Siete samurais y cuatro poderosos

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari

Dos bonaerenses, un porteño, dos mendocinos, un santafesino y un cordobés. Siete samuráis que se encuentran aspectados para calzarse la banda. En el siguiente orden.
Conste que los dos primeros pertenecen a la superstición peronista.
Sergio Massa, Aire y Sol II; o El Renovador de la Permanencia.
Daniel Scioli, Lider de la Línea Aire y Sol I, o El Milagro.
Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, el que crece por ausencia. Pilar del macricaputismo gerencial.
Integrantes de “Daniel, Mauricio y Sergio”, la consagrada miniserie del Portal. Se sostiene en la carencia desde hace dos años. Protagonistas exclusivos de “la política swinger” también.

En la misma línea, con diferencias leves, pueden situarse los cuatro restantes. Tres de ellos representan la necesaria alucinación del Frente Amplio UNEN. La conjunción de esmerados radicales que hacen el amor a oscuras, con los socialistas mormones que lo hacen vestidos. Y con un despliegue de admirables buscapinas que la ponen como pueden.
Los unionistas nacieron infortunadamente partidos. Amontonamiento de presencias luminosas que sirvieron para agigantar la ausencia mediática de Macri.
Una de dos, El Niño Cincuentón se impone como el límite o como la salvación. Es el providencial que facilita, en la segura segunda vuelta, la perspectiva del triunfo electoral.

Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, el socialista mormón. Y dos radicales que reivindican, otra vez, la tradicional receta institucional de “acción y aventuras”.
Julio Cobos, El Cleto No Positivo, es el radical menos querido por los radicales etimológicos, pero el más valorado por el público normal.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, es el más valorado por los radicales, pero casi un desconocido para el público normal. Un misterio insondable porque La Esperanza Blanca, gran parte de su tiempo, la pasa alojado en las emisiones del cable. Cama adentro.
La primera línea de los siete samuráis la cierra José Manuel de la Sota, El Cordobés Profesional. Para terminar con su influencia en Córdoba, Carlos Zannini, El Cenador, y La Doctora, no vacilaron en incinerar al hasta entonces ascendente Capitanich, El Premier. Es quien irrumpió como aspirante a primer samurai, pero después del desastre de Córdoba derivó en un “oficial de atrás en caballo blanco”. Como lo diría Enrique Wernicke, el notable novelista olvidado.

Banco de suplentes

Los siete samuráis de mayo mantienen una segunda línea de samuráis en el banco de suplentes. Con más entusiasmos que posibilidades, los banqueros tratan de desplazarlos, a los efectos de ingresar en la primera línea.
Aquí puede ubicarse al entrerriano, Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta. Es quien compra la totalidad del cristinismo en pié, tal como está, “llave en mano”. Cuenta con el apoyo insufrible de la Constructora Quebrantada de las Madres, y con el aval relativo de los acomodaticios buscapinas de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. No obstante, por un puñado de bancas, los camporistas, según nuestras fuentes, están a punto de saltar hacia el milagro de Aire y el Sol I, Scioli. Saben que la línea real de La Doctora viene por ese lado. Que el hombre es Scioli, y el resto son sparrings.

Camporistas de medialuna enarbolada perciben que los gobernadores del Partido Justicialista Vegetal se encuadran con Aire y Sol I. Muchos de los gobernadores no tienen reelección, y distan de garantizar los triunfos. Paco Pérez, El Flaco Gioja, el Eduardista Béder, la señora Corpachi, el Gordo Kloss. Es preferible entonces adherir al milagro, antes que los exponentes del vegetalismo se tienten con saltar hacia la Franja de Massa.
Como Romero, El Desperdiciado, Reutemann, El Más Desperdiciado aún, o el puntano más confiable de los Rodríguez Saa. Adolfo, del Estado Libre Asociado de San Luis.

Dos bonaerenses emergen también, en el banco de suplentes, como sparrings de Scioli. Es Randazzo, El Loco de la Florería, y su rival perpetuo de la Cuarta Sección. Domínguez, El Lindo Julián.
Ambos amagan con ir por la nación pero con la perspectiva incierta de cerrar por la provincia, La Inviable.
Aquí Randazzo y Domínguez tendrían que enfrentarse con “compañeros” de la misma superstición que se anotaron en la Franja de Massa. Graves renovadores de la permanencia como Giustozzi, mirado con la desconfianza del reojo por el resto del massismo. Y con Cariglino, de La Compañía de Jesús.
La segunda línea de samuráis la completa un salteño de la superstición. Juan Manuel Urtubey, El Bello Otero. Reconocido experto en el arte de hacerse el tonto. Por lo tanto Urtubey puede mojar alguna vicepresidencia. Van cuatro.
Siguen en el banco de suplentes dos inclasificables que se reportan al UNEN quebrado. Elisa Carrio, La Empresaria en Demoliciones, habilitada para jurar donde sea. Como presidenta o gobernadora. Y el cineasta Fernando Solanas, El Dirigente Universitario que se atreve a disentir con La Demoledora que lo hizo senador.
Con ambiciones que nadie siquiera comienza a tomar en serio, debe mencionarse también a Agustín Rossi, El Chivo. De los funcionarios doblemente leales que suele reportarse a dos pesados de verdad. La Doctora, y el general César Milani, el Irresistible Seductor de Sexagenarias.

Los poderosos

El Informe Oximoron culmina con la significativa alusión a los cuatro poderosos.
La Doctora mantiene vigente el poder del Estado, mientras estimula el mito bacheletiano del regreso. Conserva el atributo de la decisión, la conducción de la Nada Vegetalista, y la extendida capacidad de daño.
Milani, en cambio, concentra el poder letal de los fierros. Aunque los explosivos se encuentren deteriorados.
Ocurre que los fierros tienen un jefe, por primera vez en treinta años (y más aún). La autoridad que le concede La Doctora a Milani se derrama sobre las tres armas.
Emerge entonces Milani como el controlador de la calle. Con el avance progresivo del ajuste, la calle se va a poner cada vez más difícil, más dura. Aquí Milani convive obligadamente con Berni, El Licenciado Serial, que está muy enojado con Milani porque no lo incluyó en el ascenso para coronel.

El tercero de los poderosos es Hugo Moyano, El Charol. Encanto de la Negritud.
Alude Moyano a una realidad consolidada, aunque indeseable para los adictos al esquema plácido que invoca lo políticamente correcto.
Contiene Moyano la anunciada certeza. Puede parar cuando le plazca el país.
Junto a Luisito Barrionuevo, alias Harry, El Charol supo perforar la plácida negatividad de las encuestas. Reducirlas a la dimensión de la papelería intrascendente. Mera temperatura anímica de una sociedad sin líderes.

