Como una estrella de cine que ingresa a la entrega del Oscar, el Ministro de Economía Axel Kicillof entró el miércoles a la última mesa de diálogo con los tenedores de bonos de la deuda que aun no habían entrado al canje.
Las expectativas en los mercados eran de alivio. Todos entendían que se encaminaba hacia un arreglo entre privados. Circulaba en la City fuertemente el rumor que un grupo de bancos privados argentinos comprarían la deuda a los “fondos buitre” y con esto pedirían el tan ansiado “stay”, para así alargar los plazos hasta diciembre y evitar las tan afamadas cláusulas RUFO (Rights Upon Future Offers).
El miércoles hacia las 7.00 de la tarde parecía que el anuncio del acuerdo era inminente, el mundo financiero y económico parecía detenerse en ese instante. Por los diferentes medios se anunciaba que Kicillof hablaría en conferencia de prensa y explicaría el acuerdo con los fondos, nada parecía predecir la actual situación… pero por arte de magia, el resultado fue otro.