La culposa extinción de la derecha

Daniel, Sergio y Mauricio (Última época): Excesiva oferta de centro atenúa al progresismo tibio y a la izquierda.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
(con el apoyo secreto de Consultora Oximoron)

La oferta de centro resulta excesiva. La representación de centro izquierda es escasa. Y de la izquierda es mínima. El cuadro descripto acentúa la extinción culposa de la derecha.
Extraño país (la Argentina) en el que ya nadie es de derecha. Salvo algún marginal que se disponga a provocar. Hoy hasta los empresarios impugnan el neo-liberalismo. No se habla en público de “libre mercado”, ni de privatizaciones, ni de clima de negocios. Ni hablar de la marcada preferencia por occidente. Menos de la reconciliación nacional.
Aquí no queda lugar para ningún Sarkozy. Ni Merkel ni Uribe. Ni siquiera para un Rajoy.
La derrota de la derecha es semántica e ideológica. Sobre todo es cultural.

Consumaciones

Conste que, para suponerse casi de izquierda, el cristinismo solía abnegarse en la faena ingrata de derechizarlo a Mauricio Macri, El Ángel Exterminador. Para convertirlo, al menos, en una versión local del chileno Piñera. En algún momento Macri hasta se dejó construir como representante de la derecha “neo liberal”. A los efectos de ofrecer el perfil del opositor perfecto.
Hasta que de pronto Mauricio sorprendió. Fue en un domingo de retroceso erróneo. Con la adhesión explícita (aunque crítica) al kircherismo limpito. Para legitimar los desbordes que consumaron los hechos. Y luego rendirse, casi con resignación, ante la impostura de los hechos consumados.

Sea la catastrófica expropiación de YPF. Con la jactancia estatista de Axel Kicillof, El Gótico, que sobreactuaba para la tribuna. Al extremo de agravar el grotesco posterior de la capitulación incondicional, en la mesa de negociaciones. Que fue, en realidad, una mesa de humillaciones.

O se trate del asalto a los “fondos de pensión”. El manotazo hacia las AFJP, que elevó la consagración nacional de Amado Boudou, El Descuidista, que sería después habilitado para cumplir con el gran delirio (o negocio) de Néstor, El Furia. Quedarse con la máquina de imprimir papel moneda. El romanticismo del billete propio signó el descenso irresistible del Descuidista, hoy higiénicamente apartado. En un despliegue aún no concluido, donde se agudizan los escándalos contenidos en la Casa de la Moneda, y de su titular, la señora Katia Daura, La Inversora Veloz. Especializada en casonas de ocasión y redituables tintas AVI, de colorante suizo. Daura tiene que responder ante la Justicia, según nuestras fuentes, hasta por haberse apropiado, sin pagarla, de una sofisticada máquina Kugler, encuadernadora de pasaportes, también suiza. Ampliaremos.

O se trate también del pozo ciego, el abismo negro de Aerolíneas. Es la empresa “fiola” del estado. Dilapida el dinero de los contribuyentes que ni viajan. Y a los que viajan les brinda el servicio más deplorable, caro pero el peor. Hasta transformarla en la Aerolínea más fiola del continente que no sólo debe ser privatizada. Merecería ser, incluso, regalada. Para no dilapidar más los fondos del usuario colectivamente degradado.

Juego de las alteraciones rítmicas

El desplazamiento de Macri, desde la derecha (donde nunca estuvo) hacia la placidez desarrollista del centro, explica que, en el fondo, continuaría con los disparates que consumó La Doctora con el Estado. Aunque “para administrarlo mejor, y no para darle laburo a La Cámpora”.
El posicionamiento lo acerca, peligrosamente, acaso en demasía, hacia el imaginario que sostienen los otros dos protagonistas de la consagrada miniserie.
Daniel, Líder de la Línea Aire y Sol, que es el temporariamente favorecido en el juego de las alteraciones rítmicas.
Y Sergio, El Renovador de la Permanencia. Es el que quedó estancado y que hoy repunta. Asciende en el mismo juego de las alteraciones.
Daniel se muestra sorprendido porque “aún lo subestiman”. Y la severamente polarizada señora Carrió, La Demoledora, en su distribución gratuita de agravios, lo trata de “imbécil”. Como si Carrió no se hubiera dado cuenta que el menoscabado, el maltratado, se salió con la suya. Que los embocó.
Es el candidato exclusivo y único del Frente para la Victoria, y La Doctora que cotidianamente lo esmerilaba hoy lo aplaude de pié. Mientras Carlos Zannini, El Cenador, en cualquier momento se calza los cortos para aventurarse en el Futsal de Villa La Ñata. Y ya aprende letras de Montaner.
Si en las próximas dos semanas no es víctima del juego de las alteraciones rítmicas, Daniel se encuentra en condiciones de perforar hasta la superstición histórica más instalada. La que signa la imposibilidad embrujada del gobernador de Buenos Aires para convertirse en el presidente.
Mientras tanto Sergio, bastante más depilado, después de pasar la “Temporada en el infierno” de Rimbaud, y ya sin la saludable soberbia que portaba el año anterior, parece recuperarse. Para ser, entre los polarizados, el que se fortalece más por la magnífica presencia en su bastión. Buenos Aires, La Provincia Inviable. Donde Felipe Solá, Comodín del Mazo de Massa, cultiva la apertura de caminos entre los dos centristas que compiten por el favor de Scioli y La Doctora. Aníbal, El Neo Corach, y Domínguez, El Lindo Julián. Y la centrista que instala el PRO, la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.

El excesivo amontonamiento del centro logra que la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Buena, la progresista tibia, hasta parezca de centro izquierda. Apoyada por los mormones del socialismo de Santa Fe, por el creativo personaje de Oscar Wilde, Martín Lousteau, El Desplazador, y por los intelectuales presentables en sociedad, como la señora Beatriz Sarlo, el sobrio embajador Mayoral y el impetuoso Fontevecchia. Seres notables que buscan diferenciarse ostensiblemente del bloque de centristas que confrontan por cuestiones personales, estimuladas con las egolatrías casi inofensivas. Ya que diferencias de proyecto, entre ellos, en el fondo, no existen. Sólo son énfasis olvidables de la oralidad.
Y tanto centro que abruma hasta el aburrimiento logra, incluso, que el dirigente juvenil Jorge Wermus Altamira, El Trotskista Académico, pueda ser generacionalmente equiparable al Pablo Iglesias del Podemos español.
Lo que falta en la carta -se insiste- es la derecha. Extinguida culposamente en la Argentina. Como los aristócratas y los oligarcas.

Pedantería de las PASO

Para terminar, la pedantería electoral de las PASO. Tenemos, en el primer plano, a dos reconocidos integrantes de la miniserie. Son los centristas principales.
Primero Daniel, que confirma ser peronista. Carga la tobillera electrónica del cristinismo. Merodea el circuito de los 40 puntos, que aún no los alcanzó. Está ahí.
El segundo, Mauricio -el centrista que representa una suerte de cristinismo sin cadenas nacionales ni arrebatos, administrativamente probo y bastante limpito- merodea la franja de los 30. Y ya la pasó. Con la ayuda de los dos polarizados radicales centristas. Son Ernesto Sanz, Eterna Esperanza Blanca, y la señora Carrió, que distribuye insultos y no supera, a lo sumo, los tres puntos.
Ambos siguen el camino electoral que les ilumina Leopoldo Moreau, El Borocotizado.
El tercer centrista es Sergio, que pugna por pasar la frontera de los 20 puntos. Con la ayuda incluida de De la Sota, El Demócrata y Cristiano, que debiera asumir el dolor de la presumible despedida.

De resultar plausibles las tendencias que nos dicta Consultora Oximoron, quedan entre 10 y 12 puntos, tal vez 13, para repartir entre la irreprochable señora Stolbizer. Y para el vigorizante cuadro del Podemos Autóctono, Altamira Wermus, que merecería gobernar para el diseño de un país más entretenido. Como el que podría animar, con acción y aventura, el último participante, Rodríguez Saa, El Alma de la Puntanidad.

Lecciones morales de Santa Fe

La dificultad estructural de vencer a los oficialismos

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Sin los oportunos cortes de luz, como en 2011, el evangelismo socialista de Santa Fe vuelve a retener angustiosamente el poder en 2015.
Desde Hermes Binner se pasó la posta a Antonio Bonfatti, y ahora a Miguel Lifschitz, que se sumerge en el festejo por anticipado. Junto a la señora Norma Fein, que también retiene la alcaldía de Rosario, base sustancial del evangelio.
En adelante, a llorar al parque.
Por más que Mauricio Macri se obstine en el sentimiento convincente de su invocación moral, a los socialistas nadie les va a ganar, en la relativa moralidad de recontar los votos.
Otra muestra de la dificultad estructural de vencer a los oficialismos. Aquí la continuidad emerge como un contagio. Sea en Salta o en Chaco, como en Río Negro y Santa Fe. Hasta hoy, sólo Mendoza puede alterar el rumbo político de su administración. Mientras tanto Córdoba, el Artificio Autónomo de la Capital, La Provincia Inviable de Buenos Aires, o la misma Nación, mantienen la vigencia invariable de los oficialismos.

