Cataluña y la puntanidad

Relevamiento Federal, San Luis (Estado Libre Asociado): El gobernador delegado Claudio Poggi aguanta las críticas de Alberto Rodríguez Saa.

sobre informe de Consultora Oximoron,
Redacción final Carolina Mantegari

“El gabinete de Poggi es muy poco puntano”, confirma la Garganta. Le falta puntanidad, la cultura del lugar.
“Se aflojan los controles, se tiende a la dispersión”. Y crece -lo peor- el kirchnerismo.

Gobernador delegado del Estado Libre Asociado de San Luis, Claudio Poggi, cordobés, confirma que quiere ser reelecto. Es probable, incluso, que lo sea. Siempre y cuando el gran actor, notable pintor, competente conductor radial y ex gobernador, don Alberto Rodríguez Saa, Brad Pitt o El Chapa, lo permita. Y no insista en distraer sus reconocidas aptitudes estéticas para corregir las desviaciones del delegado gobernador. De la línea que le marcaron sus sabios antecesores. O sea el multifacético Alberto.
Es quien ejerce la titularidad, el turno del Alberto, mientras Adolfo Rodríguez Saa, Lo más Alto, el hermano corso que lo admira, lo deja hacer y deshacer.
Entonces, desde su programa radial que alude a los contactos metafísicos con el Planeta Xilium, Alberto lanza andanadas de críticas constructivas hacia el gobernador. O las escribe, en una magnífica muestra de pluralidad, en el diario de la familia.

La cuestión de la “puntanidad”

“Adolfo está más allá, más arriba, para los puntanos es como Dios, fue presidente, está en la escena nacional e internacional. Es el padre de la puntanidad”, continúa otra Garganta.
En cambio Alberto conduce aquí, en la tierra. Es el vigía y estratega del Estado Libre Asociado, una excepción que se destaca por su prosperidad y “poco tiene que ver con el resto de la Argentina”. San Luis ofrece conexión a internet hasta en los árboles. Es comparativamente superior a cualquier provincia, de las sometidas al estado central. Por las carreteras iluminadas, que cualquier forastero exalta, hasta por los avance sociales que muestran un mundo menos desdichado, casi feliz. Como lo soñaba el novelista inglés, Aldous Huxley.
“Aquí no tiene trabajo sólo aquel que no quiera trabajar”, prosigue la Garganta.
Los puntanos se jactan de construir más viviendas de las necesarias. Incluso Alberto instruye a los funcionarios para que estén atentos a las derivaciones del crecimiento demográfico. Para que se impida la gestación de villas. Como las villas que ofenden la sensibilidad más elemental en el conurbano bonaerense, o en la misma capital federal, en los alrededores de Gran Córdoba o de la Circunvalación de Rosario.
“La identidad villera aquí nada tiene que celebrar”.

Veinte años atrás, la puntanidad del Estado Libre Asociado ya sorprendía a los viajeros. Por ejemplo, con el ritual de una orquesta sinfónica integrada por niños. O con la extraña escuela de ballet clásico que dirigía un ruso real, especialmente importado (por Alberto) desde el Bolshoi de Moscú, un joven refinado, encantador y perfectamente homosexual.
Consta que en la actualidad, esta Cataluña argentina, no vería mal emanciparse del estado nacional que sólo les brinda disgustos.
O por lo menos estos puntanos de Alberto y de Adolfo aspiran a adquirir mayor autonomía. Se jactan de la tendencia ideológica de impartir felicidad. Pero también se ufanan del desarrollo turístico, ya no sólo en Merlo o en Potrero de Funes.

Después de 28 años de reinado de los Rodríguez Saa, en 2011 Alberto prefirió los escenarios, interpretar más a Gregorio de Laferrere, actuar en Villa Mercedes, irse de gira a Villa Carlos Paz, a Buenos Aires. Y Adolfo decidió recluirse en el senado, donde hoy mantiene el destino de Planta Permanente, como Reutemann, mientras amaga con ser candidato presidencial.
Consigna Oximoron que hoy Adolfo está anexado, como otro “renovador” más, a La Franja de Massa, la que orienta Sergio, el Renovador de la Permanencia, que les ofrece la alternativa de renovarse gratis.
Por propio peso, trasciende que Adolfo quisiera proyectarse como el más idóneo vicepresidenciable de Massa, que emerge como un experto distribuidor de rivotriles que carga en sus bolsillos. Cuentan que, a la menor distracción, les coloca a los interlocutores un rivotril en el agua mineral. Los duerme.
Aparte de participar como actor en Las de Barranco, de Laferrere, Allberto lució en “El acompañamiento”, vigoroso drama en un acto de Carlos Gorostiza, estrenado por los memorables Carlos Carella y Ulyses Dumont. Participó también de otras propuestas, con suerte bastante relativa, y ahora, los muchos que no lo quieren, ni lo toman demasiado en serio, confirman que se cansó de ser actor, de ser conductor radial, bailarín, cantante, equilibrista, artista de variedades y quiere volver a ser, por lo menos, gobernador.
Por lo tanto acusan que Alberto comenzó una perversa tarea de serrucho y esmerilamiento sobre Poggi. Al que se le prestó el poder, como si fuera el traje negro para asistir a una fiesta de casamiento. Tiene que devolverlo.
Pero Alberto también intentó dos veces ser presidente. En 2007, acompañado del ingenioso Héctor Maya, apodado El Veintidos. Y en 2011 fue con el “acompañamiento” del filósofo positivista José María Vernet, El Tati, autor de los opus más formidables del pensamiento peronista.
La última experiencia tuvo que ver con el piadoso bochorno del Peronismo Federal. Fue cuando con Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), Felipe Solá, El Máximo Cuadro del Felipismo, y Mario Das Neves, El Tenor Portugués, abandonaron la cancha grande del peronismo para hacer un picadito de potrero entre ellos. Fueron picaditos electorales en diversos distritos. Quedaron Alberto-Vernet contra Duhalde-Das Neves. Hasta que se estrellaron en Tucumán, cuando el gobernador Alperovich le advirtió a su amigo Duhalde. “Tenemos orden de Buenos Aires de votar contra usted”. Entonces cada fórmula fue por su cuenta y La Doctora los taponó con votos a las dos. La experiencia explica mejor el hartazgo sólido de Alberto y decidir refugiarse en la libertad del teatro, en el lienzo, y hasta en “el éter” como decían las abuelas.

