Sobre la democracia: explotar su potencialidad para superar sus contradicciones

Se ha estado hablando mucho de la democracia, por las razones que todos conocemos. Y no es para menos. Es esperable que un país que ha vivido alternando con dictaduras durante casi todo el siglo XX, discuta sobre la democracia en un momento tan especial.

Anécdota 1

Entre tantas discusiones por las redes sociales, una que me involucró fue la siguiente. Alguien se preguntó para el resto: “¿por qué la muy democrática Venezuela necesita un millón de milicianos armados dispuestos a ‘defender la revolución’?”. Respondí que la mejor democracia del mundo, EEUU, tiene más presupuesto en seguridad que el PBI de decenas de países juntos, bloquea e invade países, espía poblaciones y funcionarios, expande las guerras… Me respondió tajantemente: “¿Dónde están los militantes armados americanos defendiendo en las calles la revolución capitalista?”. “¿Estás avalando esa política de EEUU?”, repregunté. Siglos de segregación racial, cárceles llenas de latinos y negros, mientras los mayores ladrones quiebran bancos con desfalcos monstruosos que luego paga el pueblo vía el “rescate” del Estado, y nunca van presos. “Dejo clara mi postura -dijo-. Una cosa es gastar en seguridad, otra en amedrentar rivales. Lo segundo es grotesco”. Contesté: no soy chavista, pero entiendo más la defensa de conquistas sociales contra una política imperialista que esa política imperialista. (Su catarata había comenzado con esta sentencia: “Leés tres notas sobre Venezuela y te parece que vivimos en Suecia. Muy triste”).

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