Donald Trump continúa redoblando su apuesta en la polémica temática de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. En su discurso de campaña en las últimas horas hizo público su anuncio de que -en caso de llegar a la Casa Blanca- deportaría a los más de 11 millones de indocumentados que habitan aquel país. En consonancia, mostró su voluntad de culminar la construcción del muro fronterizo con México (que alcanzaría los 3145 km).
Diversos analistas consideran que estas declaraciones son casi suicidas desde el punto de vista político, en un contexto en el que el voto latino es clave y ha definido elecciones previas. Especialmente teniendo en cuenta el peso creciente de la población hispana en los Estados Unidos, que desde hace algunos años es la primera minoría, ya que supera a los afroamericanos. Mirando los números observamos que la comunidad hispana representa el 17 % de la población total del país y ya ha superado los 50 millones de habitantes en aquel país. La composición del grupo hispano es diversa y está integrada en más de un 60 % por población de origen mexicano (más de 30 millones), 9 % de puertorriqueños, 4 % de salvadoreños, 3 % de cubanos, cerca de 3 % de dominicanos y 2 % de guatemaltecos, tal como informa el U.S. Census Bureau.
Pero las proyecciones respecto del futuro peso de la comunidad latina en los Estados Unidos son aún más sorprendentes que el presente: Un estudio realizado por Associated Press asegura para el año 2040 los hispanos superarían en cantidad incluso a los caucásicos (población blanca), grupo étnico predominante en la actualidad. En consecuencia, nos encontraríamos cada vez más cerca de un Estados Unidos de Latinoamérica (Raúl Ferreira, “Los hispanos serán mayoría en EEUU la próxima década”, El mundo, 19/3/2013). Continuar leyendo