Por: Mariano Carpineti
Como una estrella de cine que ingresa a la entrega del Oscar, el Ministro de Economía Axel Kicillof entró el miércoles a la última mesa de diálogo con los tenedores de bonos de la deuda que aun no habían entrado al canje.
Las expectativas en los mercados eran de alivio. Todos entendían que se encaminaba hacia un arreglo entre privados. Circulaba en la City fuertemente el rumor que un grupo de bancos privados argentinos comprarían la deuda a los “fondos buitre” y con esto pedirían el tan ansiado “stay”, para así alargar los plazos hasta diciembre y evitar las tan afamadas cláusulas RUFO (Rights Upon Future Offers).
El miércoles hacia las 7.00 de la tarde parecía que el anuncio del acuerdo era inminente, el mundo financiero y económico parecía detenerse en ese instante. Por los diferentes medios se anunciaba que Kicillof hablaría en conferencia de prensa y explicaría el acuerdo con los fondos, nada parecía predecir la actual situación… pero por arte de magia, el resultado fue otro.
Sin embargo, lo más importante de la conferencia de prensa no fue que el gobierno no iba a pagar, sino que casi cerró casi definitivamente la puerta para que se realice el acuerdo entre privados.
Mientras el Ministro se descargaba duramente contra el Juez Griesa y contra los holdouts, estos y los representantes de los bancos nacionales tenían casi cerrado el acuerdo que le iba a permitir al país llegar a diciembre y así, salvar la clausula RUFO. Pero la dura conferencia de prensa de Kicillof tiró todo el esfuerzo por la borda, al punto que fuertes rumores ponen a Juan Carlos Fábrega con un pie afuera del Banco Central, complicando aun más el panorama económico.
Todo esto disparó diferentes actos en el día de ayer. Por un lado los fondos pidieron que se activen los CDS (Credit Default Swaps) a la International Swaps and Derivatives Association (ISDA). Los CDS son contratos derivados de crédito, por los cuales el comprador debe realizar pagos a su vendedor (como quien paga un seguro) hasta la fecha de vencimiento de un contrato. A cambio, el vendedor del SWAP se compromete a pagar en caso que un tercero deje de cumplir con sus obligaciones financieras acordadas en el título soberano.
Por otra parte, el Juez Griesa llamó a una Audiencia para el día de hoy a las 11.00 de la mañana, a la cual no asistiría – según fuentes oficiales – ningún funcionario argentino, para evaluar los pasos a seguir. Para comenzar, el Bank of New York ya anticipó que no girará los 539 millones de dólares que el país depositó para el pago de los títulos Discount hasta que no tenga una orden del Juez que lo habilita a hacerlo.
Con las negociaciones de la Asociación de Bancos Privados de Capital Nacional (ADEBA) en punto muerto, surgió un rumor, que fue creciendo con el correr de las horas, de que actores de la banca internacional comprarían los deuda de los holdouts. Citibank y JP Morgan son lo que intentan avanzar en una negociación que lleve a buen puerto a la Argentina.
Sin embargo, aun no hay nada definido y el “tono confrontativo” del gobierno podría llevarnos nuevamente a cero. Habrá que esperar las novedades que vayan surgiendo en el transcurso del día, pero lo que sí queda claro, es que Argentina una vez más, se encuentra al borde del abismo, y sólo podrá evitarse la caída estrepitosa si se concreta la operación entre los holdouts y la banca internacional, algo que al discurso del gobierno no le haría muy bien.
(columna escrita con Eliana Scialabba)