El cuarto y último de los poderosos es Marcelo Tinelli, El Cuervo de Poe. Representa a la temible comunicación.
Aquí el informe prefiere evocar a Roberto Galán, cuando a principios de los 80 lanzó un exceso en el Rond Point.
“Con “Si lo sabe cante”, si me dejan hacerlo, le salvo la vida política a Viola”, dijo. “Lo que quiere el pueblo, quiere reírse y cantar”.
34 años después, con los 30 puntos de rating de Showmatch, El Cuervo de Poe confirma y aumenta la sentencia del viejo Galán. Tanto los samuráis como el resto de los poderosos temen los efectos de su voluntad.
Salvarlos o desmoronarlos, creen que Tinelli todo lo puede. De manera que persiste el equívoco apresurado. Indica que El Cuervo de Poe decide las elecciones. Sin impugnar los atributos de la popularidad, se asiste, para Oximoron, a una subestimación frontal de la sociedad. Aunque el pueblo quiera reírse y bailar.

La Doctora y los Buscapinas

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial

Estadio de Vélez Sarsfield. 27 de abril de 2012. La consigna es “ni un paso atrás”. Se destaca el cartel estratégico: “Aguante Morocha”.
La Morocha, la señora presidente Cristina, La Doctora, acababa de cometer la catastrófica decisión de expropiar YPF por cadena nacional.
El desastre derivó en el segundo gran error del segundo mandato.
Sin la auditoría del extinto Néstor, El Furia, el primero de los errores fue la designación, como compañero de fórmula, de Amado Boudou, El Descuidista.
En el colmado Vélez, en plena actitud de onanismo eufóricamente colectivo, La Doctora se dispuso a construir las claves del tercer gran error. El definitivo.
La gestación del gran movimiento de incondicionales. Los Unidos y Organizados. Formidable amontonamiento de sellos integrados por los heroicos buscapinas que iban a acompañarla en la epopeya de “ir por todo”. Hasta el foso, sin ir más lejos, de la actualidad. Pero para continuar con el onanismo del relato, en una atmósfera de auto-celebración, en el Mercado Central. Donde se tributan méritos por haber creado “seis millones de puestos de trabajo”, haber disminuido la “pobreza extrema”, mientras atacan a todos los desestabilizadores que, para ser francos, no les creen tantos indicadores truchos.

El núcleo era, en el fondo, un buen producto. Vendible. La Cámpora.
Un artificio burocrático inventado por Néstor, en su condición de presidente consorte. Para atribuirle algún tipo de liderazgo a Máximo, En El Nombre del Hijo. Con ambiciones lícitas de transvasamiento generacional. Kirchner-cristinismo puro, con un lejano origen aceptablemente peronista, para encarar la depuración étnica de los elementos tradicionales del aparato. Peronistas que debían pasar a un segundo plano.
Sindicalistas como Hugo Moyano, El Charol. Justamente una de las tres patas del trípode con que la pata principal -El Furia- logró conquistar la hegemonía. Y mantener la Argentina entera a sus pies, con sus empresarios en actitud de súplica, deseosos de cercanías.
La pata restante del trípode la ocupaba Héctor Magnetto, El Beto.
Significaba que El Furia podía dedicarse tranquilamente a la masacre cotidiana de la recaudación. Iba a mantenerse, en el plano secundario, al hoy hostigado Lázaro, El Resucitado. Como la orgiástica obra pública, con el dinero-ducto que se extendía desde la vialidad hasta la vivienda. Con el festín obsceno de los subsidios y sus espiritualidades que efectivamente ascendían. .

Si cuesta que entiendan, hasta hoy, las razones de la hegemonía alcanzada, cuesta aún más que se expliquen los motivos de la caída. Ampliaremos (sólo si viene al caso).

Los Buscapinas

En cierto modo La Cámpora nace como consecuencia del fracaso anterior de Compromiso K.
De cuando El Furia quiso tener su grupo personal de buscapinas incondicionales, que le permitieran no entregarse a la dirigencia tradicional del peronismo. Un ex Movimiento que aspiraba a convertirse, apenas, en un Partido Vegetal. La Doctora pudo finalmente completar la hazaña.
Pero la incondicionalidad del olvidado Compromiso K fracasó por las querellas presupuestarias que solían desgastar al Pilo Asset, del sur, y al correligionario Porcaro (un radical kirchnerizado que clama por un poco de iluminación).
A La Cámpora, pronto una Agencia de Colocaciones, la acompañaba un conjunto interminable de sellos que ni merecen ser chicaneados.
Basta con rescatar, sobre todo, al Movimiento Evita, del algo distante Pérsico, El Heladero, y El Chinito, El Próspero. Entre sus mezclas de sabores lo contiene a Jorge Taiana, El Inadvertido, el militante que pasó de canciller a concejal.
O el Grupo Kolina, desde donde aún dilapida fondos la señora Alicia, La Fotocopia. A través de la canaleta por donde se derraman los billetes que se desperdician escandalosamente desde el Ministerio de Desarrollo Social. Con los cientos de miles de subsidiados que votan, en bloque, sentimentalmente, de manera casi unánime, por Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
Por portación de rostro, La Doctora, según nuestras fuentes, no debe echar a La Fotocopia.
“¿Cómo te parece que va a rajar a una Kirchner del gobierno?” exclama la Garganta. “La mantiene, aunque no sirva para nada”.
Al no poder echarla, La Doctora se dispone, según nuestras fuentes, a vaciarla. Arrancarle competencias. O encajarle a Larroque, un camporista que por su preparación y sus maneras debería ser canciller.
Desde que se le fue Berni, El Licenciado Serial, Alicita está casi tan desconcertada como el propio Berni. Que se designó a una inofensiva Cecilia, como supuesta ministra a la carta, y ahora se atreve, incluso, a criticarlo. Y hasta a disentir.

Onanismo colectivo
Aquel “ir por todo” implicaba, por supuesto, la utopía de la Cristina Eterna. Mecanismo conceptual que reclamaba la diputada Diana Conti, Fernet con Coca.
En el éxtasis del magno retroceso, junto al diputado Carlos Kunkel, El Cacheteado, la Conti va por los límites a la protesta social. Debe ser criminalizada porque las protestas, en adelante, se les vienen en contra.
Dos años después, en plena etapa lazarista del cristinismo, para colmo se paga de más por aquel horror confiscatorio de YPF. A los Titanes Catalanes se los va a tapar de billetes, pero con gesto humillante. Y con la certeza de saber que será un clavel para que lo paguen las próximas generaciones. “Pelito para la vieja”.
Hoy se llega al extremo de desgastar, incluso, a aquel soberbio Axel Kicillof, El Gótico, el mismo que iba a cobrarles a los Titanes Catalanes por el daño ambiental. Con la aplicación del ajuste que ni siquiera asumen. Y declaran, por si no bastara, inexistente.
“¿De qué ajuste habla la prensa concentrada?” se queja un camporista franco, en el onanismo colectivo del Mercado Central, frente a un micrófono de CN 23, de Sergio Szpolski. Es el duro empresario escogido para suplir, nada menos, que a Magnetto.

Desde la política, con el rabo entre las piernas, tanto La Doctora como los Buscapinas sólo pueden, todos juntos, tratar de condicionarlo a Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Acotarlo, estampillarle como vice a un nuevo Mariotto, y llenarle las listas de diputados propios.
A pesar de todo, Scioli es el más presentable de los que La Doctora cuenta para sucederla. Aunque lo detesten –a Scioli- los carteristas inmolados de Carta Abierta. Y en sus solemnes sesiones de onanismo colectivo, registradas en la Biblioteca Nacional, se lamenten por la magnitud del fracaso.
“¿Cómo se les pudo ir todo tan rápido a la m…?” pregunta la Garganta.
No obstante, La Doctora, según nuestras fuentes, ya le hizo saber a Scioli que será el sucesor.
Aunque, para facilitar la digestión lenta de los buscapinas que la rodean, va a promover a otros presidenciables. A los efectos de proseguir con la faena de “esmerilar” a Scioli.