Insidias del Balcarce

Pese al desborde de la felicidad, lo que se extiende también aquí es el cristinismo. A fuerza de ideología, de recorte generacional, y mucha moneda.
Enrique Ponce, intendente de San Luis capital, es el opositor que responde a Kolina. Son los buscapinas que conduce Alicia, La Fotocopia.
Los grupos se extienden tanto que hasta tienen la propia interna K. Con el senador Pérsico, el citado Ponce, y la señora Nora Videla, que saltó desde el albertismo hacia la oposición.

En el bar Balcarce, en plena Rivadavia, abundan los que quieren renovar, de una vez por todas, a los flamantes renovadores que se imaginan eternos.
“Pero no se deje engañar con tanto mundo feliz, los Rodríguez Saa aquí tienen el boleto picado”, confirma otra Garganta. Si se arrima al kolinismo es sólo para tomar distancia de los Rodríguez Saa.
“Si no es en 2015 capotan en 2019. Fijesé que están rodeados de septuagenarios”. Son Sub 70 que aspiran a mandar para siempre en esta Cataluña Nacional.
Aceptan, en el Balcarce, que Poggi, Poder Prestado, es el mejor discípulo de Adolfo. Y que nada le cuesta “aguantar los palos de Alberto, que se cree conductor”.

En tres años de préstamo, Poggi supo entenderse con los peronistas y los normales de cuarenta. Con los Sub 50 que quieren cobrar, y sobre todo dar órdenes. Con elaborado criterio consideran que se llega más rápido si se sitúan en las proximidades del cristinismo. Así tengan que “fumarse” a Scioli, “que es amigo, no hay problema”.

Los que ponen votos y los que ponen versos

DANIEL, MAURICIO Y SERGIO II: El conflicto que desangra al cristinismo en retirada.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si adentro hay nada más que 60 mil, es fácil, te ponés 30 en un bolsillo y 30 en el otro y te vas. ¿Para qué vas a llevarte la caja?”.
La Doctora, según nuestras fuentes, ilustraba a los testigos perplejos. Todos “titulares”. Aludía, con indiscreta confidencialidad, al extraño robo filmado en la residencia de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II.
El robo a Massa es casi tan inexplicable como el misterio del crimen de El Lauchón. Ampliaremos.

El episodio tratado de la caja transcurrió en la reunión “cerrada” del Hotel Patagonia, en Río Gallegos, ex Tierra Santa. Después que la santidad territorial se desplazara, oportunamente, hacia el Tigre.
Alude a la idea de la presunta abundancia. Reflejo de la prosperidad, en materia de expectativas.
Calibra la actualidad política en la provincia (inviable). Buenos Aires.

Los Sin Techo

Basta con confirmar que determinado empresario, de relativo primer nivel, buscaba, sin suerte, durante la semana anterior, una manera directa de llegar a Sergio. Mantenía el saludable propósito de acudir en auxilio solidario del vencedor.
“Mirá que no quiero pedirle nada”, advirtió el empresario, según nuestras fuentes, al canal confiable que podía intermediar.
Al contrario, “es para ponerle”.

El muchacho, en semejante aspecto, “está muy dulce”. Le sobra. Como para no preocuparse, en exceso, por el contenido de la caja extrañamente robada. De manera tan visible. Como estaba visible la “carta robada” del cuento de Edgar Allan Poe.
Trasciende que, a esta altura, por la demanda, cuesta obtener cinco minutos con Sergio.
Significa confirmar que Aire y Sol II, el actual propietario de la centralidad, casi no tiene espacio para recibir a la totalidad de los garrocheros que sobrevuelan a su alrededor. Y procuran aterrizar en Tigre, Tierra Santa.
Con la metafórica garrocha en la mano, los abnegados también hacen antesala, durante horas, en la puerta del edificio de Cerrito y Juncal. Es donde se habilitó un piso entero, “para el armado político”.
Llegan los audaces para postularse como referentes del “massismo”. Desde los puntos más alucinantes del país.
Aunque el muchacho -Sergio- deba prepararse, apenas, para las iniciales legislativas de octubre.
Proliferan los “sin techo” que llegan con la medialuna enarbolada. Pretenden, ansiosamente, los medialuneros, “cerrar algo”. Asegurarse un techo, estar “adentro”. Ahora, ya. Los profesionales no quieren llegar tarde. Ni “quedarse afuera”.

