¿Por qué somos un país pobre?

Más que aclarar las razones por las que la pobreza crece en nuestro país, lo que hay que explicar es la ausencia de riqueza, puesto que la pobreza es lo natural. La humanidad nació pobre, pero esta pobreza fue disminuyendo a medida que crecieron las riquezas. Es entonces esencial entender cómo funciona su proceso de creación.

Este comienza con la existencia de necesidades, que son satisfechas por los comerciantes para conseguir a cambio de su servicio el sustento para vivir. En este sentido, la división del trabajo permitió que en lugar de que cada familia tuviera que tener su granja para conseguir su alimento, ir en busca de su leña para mantener el hogar caliente, ordeñar su vaca para tener su leche y fabricar su propia ropa, las personas se especializaran en aquello para lo cual tuvieran más facilidad y lograran así mayor productividad. Además, al existir más productos en igual cantidad de trabajo, evidentemente crece el capital acumulado y con este la inversión.

Es a partir de esta última que el ciclo comienza nuevamente, pero desde un piso más alto, satisfaciendo nuevas necesidades, con una división del trabajo cada vez más especializada, más productiva, que permite mayor acumulación de capital y, otra vez, más inversión. El doctor en economía Sebastián Landoni suele llamar a este proceso círculo virtuoso, por los beneficios que trae de manera constante, siempre y cuando sus etapas no sean interrumpidas. Continuar leyendo

¿Es la desigualdad un problema?

Es muy común que se escuche tanto a políticos como a diferentes intelectuales afirmar que el mayor problema que enfrenta el país es la desigualdad, inclusive ya es el gran grueso de la sociedad el que inocentemente repite este garrafal error. Es moneda corriente que la gente se haga preguntas del estilo de ¿cómo puede ser que tal persona sea tan rica cuando hay tantas familias con hambre? O bien: ¿por qué son solo unos pocos los que concentran la mayor parte del capital?

Quiero imaginar que la inquietud real aquí es la pobreza de unos y no la riqueza de otros, y en ese sentido es correcto preguntarse cuál será la causa de la misma, pero aquellas interrogantes estaban muy mal encaminadas puesto que la existencia de un rico no solo no implica la existencia de un pobre sino que todo lo contrario: la riqueza de uno implica menos pobreza en otros por los empleos que crea y por los servicios que para obtenerla tuvo y tiene que brindar, los cuales si se está dispuesto a pagar por ellos de manera tal que el sujeto se volvió rico significa que le está facilitando la vida a la gente elevando su nivel de vida, ya que- en un marco de libertad económica- para que alguien ostente una gran fortuna no tiene otro camino para hacerlo más que el de satisfacer necesidades ajenas ya sea con la creación de bienes o con la prestación de servicios por los que el consumidor esté dispuesto a pagar.

Veamos el caso de Bill Gates. Su patrimonio actual es de 76.000 millones de dólares, siendo así el hombre más rico del mundo ¿pero fue a costa de los pobres que Bill Gates construyó su fortuna? Por supuesto que no. Hay que dejar en claro que la economía no es un juego de suma cero, que uno tenga mucho no quiere decir que esa diferencia es lo que le falta a otro. La riqueza se genera, se crea, por ejemplo este astuto magnate creó riqueza en donde antes no la había cuando fundó Microsoft, saciando de esta manera una necesidad en los consumidores antes insatisfecha. No nos arrebató nuestro dinero ni nos obligó a comprar algo que no queríamos, sus productos son comprados solo por quienes quieren hacerlo haciendo así que ambas partes ganen, por un lado él una determinada suma de dinero por producto y nosotros un producto que valoramos más que esa determinada suma de dinero, ya que de lo contrario no hubiéramos realizado intercambio alguno.

Mediante su empresa nos facilita la vida todos los días a miles de millones de personas alrededor del mundo ayudándonos a hacer nuestros trabajos, dándonos una herramienta para que nosotros mismos creemos nuestra propia riqueza e inclusive hasta para que contemos con más tiempo libre debido a la manera en que nuestras vidas fueron simplificadas. Dicho sea de paso que para crear esta fuente de beneficios emplea a más de 93.000 personas en 102 diferentes países ¿cómo puede ser esto malo para la sociedad?

Vuelvo a aclarar que estoy hablando de un sistema de libertad económica en donde el clientelismo político es fuertemente castigado, ya que la riqueza que los llamados “amigos del poder” amasan solo como consecuencia de favoritismos políticos, no solo que es injusta sino que además esta sí empobrece al resto de la comunidad debido a que, a diferencia de lo que veníamos hablando, sus productos suelen no ser comprados por la conveniencia de hacerlo sino porque no nos han dejado otra alternativa ya que mediante estrategias políticas -y no de mercado- han desplazado a la competencia con las gravísimas consecuencias que esto acarrea, pero este es un tema aparte.

El Dr. Alberto Benegas Lynch (h) solía decirnos en sus clases que todos los consumidores elegimos a quienes hacer ricos y a quienes no todos los días en las góndolas del supermercado al comprar determinado yogurt y no tal otro, determinado cereal y no tal otro o bien eligiendo carne de vaca en lugar de carne de pollo. Podemos ver que no existe democracia más directa y constante que la ofrecida por el mercado, en la cual todos los días se realizan elecciones poniendo en diferentes posiciones a los participantes de acuerdo a la calidad del servicio que nos brinden.

La desigualdad es natural al hombre y es muy importante que exista sobre todo en materia económica ya que en ella se reflejan las distintas valoraciones de los consumidores.  Lo que ha ocurrido con este asunto es que gran parte de la clase política corrió el eje del debate, ya prácticamente no se habla de pobreza sino que esta palabra fue reemplazada por desigualdad y de esta manera implícitamente se los hace responsable a los ricos de esta lamentable situación de miseria, quitándose ellos un gran peso de encima cuando en realidad la existencia de la misma es a causa de las distintas trabas al emprendedurismo y a la inversión impuestas por el aparato gubernamental .

Propongo que para evitar confusiones y poder distinguir a los responsables comencemos a hablar con claridad: el problema no es la desigualdad, el problema es la pobreza.