Como Sergio Urribarri, El Padre del Marcador de Punta. Es quien compra el cristinismo entero “llave en mano”.
Urribarri es el responsable también de la designación de Galluccio, El Mago (según Tía Doris) al frente de YPF.
Pero Tía Doris ya no sabe cómo asegurar la permanencia de Galluccio al comando de YPF. Así el próximo presidente sea Massa (que se hace el desentendido) o Macri (ídem).
Será porque en YPF hoy temen, razonablemente, que Carlos Bulgheroni quiera ocupar también el despacho del último piso de la torre de Puerto Madero. Como si YPF fuera otro quiosquito más. De los tantos. Como si Bulgheroni no se encontrara justo en el centro de la mira de la SEC americana. Securities and Exchange Commission de Estados Unidos. Por una circunstancia que atormenta a todos los que mojaron la cometa con el Dragón del Cerro. Extinto incluido. En la operación cometeril más gravitante, según nuestras fuentes, de América. Con una ampliación explotadora, a favor de Los Bulgheroni, hasta 2047. Aguante PAE. Pan American Energy, con El Dragón del Cerro. ¿Ampliaremos?
Otro presidenciable es Florencio Randazzo, El Loco, que se anota en la grilla. Para su campaña sería conveniente que no ocurriera el menor accidente ferroviario.
Aunque Randazzo sabe –como Domínguez, El Lindo Julián- que tiene el techo, para nada desdeñable, de la provincia de Buenos Aires, La Inviable.
El último presidenciable presunto es Agustín Rossi, El Chivo.
Fue puesto como Ministro de Defensa sólo para encontrar una salida a la interna de Santa Fe. Pero Rossi, hasta aquí, ni siquiera logró el apoyo de su jefe inmediato.
Es el general César Milani, El Irresistible Seductor de Sexagenarias. Al cierre del despacho Milani aún no amaga con presentar ninguna candidatura.

El resurgimiento de Moyano

Escribe Oberdán Rocamora

Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital

 

El Charol vuelve. Ante la impotencia de La Doctora y sin apoyos del peronismo político. 

La Doctora -como la oposición complementaria- debiera registrar que se asiste al resurgimiento de Hugo Moyano, El Charol.

El encanto de la negritud vuelve a situarse en el primer plano. Moyano se recupera después de dos años. Para ser precisos, desde que La Doctora cometiera el error medular de desairarlo. De instalar la distancia que Néstor Kirchner, El Furia, nunca se hubiera atrevido a clavar, aunque fuera, en el fondo, su deseo íntimo. Pero las mujeres siempre suelen ir más al frente.

Aquí se refirió que El Furia, antes de pactar con Moyano -y de entregarle mucho más de lo que le pidiera- ordenó un abordaje informativo y judicial. Para estudiar por dónde entrarle. Si por suma de irregularidades administrativas, las vulnerabilidades de crecimiento patrimonial, o a través de las siniestras indagaciones que pudieran salpicarlo. Por su actividad política y gremial, durante los setenta, entre las violencias de Mar del Plata. Con la totalidad del material en su poder El Furia evaluó que lo más conveniente era tenerlo adentro a Moyano, en su bolsa, para asegurarse el acompañamiento del obrerismo quieto y garantizarse el control de la calle.

Alguna evaluación casi similar lo llevó a aliarse, también, con Héctor Magnetto. Sin hacerle caso a la recomendación de Moneta, con el que se comunicaba pero sin que apareciera.

“Termine con Clarín”, sentenció Moneta. “Tendrá que aguantarse 50 portadas incómodas. Pero no tienen más”.

Fue la confluencia de los tres pilares. Manejo del Estado, Kirchner. Complacencia en la comunicación, Magnetto. Apoyo sindical, Moyano. El trípode de poder facilitó que Kirchner impusiera su hegemonía, durante su mandato presidencial. Ciclo (2003-2007) que debiera estudiarse académicamente, como ejemplo de la construcción de poder.

Con Kirchner en vida (pero ya sin ser el presidente) se registró el tratado conflicto con Magnetto y el Grupo Clarín. Ver “Guerra de Convalecientes”.

Aquí Moyano también lo acompañó. Fue el inspirador del cartelito “Clarín Miente”. 

A partir de la muerte (irresponsable) de Kirchner se produce la distancia con “el indeseable” Moyano.

Como si La Doctora cumpliera con la instrucción póstuma de El Furia. Si nos inducen a buscar una fecha emblemática, fue el 27 de abril de 2012. Cuando La Doctora percibió que podía colmar el estadio de Vélez sin ayuda del sindicalismo, ni del “aparato justicialista”, y relegar sin inconvenientes a los “gobernadores atragantados” (cliquear), hacia un espacio subalterno.

Es el turno de los buscavidas de Unidos y Organizados y de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. La gestación de la fuerza de incondicionales absolutos, que le permitiera mantener a La Doctora el perfil preferido. Sin imágenes deprimentes. Y aplicar la sentencia movilizadora de “ir por todo”. Hasta desgajarse y paulatinamente reducirse, en una política de circuito cerrado. Hundida entre sus incondicionales, los aplaudidores del elenco estable.

Sin el apoyo del trípode, era una cuestión de tiempo. El cristinismo ya era una causa perdida (Ver “Nuestra César contra El Charol“).

Pero La Doctora no acepta que fue precisamente con Magnetto y Moyano que Kirchner conquistó la hegemonía. Por lo tanto le costará también admitir las claves de su caída.

Creer que podía suplir los servicios que le resolvía Moyano con los buscas incondicionales de Unidos y Organizados, y con la docilidad de los gremialistas deslegitimados como Caló o Yaski, es tan idiota como creer que podía suplirse el servicio inicial del Grupo Clarín con el amontonamiento de sellos de prensa y de canales del Grupo 23, o del diversificado Cristobalito.

 

Relatividad de las encuestas

En adelante, con la constatación de la fortaleza de Moyano y lo que representa, correspondería relativizar el dictado de las encuestas, que signan la placidez de los comportamientos.

El gobierno se inspiró en la hipocresía de aferrarse a la imagen negativa de Luis Barrionuevo, Harry. E identificar la movida sindical que no entendían con su figura. Un gran acierto de Moyano consistió en perforar la negatividad que le marcan las encuestas, para imponerse con su legitimidad, con “el encanto de la negritud”, y acompañado del izquierdismo adaptable de Pablo Micheli y sobre todo del mismo Barrionuevo, con quien nunca Moyano dejó de comunicarse, sin necesidad de hablar siquiera por teléfono. Abundaban, por doquier, los canales. Como persisten en la actualidad los diálogos con los pocos suicidas que se encuentran transitoriamente enredados con Caló.

