Después del plebiscito, antes de la elección

La provocación política invocando de manera recurrente el 54% concluyó. Ya no pueden ostentar ese porcentaje. Esa propuesta de convivencia ha transformado a la votación en un plebiscito (“votación para aprobar o rechazar alguna cuestión política”) y el desafío para nosotros es transformar a la de octubre en una elección en vez de un plebiscito. Lo que sería sano, por otra parte, para festejar la democracia en su 30° aniversario y en el mes de su reinstauración.

Nuestra fuerza, la UCR, con distintas construcciones, es la alternativa en todo el país y supera al kirchnerismo en la Capital, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Corrientes, Catamarca y en provincias emblemáticas como Santa Cruz y La Rioja. En otras, disputa el resultado palmo a palmo, mostrando una gran recuperación respecto a las presidenciales del 2011. Debo destacar lo que ocurre en Jujuy y Chaco y completar de este modo un cuadro auspicioso. En la Provincia de Buenos Aires la polarización nos perjudicó. De tal modo que si en vez de un plebiscito ayer hubiera sido la elección, yo no retendría mi lugar en la Cámara de Diputados. En cambio lo mantendrían los otros séptimos de las listas que más votos obtuvieron, tal el caso de Adrián Pérez, de nuevo en una bancada distinta a la anterior y esta vez con Massa en lugar del radicalismo y Carrió. Seguiría, también, el kirchnerista Carlos Kunkel.

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