Saltos y simbologías

Santa Fe marcó también el inicio simbólico de la declinación de la Franja de Massa. Por aquello que su titular, Sergio Massa, denomina hoy sus “errores”. Genéricamente.
Sorprende la simbología del doble salto de Reutemann (al que Rocamora llama Planta Permanente). Desde el peronismo hacia la Franja, primero. Y desde la Franja hacia el PRO, después.
El último salto resultó fatal para Massa. Generó la legitimidad del efecto cascada. Hasta facilitar la sucesión de los otros desplazamientos que debilitaron la Franja. Para fortalecer, más que al PRO, al peronismo expresado en el Frente Para la Victoria. Con el regreso a “la casita de los viejos”. Sin las “frentes marchitas” ni las nostalgias previsibles. Sólo con la intención frontal de ganar. Mantener la continuidad de las cajas. Lecciones morales para constar en actas. Libros de quejas quedan al costado. Inútiles como los recuentos.
La asombrosa recuperación del peronismo santafesino se debe a lo que Graham Greene llamaba el “factor humano”. La coincidencia entre la promoción provincial del ascendente Omar Perotti, dirigente que se impone por sus calificados atributos, con el fortalecimiento (casi inexplicable) del gobierno nacional, sobre todo desde que se atenuaron las derivaciones de un crimen despreciable. Un fenómeno de transformación que ni siquiera supo prever la calculada astucia de Reutemann.
El conflicto se traslada ahora a la frialdad de los escritorios del Tribunal Electoral. Donde a los oficialismos es más que difícil vencerlos. Imposible, se diría.

Santa Fe marca también otra lección moral. La insuficiencia de la soberbia cultural que se apoderó del PRO, a través de la selectiva preferencia por la pureza. Y por la distinta actitud ante los también selectivos acuerdos. Por ser víctima del propio relato construido. Por no contaminarse con nada que oralmente aluda a “lo viejo”. Que dificulte la necesidad del cambio que inspira -y moviliza- la vaguedad de “lo nuevo”.

Siempre la mini-serie

La tradicional mini-serie “Mauricio, Sergio y Daniel” parece concluir en la procurada polarización entre Daniel y Mauricio. Y con el exterminio del polarizado, o sea Sergio, disuelto a baño María en la salsa genérica de sus “errores”.
Ninguno de los tres protagonistas de la miniserie forma parte del socialismo evangélico que gobierna Santa Fe. Desde que el extinto gobernador Obeid se recibió repentinamente de gran demócrata e impulsó la derogación de la Ley de Lemas. Instrumento que permitía que el peronismo, pese a sus desastres, se sucediera en medio de la declinación.
Pero los polarizadores Mauricio y Daniel, en este 2015, se aproximaron bastante a la idea de desprenderse temporariamente de los instalados socialistas. Mauricio a través del carismático comediante Miguel Del Sel. Y Daniel con el citado Perotti, que literalmente ya superó en velocidad al saltarín agotado, Reutemann. Y hasta atenuó el vaporoso prestigio de la señora María Eugenia, la exponente más sensata de Los Bielsa.
Quien se quedó en el camino fue el polarizado Sergio. Sobre todo después del “error” de no haber podido retener al simbólico Reutemann. Para inclinarse por dos candidatos que, lejos de consolidarlo, lo redujeron. De todos modos con Oscar Martínez, alcanzó a retener el cuatro por ciento que deja de ser piadoso. Cuatro puntitos que, por otra parte, hubieran sido indispensables para desalojar a los adventistas del socialismo. Ya que de haberse entendido Mauricio y Sergio, no sólo podían haberse quedado con Santa Fe. Desalojaban a los socialistas hasta del bastión inexpugnable. Rosario.

El extraño vandorismo del PRO

Aunque por arriba Mauricio y Sergio lo nieguen, en niveles intermedios continúan las negociaciones autorizadas. Entre el PRO y (lo que queda de) la Franja de Massa. Para desconcierto de De la Sota. Una suerte de rehén incómodo en la estrategia final del socio. Massa. Con quien De la Sota se dispone a confrontar, en una campaña costosa donde exhibe más el apreciable tesón que la inteligencia electoral.
La lección moral de Santa Fe puede repercutir, sobre todo, en Buenos Aires. Queda apenas una última semana para avanzar con las decisiones que pueden repercutir en el plano nacional.
Desde la innovación intelectual del PRO se inspira “el massismo sin Massa”. Es el rescate de lugares de poder para los massistas que resisten, aunque sólo después de la capitulación incondicional de Massa. Ya que dista, a esta altura, de conciliar un financieramente imposible proyecto nacional. Al que se entrega, con más arrojo admirable que fundamentos.

Mientras confronta con el peronismo, Mauricio suele rescatar, en cambio, a Perón. Como si le perdonara la vida. Pero a quien Mauricio reivindica, en realidad, es a Augusto Timoteo Vandor.
Fue -Vandor- aquel dirigente sindical que planteaba el pragmático “peronismo sin Perón”. Como corresponde, terminó asesinado. Según nuestras fuentes, se trató de un crimen iniciático, decidido en Roma, durante una mañana soleada, mientras dos señores insospechables que ya habían adquirido corbatas en la vía Condotti disfrutaban de la escalinata espectacular de la Piazza Navona.
Nadie debe temer por la reiteración del destino.

Cancha Rayada

Al cierre del despacho, en Buenos Aires aún se reservan tres o cuatro lugares. “Para salir”. En la lista de diputados.
Son para los miembros rescatables de la Franja de Massa que atraviesen los certificados tácitos de pureza. Y tal vez se resguarda por cuatro días otro lugar más enaltecedor. La candidatura a la vice-gobernación de Buenos Aires, para acompañar a otra señora María Eugenia. Pero Vidal. Reserva preciada. Casi un caramelo de madera para el mini-gobernador de San Miguel. Un astuto dirigente que privilegia, según nuestras fuentes, la inteligencia de la lealtad. Que aunque parezca poesía, aún “paga”.
Para avanzar con la idea del vandorismo extraño y perverso, Massa tendría, apenas, que apartarse.
Para la evaluación, El PRO pide demasiado. Invoca una falsa reciprocidad, por el apartamiento de Macri en 2013, que permitió la consagración de Massa.
Un renunciamiento histórico de Sergio. Para aceptar, con excesiva nobleza, su “cancha rayada” personal.
Después de todo, el pretexto de la juventud siempre admite otra ilusoria oportunidad.

Tangos del cierre

“Una”, “Cambiemos” y “Progresistas” completan el frepasismo tardío del FPV.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

“Sin novedad en los frentes”, diría Erich María Remarque.
En el camino hacia la pedantería electoral de las PASO, para el primer cierre sólo concentró algo de suspenso Sergio Massa, El Renovador de la Permanencia.
Sustancialmente depilado a la cera negra (cliquear), con su reconocida astucia se las ingenió para hacer, de su desdicha política, un objeto de consumo. Y de centralidad.

Modelo de inclusión

El favorito es -quién iba a decirlo- el Frente para la Victoria. Pese al frepasismo tardío y a los desastres seriales que arrastra desde hace doce años. Llega sostenido por la carencia de solidez en la reacción del oponente, que parece postularse más para complementarlo que para sucederlo.
En la práctica, lo vertebra el Partido Justicialista Vegetal. Un Ogro invertebrado que adquiere vitalidad sólo cuando se trata de contar los votos, que comparte con una decena de adyacencias. Son sellos presupuestarios que se limitan a contener un vociferante conjunto de buscapinas que pasan mensualmente por ventanilla con gesto reclamatorio, y con la tendencia a creer que participan de la Revolución Imaginaria que aplica el “modelo de inclusión”. Tan generoso que los incluye, incluso, a ellos.
Semejante patología del frepasismo tardío hoy debe obedecer verticalmente las decisiones de La Doctora. Justamente ella vuelve cargada por la espiritualidad que le aporta el Conductor más inesperado. Francisco, mal llamado San Borocotó.
La Doctora tiene que decidirse en los próximos nueve días. Primero y fundamental, ¿qué va a ser de su osamenta?
Si va a anotarse como parlamentaria en la nadería del ficcional Parlasur. La expresión burocrática del Mercosur que ya no existe. O si va a apuntarse, convenientemente, como diputada, para arremeter con la idea alucinante de la Presidencia Legislativa. O acaso, de máxima, como gobernadora de la provincia (inviable). Buenos Aires. Si es que no tiene la autoridad suficiente como para desplazar a Florencio Randazzo, El Loco, de sus ilusiones presidenciales, y proponerlo como gobernador. En ese caso, sin otra alternativa debe avalar, como heredero, a Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, a pesar de su voluntad. Al que habrá, en todo caso, que acotar, pero sólo después de asegurarse el triunfo, de ser posible en la primera ronda, sin asumir el riesgo de perder, entre otros valores, la libertad.
Ahora, si le da luz verde a la confrontación, y el patológico frepasismo tardío presenta la bifrontalidad, a través de Scioli y Randazzo, el máximo beneficiario será Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, transformado en El Ángel Exterminador. Del artefacto Cambiemos, Macri es el aspirante más aventajado.

