Se cumplen cincuenta años de uno de los mayores errores estratégicos cometidos por nuestro país: la anulación de los contratos petroleros dispuesta por el gobierno del presidente Arturo Illia en noviembre de 1963.
Pocas semanas después de asumir el poder, Illia decide la medida más polémica de su administración al dejar sin efecto los contratos de concesión petrolera firmados por el gobierno desarrollista entre 1958 y 1962. La anulación de los contratos energéticos suscriptos por Frondizi significa el cumplimiento de la promesa electoral de la UCRP. Al mismo tiempo, implican un profundo retroceso respecto al avance realizado por la experiencia de la administración desarrollista en relación al logro de haber alcanzado el autoabastecimiento en materia energética. Al anular los contratos, Illia responde a la tradición “principista” del radicalismo.
La medida cae pésimo en los EEUU. El 28 de octubre, en declaraciones a Associated Press, Illia declara: “La acción se tomará de acuerdo con la ley y con nuestra Constitución. Habrá indemnización. No tomaremos medidas violentas contra nadie. El gobierno hará las cosas de acuerdo con normas legales. No es intención del Gobierno argentino echar a las compañías petroleras de la Argentina, sino anular los contratos contrarios a su política petrolera”.