Aparte, Barrionuevo es el portador de una indiscutible popularidad que espanta, pero que asimismo atrae. Induce a la hipocresía del sensible que supuestamente se disgusta con sus sentencias, pero lo escucha con secreta admiración. Mientras tanto se repiten las imposturas que le produjeron la fama de filósofo de arrabal.

Barrionuevo es otro ganador por su coherencia. Siempre estuvo enfrentado al cristinismo y conserva la suficiente inteligencia como para cederle el liderazgo a Moyano. Al que tanto supo gastar cuando La Doctora lo expulsó del palacio.

“Estamos tristes, La Patrona ya no se pone más el gorrito de Camioneros”, le decía Barrionuevo, por teléfono, a uno de los tantos canales. Un gordo, que adelgazó admirablemente.

 

Los postulantes tibios 

El tercer mensaje del 10 de abril es para los referentes tibios que aspiren a colocarse la banda en 2015. También pueden situarse entre los perdedores de una jornada que no supieron evaluar. Anticipos de los escenarios que tendrán que enfrentar en caso de tener éxito, y suceder a La Doctora.

En los radicales vaya y pase. Pueden alegar una suerte de obstáculo tradicionalmente cultural. Una imposibilidad para captar la dinámica del movimiento obrero, mayoritariamente peronista.

En cuanto a “Sergio, Daniel y Mauricio”, los tres integrantes de la miniserie, es perdonable el error de Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Porque, aunque es un buen amigo de Moyano, se encuentra aferrado a la estrategia improvisada de La Doctora que no acierta.

En su impotencia, La Doctora instruyó a los incendiarios para que se incineraran. El caso más grotesco es el de un peronista en la pendiente como Capitanich, El Premier. Costará facilitarle, al Montenegrino Denso, el retorno desde el ridículo (aunque en el peronismo siempre se puede).

O de otro “compañero” como Randazzo, El Loco, que se deslizó por los mismos lugares comunes.

Como Kunkel, El Lindo Julián (Domínguez), o el inexplicable Pérsico, “compañeros” que rifaron sus trayectorias al pronunciarse contra “el chantaje” y la “extorsión” de esta huelga. Para deslizarse en la gilada autoritaria de sostener que el “paro es político”. Como si algún paro, de los tantos en que participaron, no lo hubiera sido.

A veces una huelga/les arruina el alma”, dice un poema de Mario Benedetti. Con el “alma arruinada”, el cristinismo verbal ayer hizo el ridículo. Pero también Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, y Sergio Massa, Aire y Sol II, se desgastaron en intrascendencias, como consumidores de encuestas que muestran también su desconcierto ante el confirmado renacer del sindicalismo, sin el menor apoyo del peronismo político. Con la inalterable capacidad de paralización, y sin necesitar, siquiera, de las enternecedoras inocencias de la izquierda tan combativa como adolescente. La que prefiere sobreactuar, incluso, hasta su alborotado crecimiento.

Los muchos que se fueron

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final de Carolina Mantegari

Introducción

Desprendimientos

Julio Bárbaro fue de los primeros en desengancharse. Aunque después de Gustavo Béliz, Zapatitos Blancos, junto con los Centauros Quantín y Campagnoli.
Jorge Yoma, en cambio, fue de los últimos en irse.
En el medio se les rajó Alberto Fernández, El Poeta Impopular.
Para completar la síntesis introductoria, se les fue Sergio Massa, Aire y Sol II.
Hoy Bárbaro, Yoma y Fernández se encargan pacientemente de demoler, en los medios, el relato cristinista que ayudaron a construir.
Pero es Massa quien le asesta (al relato) el máximo golpe. Cuando se decide electoralmente a enfrentarlo. Y le gana.
Merece indagarse el sustancial alejamiento de Miguel Bonasso.
Fue Bonasso el que aportó -acaso sin sospecharlo- la idea escenográfica que se transforma en el emblema vertebral que los sostiene. La Cámpora.
De todos modos, son dos los desprendimientos que supieron ser los pilares principales. Facilitaron oportunamente la implantación incuestionable de la hegemonía kirchnerista. Representan la comunicación y la institucionalización del trabajo.
Son Héctor Magnetto, El Beto -o sea el Grupo Clarín-, el enemigo desde 2008, y Hugo Moyano, El Charol, excluido del palacio en 2011.
Con el acompañamiento de ambos, Néstor Kirchner, El Furia, gobernó y edificó las bases más sólidas del poder que hoy -invariablemente- se diluye.
La enumeración de los desprendimientos no persigue instalar ningún reproche efectista. Ni descender al territorio fácil de la chicana.
Sirve apenas como elemento informativo para tratar lo que Oximoron, en su informe, califica de “tergiversaciones”.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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Partir en silencio

Aquí debe rescatarse a Sergio Acevedo. Primer titular del Servicio de Inteligencia y después gobernador de Santa Cruz. Acevedo se les fue enojado, pero en silencio. Al tratarse del ex jefe de espías, o sea de un profesional de los secretos más sensibles, el Caso Acevedo debió haber registrado cierta gravedad. Pero pasó sin inconvenientes al tercer plano. Para refugiarse -el sujeto- en el lento olvido de su cátedra.
En silencio, también se les fue el senador Nicolás Fernández. Otro representante de Santa Cruz. “El Fernández que valía”. Era la voz de “la familia” en Senadores. Hoy atiende su bufete de abogado.
Por el silencio optó también el doctor Esteban Righi, El Bebe. El Procurador padeció el maltrato respaldado de Amado Boudou, El Descuidista (hoy políticamente sostenido por cuatro glóbulos rojos y uno blanco).
El camino del silencio militante lo tomó el ex canciller Jorge Taiana. Otro que partió casi humillado cuando La Doctora le exhibió la ejemplaridad moral de Boudou. Como Clarin no lo castigaba, Taiana era mal visto en la corte y fue desplazado del ministerio. Para reaparecer, años después, con la irrelevante candidatura a concejal.
Otro menoscabado canciller fue Rafael Bielsa, El Pavo Real (apodo puesto por El Furia). Posteriormente Bielsa fue utilizado para participar en diversas elecciones, todas perdidas. Para reaparecer, años después, como Inspector del Sedronar.
Pero Bielsa y Taiana (que en su momento discreparon) continuaron igual con la defensa -casi inexplicable- del cristinismo.

Los críticos

Según Oximoron, desde 1983 hasta aquí, ningún otro plantel de gobierno contuvo tantos funcionarios que, al irse, no vacilaron en mostrarse repentinamente críticos. En opositores feroces, casi despiadados, de aquello que en su momento integraron. Para lucirse como exclusivas figuras que animan las emisiones del cable.
Habría que incorporar, en la lista, a Jose Nun, opaco Secretario de Cultura y frustrado embajador. Hoy Nun castiga al cristinismo con énfasis, aunque casi nadie lo registra.
O a Martín Redrado, ex titular del Banco Central, que se fue en medio de un digno escándalo. O al discreto y sobrio Alberto Iribarne, otro ministro y también embajador trunco. A la señora Graciela Ocaña, deslucida inspectora del PAMI y luego ministra inadvertida, muy activa hoy con el profesionalismo de la denuncia.
O Felipe Solá, gobernador y diputado. El máximo cuadro del felipismo resultó fundamental (junto a Randazzo, El Loco, que persiste) en la epopeya intensa de destruirlo a Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas).
Aparte de haberlo instalado a Kirchner como presidente, Duhalde es otro prócer que también participó de los iniciales efluvios del kirchnerismo. Como Inspector del Mercosur.
El Informe Oximoron se extiende también en el caso, acaso prescindible, de Roberto Lavagna, La Esfinge, ministro heredado. Enlaza con el caso de Guillermo Nielssen, El Flaco, el eficaz renegociador de la deuda, que continuó como embajador.
Hoy Lavagna y Nielssen se destacan como hondos cuestionadores de la política económica (si es que puede llamarse así al conjunto de improvisaciones de Kicillof, El Gótico).
Participan del espectro difuso de la oposición. Como el embajador Gil, El Gauchito.