Cambiemos y UNA. Tangos

“Cambiemos” puede ser el ajustado título de un tango. Como Soñemos “que los dos estamos libres”. Pero es el PRO, expresión institucional del macricaputismo, que emerge con otras dos adyacencias bastante respetables. El retrasado radicalismo que conduce Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, que aporta el hilo de la territorialidad. Y la Coalición Cívica, sello que aún sobrevive y aún no fue asombrosamente destruido por la señora Elisa Carrió, La Empresaria en Demoliciones.
“Cambiemos”, o Soñemos “con la gloria de este amor”, aporta también el conglomerado juvenil de Gerónimo Venegas, El Momo. Es un gratificante exponente de “lo nuevo”, categoría inventada por el pensador don Jaime Durán Barba, El Equeco. Orienta el bolero llamado Fe. Es una religiosidad que por lo menos puede servirle a Macri para contar los votos, en la Provincia Inviable, donde tal vez no alcance con el voluntariado moderno recopilado a través de las redes sociales. La Provincia Inviable es el territorio de la equivocación coral. Aunque puede presentarse, también, como de la esclarecida genialidad. Depende de cómo salga la invención.
La equivocación consistió en haber desairado, y sometido a la humillación civil, al tercero en cuestión, Sergio Massa. Del tango UNA.

UNA “busca llena de esperanzas”. Pero no. Es UNA, “una nueva alternativa”, que le sirve a Massa, al menos para los próximos nueve días, para cotejar con José De la Sota, el apartado peronista que se aferra reglamentariamente a la Democracia Cristiana.Los acompaña otro grupo de honorables buscapinas y la curiosidad del MID, sinónimo semántico del apellido Frigerio.
Hoy el Frigerio más sensato que vive responde al PRO. No pertenece al tango UNA, milita en el tango Cambiemos y aspira a la vicepresidencia. Al cierre del despacho, aparece con menos fuerza que la señora Michetti, La Novicia Rebelde, y en especial que Marcos Peña, El Pibe de Oro, ídolo del voluntariado que recita a Durán Barba.

Progresistas

Para constar en actas, debe rescatarse el recatado grupo de los “Progresistas”. Son los tibios y sensibles que impulsan, hacia el primer plano, a la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Buena.
Es la “gauche” socialmente presentable que no llega a ser de izquierda. Pero que tampoco se resigna culturalmente al pragmatismo que impregna a la indigerible “derecha”.
Es la sintomatología que suele tratar el psicoanálisis y la homeopatía. Eficaz para combatir testimonialmente las imposturas del peronismo, pero sin deslizarse entre la antipática atracción que genera el antiperonismo. En definitiva es el espacio ideal para que sea apoyado por el erudito contratapista Jorge Fontevecchia, como también por la iluminada señora Beatriz Sarlo, y con seguridad también por el novel novelista Tomas Abraham. Aquí se agrupan los frepasistas inquietos que hubieran apoyado con tenacidad a Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, que dejó pasar el 2015 para jugar entero por la continuidad del evangelio socialista en Santa Fe. Son mormones idealmente maltratados por la violencia narco que ni siquiera se conmueve con sus oraciones, ni por sus creencias en el hombre mejor. Territorio en peligro electoral por el énfasis que adquirió el PRO a través del entrañable Miguel Del Sel, El Midachi, y por el apoyo siempre “hasta por ahí nomás” de Carlos Reutemann, Planta Permanente.

Liguillas

Reutemann insiste en la obstinación de permanecer lo más pancho en el Senado. Aunque sin el afán participativo del otro anotado en la Planta Permanente. Adolfo Rodríguez Saa, el Padre de la Puntanidad.
Fue una lástima que Rodríguez Saa no haya alcanzado a convencer al cineasta Fernando Solanas, El Prestigioso Dirigente Universitario. Para armar la liguilla menor y simular juntos que quieren ser -si no presidentes- al menos candidatos. Por suerte el cineasta mantuvo un poco de pudor estético y decidió inteligentemente abrirse para disfrutar, en adelante, ya sin culpas ni simulaciones, de la parsimonia del Senado.
Por último, en el Tango del Cierre nos queda el esclarecimiento de la izquierda real, que insiste con Juan Carlos Altamira, El Trotskista Enciclopédico. Merecería Altamira ser presidente por una semana, cuando irrumpa la reiteración grotesca de otro 2001. Tiene pergaminos superiores, como los amontona también el obrerista Víctor De Gennaro, Nuestro Lula que no Fue. Y es lamentable que tampoco sea de la partida el histórico Otto Vargas, aquel líder de “La Fracción”, que sólo los refinados lo recuerdan aún como Rosendo Irusta

Impunidad conceptual de La Doctora

El cristinismo envuelve y aplasta al opositor envuelto y aplastado

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

“No dejó las convicciones en la puerta de la Casa Rosada. Fue peor, las metió adentro”Oberdán Rocamora

Después del nutrido festival de “números vivos”, el cristinismo se muestra legitimado y dominante. En el final (que se extiende). Pese a sus desastres seriales.
Envolvente, el cristinismo es también aplastante.
Deja a la oposición-envuelta y aplastada. Entra en su juego. Lo complementa. No termina de afirmarse.
Cae en la actitud suplicante. Unificación o continuidad.
La impotente alternativa brota desde La Franja de Massa. Desde la señora Malena Galmarini, hasta Francisco De Narváez. O el mismo Roberto Lavagna. Insisten en la construcción coral del argumento unificador. Pero Mauricio Macri, por decisión estratégica, prefiere no atenderlo.
A esta altura no es sólo para bajar el precio a los aliados potenciales como Sergio Massa o Narváez. Ya no.
Macri esgrime la novedad relativa de la pureza étnica para confrontar. Sin importarle que lo responsabilicen por el triunfo eventual, en la primera vuelta, de Scioli o Randazzo. Quien La Doctora elija para hacerle la suplencia presidencial. O co-gobernar. Si es que prospera el proyecto de llevarla como diputada por la Provincia Inviable. Para elevarla como presidenta del Parlamento.
En tal caso habrá dos poderes superiores en la Argentina. El Ejecutivo y el Legislativo. Con un espacio, apenas nominal, complementario, para el Judicial.
“Si sale la Presidencia Legislativa, para Lorenzetti no va a haber lugar”, asegura la Garganta.

Sed de poder

La Doctora tiene más sed de poder que todo aquel que pretenda suplantarla.
Sea suyo o profano. Mantiene envueltos y aplastados, en principio, a los sucesores de su propia escuadra. Scioli, y -en menor medida- Randazzo.
Pero conste que se trata de peronistas. Pueden obedecerle hasta finales de octubre. Lo pactado, en adelante, tendrá la seguridad de lo escrito en el agua.
Por ahora, Randazzo tiene que ocuparse más de conseguir apoyos en el Frente para la Victoria que entre el resto mayoritario de la sociedad. Y ganarse la consideración de La Doctora. Para ganarle a Scioli con el favor de la tropa propia. Necesita aferrarse, hasta la sobreactuación, a los lineamientos de La Doctora. Si tiene suerte, ajustará luego su mensaje para la gente normal. Y emanciparse -en algún momento- de ella.
En cambio Scioli está algo más aventajado que Randazzo. Cuenta con el apoyo superior de los caciques del peronismo. Soportan los llamados de Zannini, que se arriesga a recibir respuestas similares a la del gobernador Gioja.
“Con Scioli gano, con otro no sé”.
Pero Scioli, como Randazzo, también debe mantenerla imposiblemente mansa a La Doctora. Al extremo abusivo de reconocer que Kicillof es indispensable. Novedad que no reconforta a Miguel Bein, que ahora se muestra en público menos crítico.
“Por derivaciones del Teorema de Baglini”. Lo dijo Bein en el almuerzo del Cicyp.
“Solo cuando uno se acerca al poder se vuelve razonable”.

Tergiversaciones escogidas

Resulta admirable la capacidad De La Doctora para mitificar las epopeyas inventadas.
Abusa de la impunidad conceptual. Para envolver -y aplastar- al periodismo crítico. El enemigo señalado, para devaluar con mayor eficiencia al opositor real.
Gracias a la impunidad de concepto, La Doctora se luce con las emotivas tergiversaciones. Con los desbordes teatralizados. Conmueve a los adictos sensibilizados, como horroriza a los detractores.
Síntomas de la sociedad dividida y enfrentada.

“¡Recuperamos YPF!”, clama La Doctora, conceptualmente impune. Sin réplicas.
Por la catastrófica expropiación. Sin graves reproches ni cuestionamientos, se pasó de las compadradas ministeriales de Kicillof, a la capitulación más humillante del mismo Kicillof. Al extremo de elevarlo a Brufau, el CEO de Repsol, como el gran héroe nacional de España. Por el milagro de conseguir, para las arcas exhaustas, 6.500 millones de dólares, procedentes desde el país exangüe (cliquear), Argentina, internado en terapia intensiva.

