La Doctora, sus rencores, y la utopía de las represas.
escribe Serenella Cottani
Río Gallegos
De las utópicas represas -Condor Cliff y La Barrancosa- la cronista publicó suficientes textos en el sitio web. Del 2007, 2008. Releerlos mantiene el extraño encanto de la frustración colectiva.
Y la evaluación más deplorable: con sus llamados a licitaciones y sus adjudicaciones falsas, las represas sirvieron, apenas, para armar tablados políticos.
Como el que viene a armar, otra vez, en la plenitud del ocaso, la señora Cristina, la Presidenta, hoy demasiado golpeada.
Supimos llamarla La Elegida. Después Nuestra César. Ahora es La Doctora.
Pasaron seis años, de avances y retrocesos, para la (probablemente) definitiva adjudicación.
El cambio más trascendental pasa por el nombre. Condor Cliff y La Barrancosa ya son Néstor Kirchner, el extinto Furia que impulsó la utopía, y Jorge Cepernic, en homenaje virtual al romanticismo casi revolucionario de los 70. Años ideales para olvidarlos.