En cambio, el descuelgue fundamental de Alberto Fernández sirve para intentar la racionalización (o el agotamiento) del esquema cristinista.
Emerge Alberto como el antecedente inexorable de la partida tardía de Sergio Massa, que lo sucedió como Premier.
A Massa -Aire y Sol II- le bastó con desengancharse recién en 2013 para convertirse en el opositor más inquietante.
Resume Massa la constatación de una certeza. “Nunca existe adversario más peligroso que aquel que surge de la misma fuerza”.
Resta otra formidable lección para discutir: Los elegidos para terminar con el cristinismo son precisamente aquellos que supieron desprenderse a tiempo del relato cristinista.
Otros opositores abstenerse. Sobre todo los antiguos.
El premio grande nunca es necesariamente para aquel que critique antes.
Es para aquel que critique mejor. Que acierte en el momento indicado.

Tergiversaciones

En el tramo del epílogo, Oximoron advierte sobre el pretexto funcional de algunos de los que fueron colaboradores protagónicos. Se alude a la sensación de culpa anticipada.
Porque podrían ser señalados, en el futuro mediato, como colaboracionistas del fenómeno indigno.
Los muchos que se fueronLa gran tergiversación alude a la trampera intelectual de plantar, con cierta impunidad, que “con Néstor era diferente”.
Que los graves dilemas de la declinación se agravaron por los errores de La Doctora.
O por las desviaciones registradas a partir de la muerte (irresponsable) de El Furia.
“Cuando se perdió el liderazgo”. Lo sostienen quienes enuncian la tergiversación.
Solidifican la legitimidad de creer que La Doctora tomó por un camino diferente al de El Furia.
Que se enclaustró entre los incondicionales que se aferran a la alternativa única de su estrella.
Para desgastarse en la celebración grotesca de las equivocaciones múltiples que no asumen.
La evaluación de Oximoron marca exactamente lo contrario. Indica que es con El Furia que se instalaron los desastres seriales que aún se mantienen.
Culminan con la extraordinaria decadencia. Con la presente etapa lazarista del cristinismo.
Mientras tanto, se ejecuta el ajuste que, en simultáneo, se niega.
Y de los pilares de Magnetto y Moyano se pasó a gobernar con los dos pilares de Berni y Milani. Merecen otro informe.
El gobierno de La Doctora es, en definitiva, deplorablemente malo. Una sucesión de tergiversaciones que se improvisan para justificar otras.
Pero el gobierno ya era insalvablemente malo cuando vivía y lo conducía El Furia. Con el colaboracionismo consciente de muchos de los que, saludablemente, se desengancharon. En el país generoso que nunca detiene la rutina de brindar nuevas oportunidades.

Carolina Mantegari
Informe Oximoron-Redacción final

Bien de salud, mal de ánimo

El cristinismo maximalista aún debe pasar el verano.

sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari

“La Doctora, como la llaman ustedes, ya está bien de salud, aunque mal de ánimo”, confirma la Garganta.
Podría -se asegura- volver hoy. Interrumpir la sobreactuación del descanso, que oficialmente se extiende hasta el lunes 18.
Podría, también, La Doctora, utilizar el pretexto de la salud deteriorada para irse. Y que las minas antipersonales le estallen al continuador.
“Pero aunque tenga el ánimo por el piso, rajarse no está en su naturaleza”.

Con diferencia de estación, aquel célebre veredicto de Álvaro Alsogaray -relativo al invierno- mantiene cierta vigencia.
Ahora, se impone pasar el verano.
Confirma Oximoron que el cristinismo debe “irla llevando”. Como pueda.
Complemento teórico del estratégico “vamos viendo”. Signa la cultura de la improvisación, que dilata la ceremonia del estallido.

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Los jóvenes arrastran a los cerdos

Los de 30/40 desplazan a los de 60. Y envían a la reflexión a los de 70.

sobre informe de Consultora Oximoron
Redacción Final Carolina Mantegari

Quien arrancó con el cuento de “lo nuevo y lo viejo” fue Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, líder del Pro, expresión institucional del macricaputismo.
Con la línea, o la letra, bajada -acaso- por el pensador Jaime Durán Barba. Un anti-ideólogo que, a principios de siglo, no vacilaba en descalificar con la sentencia.
“X es un buen político, pero del siglo veinte”.

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Los que ponen votos y los que ponen versos

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO II: El conflicto que desangra al cristinismo en retirada.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si adentro hay nada más que 60 mil, es fácil, te ponés 30 en un bolsillo y 30 en el otro y te vas. ¿Para qué vas a llevarte la caja?”.
La Doctora, según nuestras fuentes, ilustraba a los testigos perplejos. Todos “titulares”. Aludía, con indiscreta confidencialidad, al extraño robo filmado en la residencia de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
El robo a Massa es casi tan inexplicable como el misterio del crimen de El Lauchón. Ampliaremos.

El episodio tratado de la caja transcurrió en la reunión “cerrada” del Hotel Patagonia, en Río Gallegos, ex Tierra Santa. Después que la santidad territorial se desplazara, oportunamente, hacia el Tigre.
Alude a la idea de la presunta abundancia. Reflejo de la prosperidad, en materia de expectativas.
Calibra la actualidad política en la provincia (inviable). Buenos Aires.

Los Sin Techo

Basta con confirmar que determinado empresario, de relativo primer nivel, buscaba, sin suerte, durante la semana anterior, una manera directa de llegar a Sergio. Mantenía el saludable propósito de acudir en auxilio solidario del vencedor.
“Mirá que no quiero pedirle nada”, advirtió el empresario, según nuestras fuentes, al canal confiable que podía intermediar.
Al contrario, “es para ponerle”.

El muchacho, en semejante aspecto, “está muy dulce”. Le sobra. Como para no preocuparse, en exceso, por el contenido de la caja extrañamente robada. De manera tan visible. Como estaba visible la “carta robada” del cuento de Edgar Allan Poe.
Trasciende que, a esta altura, por la demanda, cuesta obtener cinco minutos con Sergio.
Significa confirmar que Aire y Sol II, el actual propietario de la centralidad, casi no tiene espacio para recibir a la totalidad de los garrocheros que sobrevuelan a su alrededor. Y procuran aterrizar en Tigre, Tierra Santa.
Con la metafórica garrocha en la mano, los abnegados también hacen antesala, durante horas, en la puerta del edificio de Cerrito y Juncal. Es donde se habilitó un piso entero, “para el armado político”.
Llegan los audaces para postularse como referentes del “massismo”. Desde los puntos más alucinantes del país.
Aunque el muchacho -Sergio- deba prepararse, apenas, para las iniciales legislativas de octubre.
Proliferan los “sin techo” que llegan con la medialuna enarbolada. Pretenden, ansiosamente, los medialuneros, “cerrar algo”. Asegurarse un techo, estar “adentro”. Ahora, ya. Los profesionales no quieren llegar tarde. Ni “quedarse afuera”.