Se advierte que, de tanto envolver y aplastar con la tergiversación, se arriba a la conclusión que La Doctora y El Furia fueron siempre valientes defensores de los derechos humanos.
Y que no fue ninguna convención del conjunto de pícaros que percibieron las ventajas del humanismo.
Entonces reinstalaron las ceremonias de la carnicería en el primer plano. Declararon a la Esma como territorio liberado, apresaron a una apreciable cantidad de septuagenarios y descolgaron un par de cuadros falsos. Mientras tanto, en simultáneo, se entregaban a la devastación recaudatoria, asociada a la idea eterna de la impunidad.
Al respecto, desde el periodismo artesanal, se acuñaron algunas frases dolientes.
“Con la izquierda adentro se puede robar mejor”.
U otra igualmente grave.
“Del roban pero hacen se pasó al roban pero apresan y castigan”.

Sin embargo la impunidad conceptual celebra la máxima idiotez geopolítica que produjo el extinto.
La grosería diplomática de Mar del Plata, presentada como otra gran proeza. Papelón internacional que legitima el anticipo del aislamiento.
Fue cuando El Furia armó la patota con Chávez, el otro extinto, liado principal, para desairar al estadounidense Bush. Y organizarle patológicamente en las calles, desde el Estado, una manifestación adversa.
Inicio del descalabro que profundizó el descenso de Argentina en el “clima de negocios”. Y en la proclamación del antimperialismo pueril, improvisado, adolescente y a la bartola.
Tristezas del país defaulteado y desacatado. Desprestigio de una caída libre que de ningún modo se simula con la irrupción tonificante de China.
A propósito, China pone el dinero grande en Brasil, para financiar una ruta desde el Atlántico al Pacífico. Y la pone también en Nicaragua, para construir el canal que desplace en importancia al canal de Panamá.
Mientras tanto, la legitimidad del yuan, China se la confía a Chile.
Aquí, en la desmesura patagónica, China distrae unos cuantos miles de millones de yuanes para financiar el negocio demorado de las represas. Las que tuvieron más anuncios como nombres. Pero de paso edifican, como si se tratara de una propina para caja de empleados, una base satelital inexplicable, que depende de sus fuerzas armadas.
Esta Argentina, para China, es, en importancia, como cualquier otro país subastado de África.

La entendible continuidad del cristinismo

Cada vez está peor pero amaga con ganar de nuevo

escribe Bernardo Maldonado-Kohen

Cuesta admitir que el ciclo negativo del cristinismo apueste aún por su continuidad.
En doce años de imposturas, construyó un régimen sostenido por los desposeídos que sacan, y por los épicos que plantean la Revolución Imaginaria. Pero abiertamente enfrentado con los poseídos que no ponen. Con los idiotas que les pagan los impuestos y los obstinados que conservan un “canutito”.
Extraño modelo de inclusión social que excluye a los que invierten.
Un cachivache que nada tiene que ver, siquiera, con el peronismo.

Catálogo de catástrofes escogidas

La economía encepada (que se niega). El descenso del default (que se niega también). La nación desacatada.
Con la inflación tolerable por hábito histórico. Acostumbramiento cultural. Con la recesión tergiversada.
El vicepresidente no puede ser mostrado ni en fotografías. La señora presidente salpicada por el infantilismo lavador de la hotelería menos responsable.
La ofensiva brutal sobre el Poder Judicial marca que mantienen problemas severos con el delito. Por la corrupción estructural de los primeros siete años de recaudación centralizada.
Para garantizarle impunidad al delito, no vacilan en cultivar la viejofobia más cruel.
Para concluir la sinopsis queda el balance de la sospecha internacional. La responsabilidad por el crimen ensuciado, oscurecido. Consecuencia de “los cambios”, mientras se ensaya el antiimperialismo inconvincente y preventivo. Cambios geopolíticos a través de acuerdos que se desconocen. Como si estuvieran seguros que ningún sucesor podrá jamás revisar la historia reciente.

Pese al breve catálogo de catástrofes escogidas, con una audacia infinita el cristinismo instala la idea de quedarse. Porque vuelve, en octubre, a ganar.
En los últimos 45 días pasaron de la resignación cultural de irse, al triunfalismo jactancioso de la actualidad. Dejaban la “bomba para el sucesor”, al decir de Méndez. Aunque amagan ahora con sucederse a sí mismos. Con el objetivo de resolver la elección, incluso, en la primera vuelta.
Al cierre del despacho nadie se atreve a asegurar tampoco que, de existir la segunda vuelta, la pierdan.
La continuidad del cristinismo es entonces entendible. Casi admisible. No presenta ningún misterio. Las razones para la permanencia son absolutamente terrenales.
La explicación elemental alude a la intrascendencia de la contestación opositora. Induce a evaluar que el cristinismo no tiene enfrente nada serio que, en el fondo, lo inquiete.
Sólo la gran prensa, que se equivoca con énfasis y también pierde. Y algún sector de la Justicia, que marca limites, como puede.

La cría involuntaria

Daniel Scioli es la cría involuntaria del proceso kirchnerista.
Caso más tratable desde el esoterismo que desde la ciencia política.
Un hombre sensato, apreciablemente elemental, con la sobreestimación personal que arrastra la ideología positiva del vitalismo. Nada tiene en común con lo más detestable del resignado Frente para la Victoria que lo enarbola como candidato. Siempre que supere el obstáculo de Florencio Randazzo. O sea, en definitiva, el obstáculo permanente de La Doctora.
Si Scioli está hoy poco más fuerte que Mauricio Macri, y bastante más que Sergio Massa, es por la pertenencia al extinguido Partido Justicialista. El sello vegetal está disminuido, pero conserva vigencia como instrumento electoral. Un gran partido en estado de misericordia, pero es el único que subsiste. El resto es un conglomerado de cartas de intención. Algunos son muy auspiciosos, como el PRO, expresión institucional del macricaputismo. Y aún persiste otro gran partido, un esqueleto en conservación. El despedazado radicalismo que aporta, en su fragmentación, “radicales para todos”. Hasta para el Frente de la Victoria.
Aunque el PJ y el Frente carecen de fuerza consistente en los grandes centros urbanos (Córdoba, Rosario, Artificio Autónomo de la Capital) se sostiene sobre todo en la Inviable Buenos Aires. Marca la diferencia en el territorio donde se suele castigar al oficialismo en las legislativas. Pero se lo respalda en las presidenciales.
Macri y Massa, los dos principales desafiantes, al carecer de estructuras territoriales propias, debieron apoyarse en el esqueleto sin gran musculatura de los radicales.
La batalla (por los radicales) la ganó Macri. Para generar una asociación sostenida en su figura, aún más allá del Artificio Autónomo.
Cuenta con una base atendible en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Pero resulta insuficiente en la Buenos Aires Inviable donde ya supo triunfar dos veces. Asociado a Francisco De Narváez, en 2009, y a Massa en 2013.
Desligado hoy de ambos, Macri confía en su carisma de producto providencial para arrastrar, desde la candidatura a presidente, a quien disponga como gobernador. Repetición argumental del fenómeno Alfonsín de 1983, cuando logró imponer como gobernador al frágil Armendáriz.
Pese al entusiasmo del pensador Durán Barba, hoy resulta casi ingenuo apostar por la pureza ideológica del PRO. Con aspirantes que enarbolen el certificado de “lo nuevo”. Modernos. Danzarines novedosos.
Al perder su batalla por los radicales, Massa opta, en cambio, por asegurarse una parte considerable del electorado peronista, pero desconforme con la pertenencia al frepasismo tardío del Frente para la Victoria.
Hoy Massa padece los operativos exitosos para depilarlo. Son pequeños caudillos suburbanos que lo abandonan por desencantos juveniles. Y del único territorio donde El Depilado está más sólido. Buenos Aires.
Mientras tanto, para contener recíprocamente la adversidad, Massa ensaya la aventura del entendimiento con De la Sota, el peronista cultural que hoy nos sorprende como Demócrata Cristiano.
Desde los espacios de la racionalidad emergen los esclarecidos que tienen una firme vocación por perder el tiempo. Pugnan aún por el acercamiento imposible entre Macri y Massa.
Pero para algarabía de Scioli y La Doctora, la grieta, entre ellos, se profundiza con intensidad.

Otra vez con las recuperaciones

La tesis clásica del Portal remite a interpretar el cristinismo a través de las caídas. Las que generan las recuperaciones.
El último descenso en el infierno alude al Crimen de Nisman, que mantiene el destino clavado de misterio irresoluble.
El cristinismo envolvente sirve para entender sobre todo al opositor envuelto. El que crece, en exclusiva, solo a partir de los errores del adversario.
La proyección del opositor envuelto nunca es consecuencia de los propios atributos para plantear la superioridad.
Si no comete más equivocaciones, con Scioli -la cría involuntaria- el cristinismo siente el regalito de cuatro años más en el poder.
Salvo que los opositores envueltos modifiquen la estrategia de la fragmentación, que les deja el obsequio de la permanencia garantizada a los envolventes.
Esta oposición envuelta, vacilante y colmada de egolatrías y competencias pasionales, consigue que ninguna crisis del cristinismo sea suficientemente grave. Como para evitar la ceremonia de la recuperación.
Ocurre que esta oposición sólo se conforma con oponerse. Indignarse con declaraciones a los medios. Pero siempre sin sustituir.
Larga vida (regalada) para el cristinismo.

