Las pedradas de los taxistas porteños sobre las personas que se capacitaban para ser choferes de Uber son un símbolo de la tensión existente ante el funcionamiento de este innovador sistema en la Argentina. Al implementarse, nuestro país se sumaría a las sesenta y tres naciones y cuatrocientas ciudades en las que la firma opera.
No es el primer ni el último caso en que la evolución tecnológica desafía las prácticas tradicionales. Esta simple plataforma virtual —que a través de su app permite el contacto y contrato directo entre personas que desean ser transportadas y otras que ofrecen el servicio de transporte— revoluciona el mundo del transporte a través de la simplificación y la reducción de los costos de transacción a partir de las actuales herramientas virtuales. Continuar leyendo