En las últimas semanas se observa un fuerte cambio de tendencia en la economía mundial. Por un lado, el nivel de la actividad de los países desarrollados en Europa y Oriente se desaceleró aun más, mientras que por otro lado la economía de los Estados Unidos se está recuperando mejor de lo esperado. Esto último hace pensar que en el corto plazo la tasa de interés suba con la finalidad de dejar atrás el fuerte estímulo monetario llevado adelante a partir de 2008.
En este contexto, las acciones y los bonos comenzaron a corregir su tendencia. Así, desde mediados de agosto, pero principalmente desde principios de este mes, los papeles financieros en los principales mercados internacionales se “acomodaron” a las nuevas perspectivas. Continuar leyendo