Macri y el límite a Massa

Sobre el Club Swinger de la política nacional.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, solía representar la obstrucción del límite. Difusa luz de interdicción.
“Mi límite es Macri”, sostenía la señora Carrió, La Empresaria en Demoliciones (Dama pudorosa que hoy es su aliada).
Entonces Macri era la frontera ideológicamente emblemática. La barrera que imponía un peaje ético.
Más allá de Macri se situaba el territorio horrendo de la derecha. El neo liberalismo conservador.
Más acá de Macri, en cambio, imperaba el costado progresista. El sendero bucólico que siempre iba a atravesar Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto. O la señora Margarita Stolbizer, La Vecina Honorable. Hasta Alfonsín, El Alfonsinito, quien recurrió en algún momento a la cuestión del “límite a Macri”. Pero pronto se arrepintió.

Parábola del Poder

En el fondo, la conquista del poder se reduce a la simpleza de una parábola.
Es el trayecto que se extiende desde la condición de limitado, hasta la condición de limitador. O de marginado a marginador.
De arriesgarse a recibir el regalo indeseable de una bolilla negra, a la arbitrariedad de colocarla en el bolillero.

Como en el ascenso hacia el poder Macri tuvo cierto éxito, es ahora el mismo Macri, el ex limitado, quien fija arbitrariamente los límites a los otros.
Como si dijera: “Mi límite es Massa”. Ahora sorprende: “Con Massa nada tengo que ver, es un problema de la interna peronista”.

Massa, El Renovador de la Permanencia, para Macri representa un emblema derivado del peronismo. Es parte de “lo viejo”. Antigualla que el propio Macri se dispone a superar. Para discriminar, en cierto modo, a cualquier funcionario que en los “últimos 25 años” haya manejado algún resorte de poder. Años que registraron, en su balance, un saldo colectivamente negativo. Tipos que, en definitiva, fracasaron. Tuvieron su oportunidad. Fueron. Son “lo viejo”.
La circunstancia del fracaso es abiertamente pecaminosa para el PRO. Aunque en el país abunde la frustración. Todo -pero todo- lo hicieron mal.
Entonces persisten los desdichados que se esfuerzan en pasarle a la sociedad talonarios enteros de facturas.
La humanidad está en deuda con el ciudadano que “se merece vivir en un país mejor”. De acuerdo.

Puede que el antiperonismo literal le resulte útil a Macri para desplegar las imposturas inofensivas de la campaña. Entre globitos y saltos eufóricos del danzarín apuesto de 56 años.
Resulta llamativo pero Macri salta mucho más que Sergio Massa, que tiene 42. Y que Martín Lousteau, El Wing Izquierdo de River, flamante adversario de 44.
Pero nadie le advierte a Macri que destratar tanto al peronismo puede transformarse en un suicidio institucional anticipado. Sobre todo si prosigue con su ascenso irresistible. Y llega, incluso, a gobernar.
El peronismo suele ser dúctil. Es flexible y hasta reversible. Es vulnerable, inagotable y pragmático. Pero los peronistas no suelen olvidar con facilidad las afrentas ni la discriminación. Al contrario, son los elementos que generan la indispensable épica de resistencia. Combinan a la perfección con el riesgo natural de la revancha.

En el club Swinger

Sin embargo Macri y Massa ya estuvieron juntitos. Y fueron felices. En octubre de 2013 vencieron al kirchnerismo. No hace tanto.
Aunque los sujetos no representan a la misma generación, la sociedad Macri-Massa emergía como algo bastante razonable.
Eran “dos a quererse”. Macri junta “misericordias” en la provincia (inviable) de Buenos Aires. Y Massa “recopila compasiones” en el Artificio Autónomo de la Capital.
Pero la relación no funcionó. Falló “El factor humano”. Título de la novela de Graham Greene.

Pero también al kirchnerismo lo vencieron juntos Macri y Francisco De Narváez, El Caudillo Popular. Fueron felices en 2009. Junto a Felipe Solá, El Cuadro del Felipismo.
Cuando Massa junto con Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, era otro kirchnerista testimonial.
Curiosamente aquel Narváez fue vencido también por Massa, cuatro años después, en 2013.
Ahora, en el Club Swinger, Narváez es massista. Como Solá.

Mientras tanto Carrió, la que le ponía los límites a Macri, en el Club Swinger también cambió. Hoy está en pleno romance platónico con Macri, aunque cada vez más atraida por “los rulos” del wing izquierdo. Lousteau, El Personaje de Wilde.
Y ahora Carrió, junto con Macri, le pone límites a Massa. Para algarabía de Scioli y de La Doctora.
Para Carrió, hoy Massa pasa a ser el nuevo Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Cuando Duhalde era el enemigo número uno de los Kirchner, se evoca que Carrió lo catalogaba al pobre Duhalde de narco. Jefe de la “mafia del PJ”.
Y cuando para La Doctora (y para Macri) el enemigo pasa a ser Massa, el narco de repente -para Carrió- es Massa.
En el Delta, según la interpretación, se lava más blanco.

Conste que Carrió resultó fundamental para que los radicales, en Gualeguaychú, le tendieran el cordón sanitario a Massa. Y se enrolaran en la liga mayor. Con Macri.

Tragicomedia

De todos modos, como Macri y Massa estuvieron juntitos, y fueron felices hasta hace poco más de un año, en el Club Swinger prospera otra interpretación.
Las reservas morales y políticas de Macri no son, de ningún modo, contra Massa.
Son, en realidad, contra el tercero en la discordia. Francisco De Narváez.
Porque ahora, en el combo de Massa, para colmo entra también Narváez.
El Supermercadista Colombiano que tiene un techo: ser el gobernador de Buenos Aires. Desde la Franja de Massa. Donde manda el limitado que se dispone a jugar, por su parte, en una liga menor. Una suerte de Nacional B. Con José De la Sota, El Cuarto Hombre, y Adolfo Rodríguez Saa, el Padre de la Puntanidad.
Asociado a Macri, en 2009, El Caudillo Popular (Narváez) lo venció al testimonial Massa (por entonces junto a Kirchner y Scioli).

En cambio Massa, asociado a Macri, lo venció luego a Narváez, en 2013.
Y justo cuando Macri creía tenerlo en la lona, Narváez de pronto se recompone. Quiere más. Y reaparece en el combo de Massa.
No olvidar nunca que Narváez es el antihéroe con quien Macri supo protagonizar una celebrada tragicomedia
En su momento, juntos motivaron (Macri y Narváez) una inspiración de gloria en el “portal del periodismo artesanal”.

Alivio espiritual en el macriputismo

Abunda el alivio espiritual en el macricaputismo.
Mauricio, El Niño Cincuentón, zafó de la interna sustancial. Incomodidad que lo mantenía estancado. Emerge fortalecido.
“Con un sexo político de cuatro metros” explicita la Garganta Pro.
La “decisión estratégica” de apoyar frontalmente a Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático, tuvo su final favorable.
Es de esperar que muchos votos independientes, que fueron hacia Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no se vayan, en julio, imantados hacia Martín Lousteau, El Personaje de Wilde.
En adelante, Mauricio puede estar seguro que va a polarizar nomás con Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol.
Posiblemente ambos. Mauricio y Daniel- tuvieron éxito en la tarea compartida de marginarlo a Sergio, el Titular de la Franja de Massa.
Hoy se lo percibe a Sergio algo alejado de Mauricio y de Daniel. Se les escapan. Pero este juego es el tradicional “sube y baja” del parque de la memoria.
Si por ejemplo el viernes Sergio colma el estadio de Vélez, y consolida aparte su alianza con De la Sota, El Cuarto Hombre, y acaso también con Adolfo Rodríguez Saá, El Alma de la Puntanidad, podrá blindarse otra vez su candidatura. Para que vuelva a ser una disputa de tres. Aunque, al cierre del despacho, parece tratarse de una disputa de dos. Sólo entre Mauricio y Daniel. Si es que Daniel consigue librarse definitivamente de la competencia virtual de Florencio, El Loco. Es el que siempre está pendiente, aunque no produzca ninguna información que estimule una idea de campaña. Para colmo, la esperanza del dedazo se diluyó en Moscú. Para algarabía de Daniel, La Doctora expresó que “no tiene favoritos”.

