El “crimen de Ferreyra”, la extorsión de la izquierda y el rol del Estado-Pilatos.
Minoritaria y vengativa, la izquierda vuelve a imponer, a la sociedad rehén, sus códigos.
La plácida versión de la historia, acomodada a sus intereses ideológicos. La habilidad para la extorsión cultural resulta efectivamente admirable.
Con (el caso de) Mariano Ferreyra, el militante asesinado, se reiteran los acontecimientos derivados de la desgraciada muerte de Carlos Fuentealba, El Profesor.
Pero con un epílogo -en lo que atañe a la Justicia- probablemente más auspicioso para la militancia.
Por lograr, con José Pedraza, la destrucción que no pudo alcanzarse totalmente con Jorge Sobisch.