diez años”, afirmó esta mañana.

Ahora bien, el otro que abre interrogantes es Francisco de Narváez, que nadaba tan cómodo en la campaña del Ella o Vos, usando la polarización que tanto le critica a la presidenta pero que, en definitiva, lo beneficiaba directamente a la hora de plantearse como la opción de ponerle un límite al oficialismo. ¿Podrá sostener ese rol?

Porque se le bifurcó el enemigo, y si no son dos es difícil polarizar: si quiere ser el referente de la oposición en la provincia deberá lograr asociar la figura de Massa a la de Cristina y lograr que el dirigente que mejor se mueve en la política gestual se meta en el barro, debata y tome posiciones. ¿Lo conseguirá?

Y si logra eso deberá convencer al electorado que él -que se sabe que tiene un pacto no declarado con Daniel Scioli- será el límite a Cristina, para quien el gobernador hará campaña.

Ya extraña De Narváez aquel 2009 en el que Néstor Kirchner lo había elegido como enemigo. ¿Se acuerdan? 678 emitía día a día un informe sobre él: ya sea cuando se lo pretendía asociar a la causa de la efedrina (asunto que fue desetimado por la Justicia) como con sus declaraciones a Jorge Fontevecchia sobre su “reestructuración patrimonial” (una manera elegante de explicar cómo lograba pagar menos impuestos en relación a su fortuna).

En esa elección logró popularidad con el amplio espectro que le sumó en su momento el Gran Cuñado de Marcelo Tinelli (que en estas elecciones tampoco juega) y fue el enemigo del oficialismo.

Así llegó a ganar el distrito más codiciado del país, hace tan sólo cuatro años.

En esta elección, fue el primero en entender la ventaja de la criticada polarización. Primereó con la campaña Ella o Vos tanto que lo frenó la Justicia cuando dictaminó que estaba violando los términos de la campaña previstos por la ley, que se inician el 22 de julio para las PASO y el 2 de octubre para las legislativas.

Ahora hay que barajar y dar de nuevo. En esta primer mitad de semana, De Narváez tiene previsto reunirse con sus asesores de campaña para replantear el escenario. Porque de cara a las PASO y ante la ausencia de una figura fuerte en la oposición, los que quieran poner un límite a Cristina apoyarán sólo al que se acerque al caudal de votos del Frente para la Victoria.

Y en ese reordenamiento que se está dando dentro del movedizo peronismo de la provincia está la clave.