Parábola geopolítica del país en banda

Pese a haberse agotado el aquí anunciado como “último mes de centralidad”, La Doctora aún conserva la iniciativa. Actúa como si no fuera a irse nunca. Al menos, en materia internacional, donde hace y deshace en soledad, sin siquiera brindar la explicación que tampoco nadie le pide. Ni Mauricio ni Sergio. Por supuesto que tampoco Daniel va a pedirle a La Doctora que le rinda alguna cuenta.
Aunque los tres se postulen para sucederla, no tienen la menor idea de los compromisos que se asumieron.“¿Y qué hacemos si a Daniel, en la presidencia, se le ocurre vendernos de nuevo a los yanquis? –confirma otra Garganta, que trafica el cuento de la Revolución Imaginaria.
De manera unilateral, porque se le antoja, con licencia de corsaria, y en virtud del pragmatismo a la bartola, La Doctora traslada el país a la deriva hacia el inquietante eje China-Rusia. Que por supuesto incluye a Irán. O sea a Siria. Y a través de Venezuela, nuestro máximo aliado en el subcontinente.
Sin siquiera pestañear, La Doctora pasa, sin inconvenientes ni reclamos, de las intenciones fracasadas de reconciliarse con el mercado de capitales –o sea con Occidente-, emprendidas desde el comienzo de 2014 (rendición ante Repsol y rodilla ante el Club de París), para conciliar después de Griessa posiciones favorables con China, primero, y Rusia después.
Parábola geopolítica del país en banda. Un viraje que se dio en menos de quince meses. Queda el balance de un crimen.
Ni Mauricio ni Sergio, en lo personal, ni sus equipos económicos, ni sus asesores en política exterior, tienen la más remota idea, según nuestras fuentes, acerca de qué demonios La Doctora, Timerman y De Vido comprometieron con Rusia y con China.
Si alguno de los dos aspirantes a la sucesión estimula la ilusión de reestructurar las relaciones con Estados Unidos, o con la Unión Europea, debería, al menos, interesarse en la magnitud de los compromisos firmados. Existe la continuidad jurídica del Estado. Aunque los audaces irredimibles del cristinismo suponen que tienen asegurada la continuidad. Para siempre. Con lo que tienen enfrente, crece el derecho de creerlo.

La Doctora, la gran campeona de la defensa de los derechos humanos que humilló, para espanto del ministro De Vido, al pobre “negrito” Obiang -Presidente de Guinea Ecuatorial-, porque no los respetaba, por el repentino pragmatismo a la bartola hoy prefiere callar (o sea convalidar) ante la prisión de los dirigentes opositores al asociado Nicolás Maduro.
Es –Maduro- quien no vacila en degradar, incluso, a las autoridades de España, por la osadía de reclamar por los presos políticos en Venezuela. Y en defenestrar, por si no bastara, a Felipe González, por ofrecerse como abogado de los presos. Y en esta etapa pragmática mejor ni tratar, en materia de derechos humanos, el caso de Putin. Silencio.

Derivaciones humanas del relato

Pero es el tiempo de los posicionamientos, entre los tres postulantes presidenciales que se manejan con consultores que sostienen que no es momento de anunciar cambios bruscos ni rupturas. Debe confiarse entonces en que los tres ya saben cómo plantar el país. Adónde. O dejarlo así, como está. Para cualquier postura. A la bartola.
Tiempo de dramas electorales.
-”Cómo les pedimos a los que cantan “Cristina corazón aquí tenés los pibes para la Liberación” que ahora griten “¡Daniel, Daniel!”-
Es otra severa introspección de la Garganta Popular.
Lo que opine la señora de Bonafini, según nuestras fuentes, ya casi nada preocupa en materia electoral. Las Madres le dieron al cristinismo todo lo que tenían para dar. Hasta su prestigio. Y en la retribución, pasaron a convertirse en una constructora fraudulenta y quebrantada.
Menos aún interesan las reticencias que puedan presentar los intelectuales buscapinas del colectivo Carta Abierta.
“No mueven quince votos, y no se les entiende un c…”.
Importan, sí, los jóvenes que saltan. Que son los que ponen el aderezo de la épica. Los muchachos que adquirieron auténticamente el cuento de la Revolución Imaginaria.

El dilema reside en las derivaciones humanas del relato.
Apoyar a Daniel, aunque siempre estuvo, implica dejar de lado la consigna “Patria sí Colonia no”. Que algunos hasta se tomaron en serio. Cuesta cambiarla por “con fe y esperanza, siempre para adelante con el Aire y el Sol”. A través de la ideología del vitalismo positivista que representa Daniel. Con la confianza en sí mismo que lo habilita para asegurar que, a partir de su presidencia, se viene “una Argentina que ni te imaginás”. Con la explosión del optimismo que lo instiga a confirmar que “a la Argentina va a venir dinero desde todos los países del mundo”.

Por su superioridad natural, por la visión desproporcionada de sus atributos, Daniel no tiene ningún inconveniente en que “le pongan todos los diputados”. O que le pongan el vice que quieran. Ya que con Scioli, en definitiva, todo va a cambiar.
“Pero que no se le ocurra entregarnos de nuevo a los yanquis” insiste la Garganta.

Recaudación y cuentapropismo

La cuestión que pasaron doce años de Kirchner-cristinismo. Contradictorio, complejo, invertebrado. Siete años, entre 2003 y 2010, fueron de recaudación centralizada. Y debe aceptarse que los últimos cinco sin recaudación. “Sin bolsos en los vuelos de los viernes”. Colmados de altibajos, delirios y bolsones de cuentapropismo. (Ampliaremos en próximo informe).

Lo que El Furia no pudo lograr con el trunco Compromiso K, La Doctora lo logró con La Cámpora.
Un conjunto incondicional de muchachos que atraviesan la treintena. Los que planifican, en los próximos diez años, quedarse con el control total del país. Arrasan con dos generaciones. Las jubilan.
En una década oscilarán los 45 años. A punto. Con experiencia en manejo del poder.
Saben, en la práctica, que Daniel es quien está mejor posicionado para garantizarles la continuidad de lo conquistado.
Sólo tienen que abstenerse, en adelante, de cometer errores. Los que pueden ser aprovechados por Sergio y Mauricio, al acecho. Siempre.

Gabriela vs Mauricio (y Horacio)

Se quiebra el “encanto light” del PRO

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Estructura aceitada

Cuando se le pregunta al diputado de PRO si está con Horacio o con Gabriela responde con calculada firmeza.
“Con Mauricio. Estoy con Mauricio”.
Porque está con Mauricio, por consiguiente, lo apoya a Horacio.
Cuesta asumir que el competidor de la señora senadora Gabriela Michetti dista de ser Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gabinete del Artificio Autónomo.
Confronta con Mauricio Macri y la estructura aceitada del macricaputismo.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Decisión estratégica

Con usual precipitación, se le computa a Mauricio la cruda actualidad del PRO, como si se tratara de un error táctico.
El de victimizar en exceso a Gabriela. Una dama querible, inteligente e impedida, vulnerable sólo de apariencia.
Para la evaluación de Oximoron se trató de una decisión estratégica. Consistió en apoyar frontalmente a Horacio.
Un funcionario laborioso y competente. Con proyecto propio y ambiciones inagotables. Aunque bastante cuestionado como candidato. Por la carencia de atributos vinculados al misterio del carisma. Que es precisamente el misterio que porta Gabriela. La capitaliza.
Es preferible entonces mostrarlo a Horacio siempre fortalecido. Bien acompañado en las caminatas, en las producciones informativas “de gestión”. Si por noble elegancia el acompañante ya no puede ser Mauricio, que lo acompañe Durán Barba, sobre todo después de leer encuestas. O el cada vez más confiable Santilli. O con la señora Bullrich. La inquietante señora Alonso.

“Cuando el 26 a la noche nos enteremos que Horacio le ganó a Gabriela por 6 puntos, Mauricio va a tener el doble de poder”, confirma la Garganta.
“Estará más fortalecido para arrancar la epopeya con María Eugenia, en la provincia de Buenos Aires, y conquistar la presidencia”, prosigue.

Vaticinan la victoria de Horacio por seis puntos, con más voluntarismo que certeza.
De darse el vaticinio, Mauricio podrá recuperar, acaso, los tres puntos que explicablemente perdió en el último mes. En beneficio, para colmo, de Scioli, el adversario recíprocamente preferido para polarizar.
Mientras tanto ambos -Scioli y Macri-, como si se hubieran puesto de acuerdo, pugnan para dejarlo fuera del escenario a Massa.
El objetivo, según nuestras fuentes, es reducirlo a Massa, pero no en exceso.
Ya que Scioli con La Doctora necesitan mantenerlo vivo a Massa, en principio para la pedantería obstaculizadora de las PASO. Y sobre todo para la primera vuelta de la elección real.
Con la desesperada esperanza -en el caso de Scioli- que la de octubre sea la única elección. Que se liquide el pleito electoral en la primera vuelta, como si se tratara de un trámite administrativo.
Porque, si hay una segunda vuelta, Scioli es boleta. Pierde. Y entonces Macri podrá festejar con el bailecito y la voz complementaria de Gilda.
Sin embargo el esquema diseñado en los papeles contiene el riesgo de ser desmoronado en el territorio, en poco más de dos semanas. Si es Gabriela la que le gana a Mauricio, hoy representado aquí por Horacio. Así sea por medio punto.
Plantear la alternativa del triunfo de Gabriela se asemeja a una provocativa transgresión. Pero es la martingala a la que se aferran los especuladores que estimulan la atractiva idea de propinarle a Mauricio un tropezón. Una especie de porrazo que voltearía el cuento de la “decisión estratégica”.