Lo difícil de explicar

Para colmo, la escuadra de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, el vencedor de 2009, pasa a convertirse en un aeropuerto que registra exclusivamente las partidas. Sin ningún arribo.
A esta altura, y con suerte, sólo le quedan votos para reservar una banca.

Con semejante perspectiva, el cristinismo se desdibuja. Solo. Se cuece en la tinta de sus contradicciones.

“El kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”, dijo La Doctora, al estimable periodista de la casa. Propia tropa.
Dolorosamente altiva ante la derrota, La Doctora no puede explicar la admirable construcción del poder kirchnerista.
Menos puede interpretar, entonces, la abrupta declinación del cristinismo.
Del 54% al 29 actual, en menos de dos años.

Con el tiempo, cuando pasen las turbulencias y los divisorios rencores, podrá estudiarse -en seminarios privados como los del portal- tanto la construcción kirchnerista como el desmoronamiento cristinista.
Partes del mismo fenómeno “difícil” -para La Doctora- de “explicar”.

Votos y versos

Aquí tratamos, en exceso, el apoyo de las otras dos patas fundamentales de “El Trípode”.
De Hugo Moyano, El Charol, y de Héctor Magnetto, El Beto. Es el poder real que se intentó superar.
Hoy se asiste al desvanecimiento de la alianza tácita entre lo que queda. Los peronistas que ponen los votos y los progresistas que aportan los versos.
Es el resultado de la insuficiencia catastrófica del frepasismo tardío.
Lo supo diseñar Carlos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado (Podrido). Es el antiperonista que alcanzó la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista.
Al fin y al cabo, para La Doctora, los “buscapinas” de Unidos y Organizados resultaron aún menos útiles que los ambiciosos cobradores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

En el intermedio de las derrotas, el conflicto hoy se da entre los que ponen los votos, que sienten peligrar el control de sus feudos, y los que ponen los versos. Los que perciben su anulación porque espantan, con sus brillantes ideas, justamente a los votos.

Las diferencias estallan, para colmo, en la delicada problemática de la inseguridad, que de pronto adquiere existencia.
Y no se trata, apenas, de recurrir a los servicios abusivos de la “Gendarmería para la Victoria”. De los miles de gendarmes que dejan las fronteras libradas a la suerte, para evitar los crímenes multiplicados del conurbano bonaerense.
Los que aportan el verso progresista ya no se conforman con la dignidad de los juicios, ni de los presos.
Se les esfuma, de repente, también la hegemonía argumental.
Hoy los verseros tienen que soportar la jura, como Ministro de Seguridad, del mini-gobernador de Ezeiza, Alejandro Granados, El Mangrullo.
Es el aportador de votos que supo alardear, incluso, hasta por su penosa “mala puntería”, que le impidió cargarse dos o tres delincuentes desesperados.
A quienes, según los que aportan los versos -a cambio de ejemplar humanismo y presos sin importancia-, debe tratarse con mayor consideración. Con firmes garantías básicas. Sin gatillos explicablemente temperamentales.

“Tanto pedir por la cabeza de Casal y ahora tienen que bancarse alguien que es mucho peor que Casal. Más duro aún, como Granados”, confirma la Garganta.
Es -Granados- el peronista clásico de colección. Readaptable al distinto tenor de las jefaturas que desfilaron, mientras consolidaba el dominio en su feudo. Ezeiza.

Desplazamiento de la responsabilidad

Pero ánimo, no todo está perdido. El retroceso del progresismo inspira una idea casi genial, apenas positiva para constar en actas.
Significa el desplazamiento de la responsabilidad por la próxima derrota.
La victoria abrumadora de Sergio, Aire y Sol II, que se aguarda para octubre, pasa a ser, en adelante, la exclusiva responsabilidad de Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol I.
En defensa propia, Scioli se pone al frente de la causa perdida. Una campaña compuesta por hombres especialmente seleccionados para la tarea de aislarlo. Cuando La Doctora ya carecía de brújula, estrategia. Sobre todo de buena información. Y la surtían de pescado que olía muy mal. Podrido.

La última alquimia consiste en transferir la responsabilidad de la derrota a Daniel.  A los efectos de atenuar los calamitosos errores de la dupla, de La Doctora y Zannini, que amparan a los aportadores de versos, y que hoy se encuentran en retroceso y en banda.
Son los máximos responsables del descalabro institucional que se viene. Y que permite aludir a la necesaria indulgencia de los vencedores. Como de los oportunistas que quieren sangre. O producir caídas dramáticas, situaciones límites. Imaginan renunciamientos. Ampliaremos.

Al cierre del capítulo de la flamante miniserie se registra, según Consultora Oximoron, en la Buenos Aires inviable, una diferencia de 14 puntos. En favor de Sergio. Sobre el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Para Oximoron, la próxima derrota de octubre produce un inapelable desplazamiento institucional del poder.
La alarmante fragilidad del Ejecutivo determina la próxima centralidad en el Legislativo, que a partir de diciembre tendrá no menos de cinco candidatos presidenciales.
Tres en la cámara mayorista, o sea Diputados.
Massa, Julio Cobos, El No Positivo, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y dos, hasta hoy, en la pasiva selectividad del Senado.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, el Reutemann de los radicales. Y Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Siempre y cuando, después del último papelón, El Hermano Alberto dé un paso atrás, como en el tango. Para dedicarse a la pintura, que lo reclama, como el teatro. O a los placeres del ocio, la gratificación del amor.

Oberdán Rocamora
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Coppertone para todos

El cristinismo se evapora entre pases recíprocos de facturas veladas.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

Con el tiempo -cuando cese el apasionamiento precario- va a estudiarse la admirable construcción de poder del kirchnerismo, entre 2003 y 2005.
Como se va a estudiar también la evaporación del poder cristinista, entre 2011 y 2013.

La Doctora dejó de ser la solución. Es el problema.
Su presencia comprime, sus palabras alejan. Pero nadie se atreve, entre los suyos, a insinuarlo.
Pese a la declinación que alarma, al descenso paulatino del respeto colectivo, aún -según nuestras fuentes- se le teme.
Al extremo de asegurar que algunos viceministros decisivos, a través del correo electrónico, lo consultan a Máximo. Como si el vástago fuera de verdad un conductor solvente. Con el básico objetivo de mostrar, entre la incertidumbre, un poco de aprobación.

“La hipótesis del helicóptero, con La Doctora, no corre, olvídese”, confirma la Garganta.
Un peronista, electo con legitimidad, sólo abandona el poder como consecuencia de un golpe militar. Como en 1955. O 1976.
“O porque le pegan un tiro en la cabeza”, continúa. Por cuestiones más pasionales que políticas. Como al Gringo.

