Aunque parecen haber quedado en el olvido de un lejano pasado, los sucesos del 13 de noviembre de 1955 merecen ser recordados por su enorme significación en la historia política argentina al punto que algunos de sus efectos siguen teniendo influencia al día de hoy.
Habían transcurrido poco menos de dos meses del derrocamiento del Gobierno del general Juan Domingo Perón cuando el primer presidente del gobierno surgido de la llamada “Revolución Libertadora” fue víctima de un golpe de palacio.
La caída del general Eduardo Lonardi tuvo alcances que superaron con creces el hecho en sí mismo. En las semanas anteriores, se habían perfilado claramente dos corrientes en el seno del Gobierno militar. Por un lado, aparecían aquellos de tendencia nacionalista dispuestos a una cierta tolerancia con el peronismo y los sindicatos y, por otro lado, los liberales (“gorilas”), quienes manifestaban una completa intolerancia al movimiento peronista y buscaban erradicar todo vestigio del régimen depuesto. Como es sabido, la lucha interna en el Gobierno se resolvería con el triunfo de este último sector, precisamente en la fecha del 13 de noviembre, de la cual se cumplen en estos momentos sesenta años. Continuar leyendo