Four Seasons

En enero -pocos días antes que mataran a Nisman- en el restaurant del Four Seasons, Gabriela abandonó la concepción casi pastoril de ser “hermanita” de Mauricio. Para elevarse como una par. Discutir las acciones y convertirse directamente en adversaria.
Fue cuando se registró el último intento de Mauricio por convencer a Gabriela para que fuera su compañera de fórmula en el ámbito presidencial.
Estuvo acompañado por los dos exponentes fundamentales de la “mesa chica” del macricaputismo. Nicolás Caputo, Nicky, el amigo y el socio de la vida, que alterna entre Buenos Aires y Miami. Y Marquitos Peña, calificado como El Pibe de Oro. Es el instrumentador del “voluntariado nacional”. Militantes de internet que desde cientos de ciudades ya aportan decenas de miles de fiscales. Un generador del fenómeno que se conoce como “nueva política”, aunque fue estimulado por un “viejo político”.
Por su parte Gabriela asistió acompañada del amable Federico Pinedo, su cordial jefe de campaña, Planta Permanente en la legión de Diputados. Y por el enigmático Juan Tonelli. Es El Novio.
Por supuesto que a Tonelli se le atribuye una ascendente influencia en la estepa afectiva del michettismo.
Al Novio lo culpaban, en principio, de la persistente obstinación de Gabriela en postularse para la jefatura del Artificio Autónomo. Pero era una manera prejuiciosa de devaluarla.
Debieron darse cuenta antes que la firmeza de Gabriela no se la proporcionaba El Novio. Era otra “decisión estratégica”. Y vital. De Ella.
Mauricio pretendía, en la histórica cena del Four Seasons, que Gabriela no trabara el camino de la sucesión natural. Era para Horacio Rodríguez Larreta.

– Te lo repito por última vez, Mauricio. No tengo vocación para ser tu vice -según las fuentes dijo Gabriela-. Voy por la jefatura de gobierno o por nada. O me vuelvo a mi casa.

La “hermanita” desobedecía. Otra vez. Se negaba, como en 2013. Cuando se le resistió a la propuesta de trasladarse hacia la provincia (inviable) de Buenos Aires. Aquel rechazo facilitó, justamente, el triunfo de Sergio Massa. Y aquella noche de verano en el Four Seasons Mauricio se fastidió con “la hermanita”. Basta. Era una adversaria.

Cancha inclinada

Al cierre del informe, para Oximoron se registra el “empate técnico”. Y el panorama puede nublarse más si Gabriela avanza en los temas puntuales que sensibilizan al macricaputismo. Aluden a intereses. Mangos.
Con la cancha inclinada a favor de Horacio-Mauricio, sobre todo en el interior del PRO. Pero con un incipiente gabrielismo que, por variados motivos, se percibe en el votante que sufraga últimamente por Macri. Sin pertenecer a la organización. Ni al “voluntariado”.
Es hacia la construcción del electorado flexible e independiente, donde más apuntan los identificados que tuercen a favor de los atributos naturales de Gabriela. Como por ejemplo los tres ministros, que comienzan, según nuestras fuentes, a ser mirados, en el macricaputismo, con cierto desdén. Una desconfianza que puede tener derivaciones políticas.
Sobre todo se le apunta a Hernán Lombardi, un traficante de cultura, curtido en la picaresca de raigambre radical. Es el expansivo que no vacila en fotografiarse mientras juega a la rayuela en París, con la señora Marta Minujín. O se le apunta al ex Juez Guillermo Montenegro, un dandy rejuvenecido, con su cuidado aspecto de rugbier eterno, aunque aún lo llamen “El Gordo”. Y el sobrio paisano Daniel Chaín.
Son los tres puntales que tratan -junto a Pinedo y El Novio- de remontar con fuerza a Gabriela, desde la desventaja de la “cancha inclinada”.
Los tres se esmeran por demostrar que también son leales a Mauricio. Que después todo volverá a ser como antes. Como si no se hubiera quebrado aquel dulce encanto light.
Con la osadía de creer que Gabriela, al fin y al cabo, representa lo mismo que Horacio. Una ilusión.
(Para culminar, Oximoron consigna una llamativa casualidad astrológica.
Ambos, Gabriela y Horacio, son de 1965. Diferentes Serpientes de Madera que cumplen 50 años en 2015.
Se impone entonces comprometer el informe respectivo de Medea Lobotrico-Powell, colaboradora invalorable que reside en Antibes).

Último mes de centralidad

La Doctora necesita terminar con el Caso Nisman para ser candidata y decidir el destino de Scioli.

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

Introducción
Ahora candidata

En treinta días, por importancia territorial y gravitación mediática, la atención va estar concentrada enteramente en la disputa urbana de Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, y Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Flores Sur. Aspirantes a la sucesión del presidenciable Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, en el Artificio Autónomo de la Capital.
En adelante transcurre el turno del festival de las elecciones provinciales. En Salta, Córdoba, Santa Fe, Chaco, Tierra del Fuego, Neuquén. Hasta arribar a la sublime pedantería de las PASO, las primarias abiertas y obligatorias, ensayo de orquesta para la función electoral definitiva, la de octubre, con la respectiva segunda vuelta en noviembre. Coronación del año perdido.
En tanto Presidenta, La Doctora atraviesa el último mes de centralidad. Aunque le quedan varios meses de centralidad discutiblemente asegurada, si es que se anota, también, como candidata a gobernadora o diputada.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Cuentan que La Doctora lo dijo con su natural tonalidad épica:
“Si me hago cargo de la campaña, pongo el próximo gobernador de Buenos Aires. Y también al Presidente”.
Lo más probable, al clausurar el informe, es que La Doctora vaya como primera diputada por Buenos Aires, La Provincia Inviable.
Entonces le quedan pocas semanas para lucir su hegemonía, a través de las compulsivas cadenas nacionales. Y para imponer sus legisladores incondicionales, en todos los distritos. Ya sin el riesgo de que aparezca otro Juan Carlos Mazón, que en realidad estaba despedido desde hacía meses. Desde cuando Mazón, algo harto, les dijo a Parrilli y a Zannini:
“Ustedes trabajan para que Macri sea presidente, y yo sólo trabajo para el peronismo”.
El ejemplo de Mazón muestra que en el peronismo una golondrina no hace un pepino. Porque en definitiva las listas van a armarse en Olivos. Dictados por La Doctora, en consulta permanente con Máximo, En el Nombre del Hijo, el ascendente y acaparador De Pedro, El Wado, y Zannini, El Cenador. Lo que alarma es que los blandos gerentes provinciales se adapten a esta llamativa versión del federalismo. Y de la democracia interna.

Aparte de centralidad, La Doctora por las dudas necesita fueros. Aunque ninguno de los eventuales sucesores mantenga, según nuestras fuentes, el objetivo de encerrarla. Ni Macri ni Massa, Titular de la Franja de Massa, seguro. Menos aún Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, si es que se pone generosa y lo deja participar.
Son los expedientes judiciales que se emanciparon. Y siguen invariablemente su curso.
Para decepción de los masivos apresurados que no soportan siquiera su voz, Oximoron confirma que La Doctora no planifica irse. De ningún modo. Ni ceder una miserable migaja de su poderosa influencia. Al contrario, la dama se propone, según nuestras fuentes, mantener su presencia. Hasta la exasperación.
Y al sucesor La Doctora le deja una bomba, pero no sólo económica, como sostiene Héctor Méndez, El Frate. Se trata sobre todo de la bomba humana. La casi totalidad de los ministerios sembrados por cristinistas adheridos a la euforia de la planta permanente. Para continuar con el control de los resortes del Estado, enteramente a su servicio.

Utópico punto final

En este último mes de centralidad, La Doctora aspira a que los incondicionales consigan encontrarle el utópico punto final al Crimen de Nisman. Con las espantosas derivaciones que transformaron el magnicidio en una tragedia amarillenta, colmada de banalizaciones supremas, ante la confusión de criminólogos, autopsistas y expertos en espasmos cadavéricos.
Es imprescindible para La Doctora que se resuelvan armónicamente, siempre a favor del gobierno, dos instancias que se entrelazan alrededor del mismo conflicto.
Que la Sala II de la Cámara de Casación, el 8 de abril declare constitucional aquel acuerdo inconcluso con Irán. Y que la Sala I de la Cámara Federal reconfirme la sentencia del juez Rafecas. Con la Constitucionalidad del Tratado no queda el menor espacio para dilatar la cuestión del encubrimiento que impulsó el desventurado fiscal Nisman, al que mataron, y luego el fiscal Pollicita, al que desestimaron.
Si se logran las dos soluciones favorables para el cristinismo apenas resta sentenciar que el pobre Nisman, para algarabía del relato, se suicidó. Sólo quedaría enfrentar la repulsión social de los caudalosos sectores de la sociedad que están convencidos que a Nisman lo mandaron para arriba.
Con el tema Nisman resuelto, con mayor convicción La Doctora podrá entregarse al acotamiento final de Scioli.

Voto cautivo

“Hace doce años que Scioli se esfuerza por demostrar que es kirchnerista y no lo consigue”, confirma la Garganta.
Por su parte Scioli prosigue con su lenguaje virtual. Planta diferencias mientras se compromete a la máxima lealtad que proclama.
Por ejemplo La Doctora impulsa a Julián Domínguez, y Scioli le responde con las declaraciones de Insaurralde, que abandona las vacilaciones y anuncia lo peor para el cristinismo. Que el próximo presidente será Scioli.
La Doctora explicita la preferencia por Randazzo, lo humilla para la cadena nacional, y Scioli le responde con la divulgación de la encuesta de Poliarquía que lo favorece. Y que lo pone, incluso, alucinantemente por encima de Macri y de Massa. Ellos a su vez disponen de otras encuestas que lo desmienten. Logran, entre los tres, que las encuestas pierdan credibilidad.

