En materia portuaria, el gobierno porteño sigue amarrado al capricho y la jurisdicción del gobierno nacional. La pelea por el Puerto de Buenos Aires no es nueva, desde 1813 hasta acá ha tenido varios capítulos, muchos por todos conocidos. Pero el problema ya no radica en las regalías portuarias, sino en la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, reconocida en la reforma constitucional de 1994.
Este nuevo capítulo surge con la sanción de la Constitución de 1994, donde se otorga el carácter de “Ciudad Autónoma” a Buenos Aires, y esto incluye, además de la elección democrática de sus autoridades políticas, de sus propios tribunales de justicia y su Constitución, del manejo del puerto. La llamada “Ley de Puertos” Nº 24.093, transfería los puertos a las provincias, con la única excepción de la Ciudad de Buenos Aires, que por decreto quedaba bajo jurisdicción federal.