Después del plebiscito, antes de la elección

La provocación política invocando de manera recurrente el 54% concluyó. Ya no pueden ostentar ese porcentaje. Esa propuesta de convivencia ha transformado a la votación en un plebiscito (“votación para aprobar o rechazar alguna cuestión política”) y el desafío para nosotros es transformar a la de octubre en una elección en vez de un plebiscito. Lo que sería sano, por otra parte, para festejar la democracia en su 30° aniversario y en el mes de su reinstauración.

Nuestra fuerza, la UCR, con distintas construcciones, es la alternativa en todo el país y supera al kirchnerismo en la Capital, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Corrientes, Catamarca y en provincias emblemáticas como Santa Cruz y La Rioja. En otras, disputa el resultado palmo a palmo, mostrando una gran recuperación respecto a las presidenciales del 2011. Debo destacar lo que ocurre en Jujuy y Chaco y completar de este modo un cuadro auspicioso. En la Provincia de Buenos Aires la polarización nos perjudicó. De tal modo que si en vez de un plebiscito ayer hubiera sido la elección, yo no retendría mi lugar en la Cámara de Diputados. En cambio lo mantendrían los otros séptimos de las listas que más votos obtuvieron, tal el caso de Adrián Pérez, de nuevo en una bancada distinta a la anterior y esta vez con Massa en lugar del radicalismo y Carrió. Seguiría, también, el kirchnerista Carlos Kunkel.

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Cámaras “de seguridad” contra la libertad política

En San Fernando utilizan las cámaras de seguridad para espiar y censurar a los opositores. El responsable de esta barbaridad es el Intendente Andreotti, hombre de Sergio Massa. En lugar de utilizar las cámaras por  la seguridad de las personas, ocurre para que no se conozcan los candidatos de otros partidos, y así favorecer la de su hijo, que encabeza la lista de concejales en San Fernando.

Nosotros fuimos víctimas de estos actos de censura. El último ocurrió en la mañana del pasado sábado 27 de julio, alrededor de las 9 de la mañana. Un carnicero “amigo del barrio” de algunos de los candidatos del Frente Progresista  facilitó la marquesina de su negocio para un cartel. A través de las cámaras de seguridad se detectó que cometimos semejante “delito” y el centro de seguridad envía “el móvil”  a constatar que esto había sucedido. Luego llegó una inspectora habilitada a estos efectos (a los efectos de sacar el cartel) e intimó al comerciante a hacerlo (la inspectora estaba de franco, era para otra zona, y fue llamada de urgencia para que haga estas cosas). Al rato, llega una grúa y lo saca. Primero un cartel de  la  lista de diputados que encabezan Stolbizer-Alfonsín, y que yo integro. Luego la de nuestro candidato a Concejal Sebastián Salvador, quien compite con el hijo del Intendente, que es de Massa.

Se llevaron los carteles al corralón. ¿Cuál es el teórico delito que usaron como excusa? Que el dueño del comercio, nuestro amigo, puso carteles que nada tenían que ver con vender carne.

Esto sucedió el sábado pasado a la mañana, en un momento de mucho tránsito de gente. Las cámaras y el patrullero no eran utilizados para lograr mayor seguridad, pero sí para estas intimidaciones. El centro del operativo en la división “seguridad” estaba a cargo de un comisario retirado. Toda la central de inteligencia de este movimiento conducida por Tigre.  Sus estrategas son de allí. El Municipio de Sergio Massa. Nuevos modos de viejas prácticas para perseguir a la política.

Esto que nos pasó a nosotros en San Fernando podría pasar en cualquier lugar y para cualquier candidato de listas distintas a las que promociona la gran “estrella” de la campaña: las cámaras de seguridad.

Con los móviles de vigilancia en lugar de patrulleros –lo que también implica un total desconocimiento en temas de seguridad de avanzada– que pueden ser utilizados, al igual que los millones de pesos que tienen como recursos, como parte de un arsenal electoral para especular con el miedo con el que viven las personas en el conurbano debido a la creciente inseguridad.

Escribo esto y me doy cuenta de que muchas veces aceptamos lo inaceptable sólo por costumbre. Y no debemos naturalizar los actos intimidatorios a treinta años de la reinstauración democrática.

Hace poco sacaron carteles míos relacionados a mi acción parlamentaria en cuando a  la violencia de género y la trata de personas. Fue un acto más de esos que tratan de volver invisible y mudas las caras y las voces de los políticos que no apoyamos al gobierno nacional (kirchnerista), ni provincial (sciolista), ni local (Massa). Pero esta vez nos dimos cuenta de que hay todo un dispositivo tecnológico, muy promocionado, que en lugar de ser utilizado para seguridad se usa para hacernos callar. Y así conseguir más votos. Y veremos si no también para otros fines que hacen a la intimidad de las personas.

Las redes sociales son un instrumento para denunciar y cambiar las cosas. Esto se registro en Facebook.