El fenómeno inflacionario no sólo golpea el bolsillo del consumidor, sino también afecta fuertemente a la competitividad de las empresas argentinas respecto del mundo. Tomando sólo los últimos doce meses observamos que mientras los precios al consumidor se han incrementado en alrededor de un 30 por ciento (según diversas mediciones privadas como InflaciónVerdadera.com o IPC Congreso), el tipo de cambio oficial sólo se ha incrementado alrededor de un 10 por ciento, pasando de 8,09 a 8,95 pesos por dólar.
Las consecuencias de este proceso de alta inflación con una variación no proporcional del tipo de cambio oficial se aprecian –incluso- en los mismísimos datos del INDEC que confirman que durante los primeros tres meses del 2015 las exportaciones cayeron 16 por ciento, así como durante todo el año 2014 se redujeron 12 por ciento (pasando de 81,66 mil millones de dólares el año pasado a 71,93 mil millones del 2013). Continuar leyendo