Cuando se es portador del ADN peronista, no debe consignarse ninguna hipótesis de renuncia.
“El helicóptero es una solución reservada para los radicales, que se toman más en serio y suelen ser más dramáticos”.
En la cultura de referencia, son los propios peronistas los que jamás van a admitir abdicaciones.

Entonces el cristinismo se debate en el pase recíproco de las facturas veladas.
Se impone la indulgencia interpretativa. Se recomienda evitar el ensañamiento innecesario contra los derrotados.
La catarata de adversidades acentúa el rigor de la mala praxis.
Son demasiado crueles consigo mismos, y se registran enfrentamientos en cada ministerio. Secretaría de Estado. Dependencia.
Las descalificaciones y los odios impregnan el “pálido final” (Tango).

La bronca con Zannini

“Así que nosotros somos los corruptos y Zannini un impoluto, mirá vos” -nos confirma el cercano a Julio De Vido, el Ex Superministro.
“¿Y Electroingeniería? Es Joda. ¿Romanticismo de celda? Si todo salió para el demonio es porque se hizo lo que decidió Zannini, el Jefe de La Cámpora”.
Crece, en el sigiloso peronismo, la bronca contra Zannini.
Cuentan que Zannini los arrastró con el cuento de la Democratización de la Justicia.
Por el progresismo efectista de designar, por votación popular, a los miembros manipuladores del Consejo de la Magistratura.
Es la línea de interpretación que respaldan los peronistas que absuelven a De Vido. A quien quisieron responsabilizar por la derrota. Por encargarse de repartir las espiritualidades entre los municipios. Muy tarde, muy mal.

“El responsable fue Zannini. Quiso ser el candidato nacional en el distrito único y saltar, desde la plataforma de la Magistratura, hacia la candidatura presidencial”, insiste la Garganta.

De manera que, cuando La Doctora y Zannini utilizaban a los gobernadores infelices, enrolados en el Grupo GESTAR, no era sólo con el propósito de aislar a Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol I.
Ni porque contaban con la información distorsionada sobre las andanzas de Sergio Massa, la Rata Del Tigre que los embocó, Aire y Sol II.
Era porque se preparaba, en baño María, al sucesor preferido. Carlitos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Frepasismo tardío para todos. A los efectos de acelerar la superación del peronismo anacrónico, representado paradójicamente por los gobernadores peronistas aferrados al“Vestidito negro”.
Ellos iban a recibir, también, con alguna excepción, la lección de la derrota de agosto. O del empate.
Son los que conversan, ahora, como tías en el velatorio. Y tratan, con relativa elegancia, de descolgarse. Para caerse del Vestidito.

La Justicia, otra vez, iba a clausurar definitoriamente el sueño.
Bastó, apenas, con declarar la inconstitucionalidad del zafarrancho legislativo de la Democratización. Volteado por la Justicia que precisamente buscaban “democratizar”.
Los aferrados al Vestidito Negro, instrumentados todos por Zannini y La Doctora, para colmo sin saberlo, iban a terminar, todos, en El Mangruyo de Granados. A los aplausos en Ezeiza, con aclamaciones favorables hacia Aire y Sol I. Como si Scioli fuera la reencarnación de Sandro.

Coppertone para Todos

En “El vuelo de los garrocheros”, se anticipó la moda previsible del invierno.
Saltar hacia el “Tigre, Tierra Santa”, también.

Se instala la creencia que 2015 contiene la atmósfera de la utopía.

Emerge octubre de 2013 como la próxima frontera. La elección legislativa aguarda con la derrota más severa en la provincia que les importa. Buenos Aires, La Inviable. Por más de 10 puntos de diferencia.

De poco le sirve, a esta altura, a La Doctora, asumir tardíamente el estallido del relato.
Aceptar la existencia de la inseguridad, de la inflación, subir el mínimo no imponible, para taparle la boca a Massa o a Moyano, El Charol.
Tampoco le sirve ocultar, en lo posible, los símbolos más cuestionados. Como si, de repente, Amado Boudou, El Descuidista, máximo error de la estadista hormonal, no existiera.
Hoy El Descuidista participa de onerosas excursiones, tan lejanas como extravagantes. Útiles para quitarlo transitoriamente del escenario.
Y carece de sentido desactivar totalmente a Guillermo Moreno, el Antonio Das Mortes, El Cumplidor de Instrucciones.
Ningún otro Das Mortes se encuentra en condiciones de apretar a los cambistas. Cueveros que se divierten con el ascenso del Blue.

Pero ánimo, no todo está perdido.
Probablemente la salvación provenga de El Consultor Providencial. Con su receta posiblemente mágica.
El Consultor Providencial fue llevado hacia La Doctora, según nuestras fuentes, por el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.

Para colmo Insaurralde sospecha, en el fondo, que efectivamente podrá ser el candidato a gobernador de La Provincia Inviable. Pero impulsado, llamativamente, por el adversario actual. Su buen amigo y colega Massa, Aire y Sol II.
Insaurralde podrá disputar, acaso, la Provincia Inviable, con el devaluado Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, que hoy enarbola el discurso de Heidi. Aunque impulsado -secreto de multitudes- por Scioli.
Pasan cosas lindas en la familia del peronismo.
Marche más Crespi Seco.
El Aire y el Sol, en definitiva, se imponen.
“Coppertone para Todos”. Como instiga, con saludable desenfado, un airesolista del primer tipo, que se siente en la antesala del poder, y reparte embajadas como si fueran estampitas de Francisco.

Oberdán Rocamora

Fondos chinos para humillar a Brasil

La Doctora, sus rencores, y la utopía de las represas.

escribe Serenella Cottani
Río Gallegos

De las utópicas represas -Condor Cliff y La Barrancosa- la cronista publicó suficientes textos en el sitio web. Del 2007, 2008. Releerlos mantiene el extraño encanto de la frustración colectiva.
Y la evaluación más deplorable: con sus llamados a licitaciones y sus adjudicaciones falsas, las represas sirvieron, apenas, para armar tablados políticos.
Como el que viene a armar, otra vez, en la plenitud del ocaso, la señora Cristina, la Presidenta, hoy demasiado golpeada.
Supimos llamarla La Elegida. Después Nuestra César. Ahora es La Doctora.
Pasaron seis años, de avances y retrocesos, para la (probablemente) definitiva adjudicación.
El cambio más trascendental pasa por el nombre. Condor Cliff y La Barrancosa ya son Néstor Kirchner, el extinto Furia que impulsó la utopía, y Jorge Cepernic, en homenaje virtual al romanticismo casi revolucionario de los 70. Años ideales para olvidarlos.

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El vuelo de los garrocheros

escribe Serenella Cottani
Interior-Provincias

“Esto es el peronismo, no es ningún Club de Solas y Solos”, confirma la Garganta.
“Aquí se te puede perdonar cualquier pecado, menos el de la derrota”.

Inmolarse por los mohines ensayados de La Doctora adquiere un sentido discutible. Por no decir nulo.
Es como dar la vida por los ganadores de sueldos de La Cámpora.
O por los colaboradores rentados del frepasismo tardío.