“La Presidente tiene el 25 por ciento de voto cautivo que le pertenece”, confirma la Garganta.
“¿Por qué se lo va a regalar a Scioli?”.
Si Scioli representa, para ella, por si no bastara, su fracaso personal.

La magnitud del desatino ya ni siquiera sorprende. Como si fuera posible o normal, se extiende el patológico rumor de que La Doctora nunca lo va a aceptar como candidato por el Frente para la Victoria. Que va a bajarlo de las PASO. Que lo va, en definitiva, a “marangoniar”. Trátase del neologismo para traducir. Porque La Doctora -según la vertiente- planifica cometer con Scioli la misma ingratitud que se cometió con Gustavo Marangoni, El 5 de Boca, que lanzó su fiesta de campaña con la presencia de la señora Karina Rabolini, La Cabrita.
Sólo que se crea probable una interdicción semejante se brinda la imagen del exceso inadmisible en materia de concentración de poder. Ni Perón, ni Menem ni Kirchner se habían atrevido a tanto. Demuestra la ausencia definitiva del federalismo interno. En Olivos desembocan las aguas del Jordán. Para que se enjuaguen de poder los seleccionadores que patentizan la absoluta desaparición del peronismo, el movimiento convertido en un partidito vegetal.
“Que Scioli, de últimas, junto a Insaurralde, vaya con Duhalde”, se burla otra Garganta.
De resultar plausible la teoría, le importa muy poco a La Doctora la identidad del próximo presidenciable por el Frente para la Victoria. Ella, la dueña de los votos, y El Elegido será, apenas, un complemento.
Sea Randazzo, El Loco, acaso El Elegido más probable, junto a Kicillof, El Gótico, o con De Pedro.

Esquizofrenia social

Macri y Massa tienen que saber que van a confrontar con La Doctora. Mas que con Scioli, o eventualmente con Randazzo.
Se pondrá la campaña al hombro y con toda la potencia del Estado para defender su gobierno. Y sobre todo su libertad.
Gane o pierda, el cristinismo no se va a disolver pronto. Con legisladores leales y propios, y sobre todo con la bomba humana de la Planta Permanente.

Aún electoralmente competitivo, el cristinismo impone un cuadro de vulgar esquizofrenia social.
Se encuentra mayoritariamente sostenido por los que sacan, y mayoritariamente enfrentado con los que ponen.
En un verdadero modelo de inclusión habría que incluir, también, a los ricos. Como para tentar a los inversores. Sobre todo a los ahorristas internos que no saben qué demonios hacer con su dinero. Dónde ponerlo. Porque cuando no existe la menor confianza la decisión de invertir se dilata. Se posterga. Hasta que el Riesgo Doctora cese.
Que parta, aunque no vaya, en lo inmediato, según nuestras fuentes, a partir.

Radicales para Macri

Lo bocharon a Massa por temor a Carrió

sobre informe de Consultora Oximoron. Redacción final Carolina Mantegari

Desde la fragilidad los radicales renacen.
Reproducen el fantástico milagro de transformarse en una fuerza territorial, Más necesaria que incontenible.
Dispondrán, con suerte incentivada, de no menos de siete gobernaciones. Alcaldías innumerables, legisladores por doquier. Para pesarlos.
Tardaron 13 años en recuperarse. Tratan de nuevo la problemática del poder. Vuelven a sentirlo cerca. Pudo percibirse en la intervención de Ernesto Sanz, la Eterna Esperanza Blanca
Vuelven de la mano culposa de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Es el Chacho Álvarez de la flamante epopeya.
En 2015 los radicales se aferran al tronco salvador de Macri. Con similar pasión electoral, en 1999 se aferraron al tronco salvador de Chacho Álvarez, El Peronista en Tránsito (se inmolaría solo).En efecto, en 1999, Fernando de la Rúa, El Radical Traicionado, se apoyó en el progresismo verbal de Álvarez para suceder al gobierno peronista de Carlos Menem. El Viejo Onur se había inclinado excesivamente hacia las transformaciones económicas que representaban al imaginario de la derecha.
Pasaría a la historia -eso- como “neoliberalismo”.
La experiencia de la Alianza concluyó en el desastre fundacional que no legitima las chicanas de la actualidad.

En 2015, el sensato Sanz, envía a Julio Cobos, Santa Romana, hacia el Nacional B.
Y rechaza a Sergio Massa, Titular de la Franja de Massa. Después de las amenas conversaciones. Y de la inspiración de aquel sabio consultor que propagaba la fórmula Massa-Sanz.

Ahora La Esperanza Blanca, distante de Massa, se prepara junto a la señora Carrió, La Demoledora. Para volver con el mascarón del neo desarrollista Macri. A los efectos de suceder a otra versión patológica del peronismo. El que inspira La Doctora, hoy oralmente inclinada hacia la izquierda.
Se destaca como una digna acompañante de Nicolás Maduro. Una reproducción más articulada. La llaman, incluso, La Madura.
Pero fue La Demoledora, según nuestras fuentes, la que impuso la tarjeta roja hacia Massa.
“Es el gran servicio que Carrió le hizo a Macri” -confirma la Garganta.
Declarar a Massa persona indeseable.
Si Massa era aceptado en la cruzada opositora, como lo reclamaba Morales, El Milagritos, y hasta Cobos, La Demoledora iba a demoler el invento con mayor celeridad que otros que ella misma gestó.

Hacia el Neo Desarrollismo

Lo gravitante es que Sanz y Carrió consolidan la actual hegemonía de Macri.
Ambos sparrings se elevan para el simulacro de combate desigual. Pero les cabe, incluso, la remota posibilidad de ganarle.
En la pedantería de las PASO Macri se va a consagrar como el gran triunfador.
Aunque de ningún modo El Niño lo va a llevar, como vicepresidente, según nuestras fuentes, a Sanz. Como lo creyó en principio Cobos, el  derrotado de Gualeguaychú, pese al empuje del inquietante Grupo Santa Romana.Téngase en cuenta que Oximoron lo presenta a Macri como un neo desarrollista.
El Niño se encuentra bastante apegado a la mítica de aquella congregación hoy bendecida.
Por lo tanto, probablemente acompañará a Macri, en el ticket presidencial, según nuestras fuentes,  Rogelio Frigerio.
Es el hijo de Octavio y el nieto de Rogelio, El Tapir.
El abuelito Frigerio fue el numen de aquella ideología superadora. Pero se extinguió sin misericordia cuando los desarrollistas fueron echados como mucamas del diario Clarín, que se jactaban de manejar. Los rajó la señora Ernestina, la “caprichosa” directora, junto al hombre fuerte que emergía en los 80, y que había traicionado al Tapir. Es Héctor Magnetto, El Tío de Pablito. Ambos hoy colaboran para catapultar a los nietos de aquellos que rajaron.
De ser viable el ticket Macri-Frigerio, Mauricio podría considerar que, al fin y al cabo, fue una suerte que Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida, no aceptara secundarlo. Era un privilegio que Mauricio le proporcionaba exclusivamente para que La Gaby no entorpeciera la sucesión del favorito.
Es Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Flores Sur.
La contienda se resuelve en poco más de un mes y se presenta, al cierre del informe, como la principal tachuela que irrita el zapato del Niño Cincuentón.

La larga espera

Se sugiere, por las dudas, no preparar aún las exequias políticas de Massa.
Al cierre del informe se aguardan desplazamientos en el peronismo aletargado. El movimiento domesticado, transformado en un piadoso partidito vegetal.
Aluden –los desplazamientos- a José De la Sota, El Cuarto Hombre.
Pero por supuesto lo incluyen sobre todo a Massa. E incluso a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol.
Ocurre que La Doctora Madura mantiene explícitas intenciones de sacarlo a Scioli de la carrera.
Como si el gobernador de la provincia inviable fuera el entregado Gustavo Marangoni, El 5 de Boca.
Porque Madura tiene el propósito de imponer, en carne viva y sin anestesia, el ticket Randazzo-Kicillof. El Loco y El Gótico juntos.
“¿Y Scioli?”. Todos se preguntan por Scioli.
En el peronismo vegetal están absorbidos, en gran parte, por el enigma de la espera.
A partir de su reconocida debilidad, los radicales de Gualeguaychú consolidaron una competitiva proyección centrista.Es un centro que, gracias a la insustancialidad teórica, se hace más de derecha. Por la necesidad práctica de La Doctora. Prefiere imaginarse de izquierda.Significa sugerir que el peronismo, de una vez por todas, tendría que ponerse los pantalones largos. Para dejar de ser arrastrado por Carlos Zannini, El Cenador. En representación de Olivos. Autodenominados dueños de “la lapicera”.

“Perdimos 15 años por esperar a Reutemann. No podemos perder otros diez años por esperar a Scioli”.
Lo confirma un congresal peronista de medialuna enarbolada. Se desplazó hasta Avellaneda sólo para ayudar en la resistencia a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Un responsable contagiado, también, por la melancólica emoción de la espera.