En la provincia de Buenos Aires –específicamente- y en todo el país tenemos dos grandes problemas relacionados con la inseguridad: la exclusión social y la conformación de estructuras criminales vinculadas a organizaciones del narcotráfico. Y como complemento, la impunidad y el mensaje de que se puede hacer cualquier cosa y no habrá castigo.
La marginalidad social, la falta de contención familiar y la carencia de una red educativa fuerte que contenga a los chicos, son las grandes productoras de delincuentes.
La tentación es exigir y estructurar planes de seguridad que se atengan a prevenir y perseguir el delito, pero el gran problema de Argentina es que el país se ha convertido en una inmensa fábrica de excluidos sociales que carecen de horizonte, no tienen futuro y encima están amenazados por la droga y un sistema sin controles, sin premios ni castigos. Continuar leyendo