“¿A cambio de qué, Serenella?”. ¿Acaso de considerables mangos, que llegan en cuentagotas y mal? ¿O por promesas de más obras? De terminar las iniciadas.

Encerrona teórica que los peronistas suelen explicar, en la práctica, con palabras procaces, indignas del presente despacho.
Porque si pierden, los tratan de culpables o traidores.
Como le pasó, sin ir más lejos, a Sergio Massa, Aire y Sol II, con Néstor Kirchner, El Furia. En la derrota “testimonial” de 2009.
Pero si ganan, los castigarán peor. La Doctora les impondrá los concejales arbitrariamente a dedo. Para entregarlos.

Les consta que a Martín Insaurralde -pobre- lo quemaron. Un buen muchacho que aprendió bastante con Hugo Toledo, uno de los tres titanes de Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Los otros dos fueron Mércuri y Pierri.
Pero Insaurralde se diplomó merced a la confianza que “siempre le dispensó” Rossi. Canal ante Federico Achával, socio de Cristobalito.
Ahora tiene -Insaurralde- escasas posibilidades de remontar. Los cristinistas lo transformaron en un barrilete de plomo.

Los mini-gobernadores -apodados intendentes- que sin gran convicción jugaron con el cristinismo, se encuentran en la plenitud del conflicto existencial. No pueden arriesgar la mayoría en el Concejo Deliberante. Manera suicida de arrimarse a otra pérdida fatal. La libertad.
Saben que Sergio, el que está enfrente, al menos por ahora, no es ningún enemigo.
Es el Quijote que se atrevió, en cuarenta días y con veinte Sanchos, a perforarle, a La Doctora, la provincia inviable.

“Nos vacunaron”, confirma la Garganta. “Pero Scioli, acaso para conformarnos, y darnos un poco de ánimo, dice que no tenemos que dramatizar”.
Es la línea que se baja, desde arriba. Como si nada hubiera pasado. Ningún “masaso” electoral.
Para avanzar con “fe, esperanza y entusiasmo”. Hacia el paredón.
Más grave que un pecado, la derrota, en el peronismo, es un error.
Entonces la lealtad es un aspecto relativamente superfluo. Que se ofrenda a quien, en definitiva, la merece.
No es precisamente el caso de La Doctora. Ni de los frepasistas tardíos que se reportan a Zannini, el Gran Consumidor de Pescado. Podrido.

Fotografías

Se aguarda la multiplicación de los garrocheros voladores. Llegan con la medialuna metafóricamente enarbolada. Para mojarla en las tazas de café con leche de “Tigre, Tierra Santa”.
El encargado de recibirlos, aunque parezca mentira, es Alberto Fernández, El Poeta Impopular. Oportunamente puso el pie en Tigre para negociar componendas en nombre del sciolismo.
Pero, ya que estaba en Tigre, se quedó.

En el Comité de Recepción a los Garrocheros está habilitado también Eduardo Amadeo, El Conde Consorte.
Se anota -El Conde- para iniciar otra epopeya junto al visionario Felipe Solá, El Máximo Cuadro del Felipismo.
Hoy se encuentran, con el Vasco De Mendiguren, en condiciones de repartir los números, para “tener diez minutos con Sergio”. A los efectos de enrolarse en la cantera inagotable de Massa.
Como Roberto Lavagna, La Esfinge, que también pudo aterrizar. Para encontrarse con Sarghini, La Oveja, y Tito Lusiardo, alias Juanjo.
Son dos viejos protagonistas de la fotografía utilitaria, tomada en El General, restaurante temático, como el que abrió El Canca Gullo en Palermo.
Lástima que el cuarto de aquella foto, Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, aún no haya aterrizado.
A través de la derrota, Narváez se transforma. Pasa a tener mayor gravitación. Como si hubiera triunfado.

A quien se aguarda, con relativo entusiasmo, en el garrochódromo, es a Hugo Moyano, El Charol.
Pero Moyano no tiene el estado físico de La Esfinge. A esta altura está bastante grande y pesado para clavar la garrocha en Azopardo, y elevarse hacia Tierra Santa. Aparte, no le hace falta.
Le sobran los canales para llegar a Tigre. Los intermediarios. Celestinos vocacionales que se postulan, según nuestras fuentes, como dadores voluntarios de solidaridad.
Todo para precipitar el acercamiento entre Moyano y Massa.
El Charol lo tiene a su hijo Facundo, que es pre-massista. Significa confirmar que Facundo está con Massa desde antes que Massa comenzara a dar las exitosas vueltas en la Rotonda.
Instalado en esa versión del Cruce Etcheverry que supo atormentar al cristinismo primario, cuando La Doctora estaba en banda informativa y desconocía qué camino Massa iba a tomar.
O si iba a conformarse con las vueltas. Sin decidirse.

Gente que busca gente

Para colmo, Moyano mantiene, según nuestras fuentes, los códigos superados del evangelista frontal.
De ningún modo va a hacerle un feo a Narváez, que lo arrastró hacia la lona. Aunque desde hace dos semanas Moyano estaba particularmente incómodo con su posición de falsa escuadra. Aferrado al error de la derrota que se le avecinaba. Por haberse dejado arrastrar por las carísimas derivaciones de aquella otra fotografía, la de Córdoba.
Cuando El Charol apareció sonriente junto al Caudillo Popular, y con José De la Sota, El Cordobés Profesional. Y como es habitual con Lavagna, La Esfinge.
La fotografía de Córdoba resultó letal para la asociación que se tramitaba entre Lavagna con el gran ausente. Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Pero Macri, curiosamente, por intermedio de Jorge, El Primo Pobre, vuelve a encontrarse con Lavagna en un recodo del eterno camino.
Ilustración efectiva de “Gente que busca Gente”, como diría Pagni, el pensador positivista.

Como componentes de la cantera de Massa, El Niño Cincuentón y La Esfinge se reencuentran en Tigre, Tierra Santa.
Junto al Poeta Impopular, que felizmente encontró a quien dedicarle sus sonetos desesperados. Y con El Conde Consorte. O El Máximo Cuadro del felipismo. O Tito Lusiardo. Junto al “Chupete” Manzano, el Gran Productor de Humo, parte de la cantera del peronismo que se recicla hasta el infinito. En la Franja de Massa, que hasta hace tres meses era una “maza sin cantera”.

Se asiste a la epidemia de los balances. Cualquier locutor se pregunta -perplejo- qué va a pasar ahora.
Si La Doctora asimilará con sensatez “La calle cerrada de la derrota”. O si va, alucinantemente, a radicalizarse.
“Ni un paso atrás”, confirma Filmus, El Psicobolche, siempre listo para el admirable oficio de perder.
Sin percatarse que, si insisten con La Doctora en dar otro paso adelante caen, invariablemente, al precipicio.
Con todos aquellos frepasistas que, sin otra alternativa que inmolarse, se cuelgan del“Vestidito negro”.

Al cierre del despacho, trasciende que Daniel Peralta, El Campera, clavó la garrocha en la Avenida Kirchner, en la intersección con la confitería Mónaco. Para elevarse con destreza y volar, majestuosamente, hacia “Tigre, Tierra Santa”. Y anotarse en la cantera de Massa.

Serenella Cottani