Yo también voy. ¿Cómo no voy a ir? No hago caso omiso a las definiciones de Aníbal Fernández respecto a la movilización, es más, esas afirmaciones le dieron un valor agregado a mi decisión de ir.
A casi todos los argentinos nos duele la muerte de Alberto Nisman. Nos dejó desnudos, desprotegidos. Por eso decidimos marchar, acompañando a los colegas del fiscal en su reclamo genuino e indiscutible para que se resuelva el caso.
Lo único que el Gobierno supo hacer, frente a la muerte de un fiscal de la Nación, es reaccionar mal. Se entrometió, opinó y reculó. Rompió diarios y opinó por Facebook y cadena nacional. Otra vez no pudo ni supo, y hasta sospecho que ni quiso, llevar tranquilidad a todo un país convulsionado. Continuar leyendo