Lo difícil de explicar

Para colmo, la escuadra de Francisco de Narváez, El Caudillo Popular, el vencedor de 2009, pasa a convertirse en un aeropuerto que registra exclusivamente las partidas. Sin ningún arribo.
A esta altura, y con suerte, sólo le quedan votos para reservar una banca.

Con semejante perspectiva, el cristinismo se desdibuja. Solo. Se cuece en la tinta de sus contradicciones.

“El kirchnerismo es un fenómeno difícil de explicar”, dijo La Doctora, al estimable periodista de la casa. Propia tropa.
Dolorosamente altiva ante la derrota, La Doctora no puede explicar la admirable construcción del poder kirchnerista.
Menos puede interpretar, entonces, la abrupta declinación del cristinismo.
Del 54% al 29 actual, en menos de dos años.

Con el tiempo, cuando pasen las turbulencias y los divisorios rencores, podrá estudiarse -en seminarios privados como los del portal- tanto la construcción kirchnerista como el desmoronamiento cristinista.
Partes del mismo fenómeno “difícil” -para La Doctora- de “explicar”.

Votos y versos

Aquí tratamos, en exceso, el apoyo de las otras dos patas fundamentales de “El Trípode”.
De Hugo Moyano, El Charol, y de Héctor Magnetto, El Beto. Es el poder real que se intentó superar.
Hoy se asiste al desvanecimiento de la alianza tácita entre lo que queda. Los peronistas que ponen los votos y los progresistas que aportan los versos.
Es el resultado de la insuficiencia catastrófica del frepasismo tardío.
Lo supo diseñar Carlos Zannini, El Gran Consumidor de Pescado (Podrido). Es el antiperonista que alcanzó la proeza de conducir un gobierno de matriz peronista.
Al fin y al cabo, para La Doctora, los “buscapinas” de Unidos y Organizados resultaron aún menos útiles que los ambiciosos cobradores de sueldos de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

En el intermedio de las derrotas, el conflicto hoy se da entre los que ponen los votos, que sienten peligrar el control de sus feudos, y los que ponen los versos. Los que perciben su anulación porque espantan, con sus brillantes ideas, justamente a los votos.

Las diferencias estallan, para colmo, en la delicada problemática de la inseguridad, que de pronto adquiere existencia.
Y no se trata, apenas, de recurrir a los servicios abusivos de la “Gendarmería para la Victoria”. De los miles de gendarmes que dejan las fronteras libradas a la suerte, para evitar los crímenes multiplicados del conurbano bonaerense.
Los que aportan el verso progresista ya no se conforman con la dignidad de los juicios, ni de los presos.
Se les esfuma, de repente, también la hegemonía argumental.
Hoy los verseros tienen que soportar la jura, como Ministro de Seguridad, del mini-gobernador de Ezeiza, Alejandro Granados, El Mangrullo.
Es el aportador de votos que supo alardear, incluso, hasta por su penosa “mala puntería”, que le impidió cargarse dos o tres delincuentes desesperados.
A quienes, según los que aportan los versos -a cambio de ejemplar humanismo y presos sin importancia-, debe tratarse con mayor consideración. Con firmes garantías básicas. Sin gatillos explicablemente temperamentales.

“Tanto pedir por la cabeza de Casal y ahora tienen que bancarse alguien que es mucho peor que Casal. Más duro aún, como Granados”, confirma la Garganta.
Es -Granados- el peronista clásico de colección. Readaptable al distinto tenor de las jefaturas que desfilaron, mientras consolidaba el dominio en su feudo. Ezeiza.

Desplazamiento de la responsabilidad

Pero ánimo, no todo está perdido. El retroceso del progresismo inspira una idea casi genial, apenas positiva para constar en actas.
Significa el desplazamiento de la responsabilidad por la próxima derrota.
La victoria abrumadora de Sergio, Aire y Sol II, que se aguarda para octubre, pasa a ser, en adelante, la exclusiva responsabilidad de Daniel, el Líder de la Línea Aire y Sol I.
En defensa propia, Scioli se pone al frente de la causa perdida. Una campaña compuesta por hombres especialmente seleccionados para la tarea de aislarlo. Cuando La Doctora ya carecía de brújula, estrategia. Sobre todo de buena información. Y la surtían de pescado que olía muy mal. Podrido.

La última alquimia consiste en transferir la responsabilidad de la derrota a Daniel.  A los efectos de atenuar los calamitosos errores de la dupla, de La Doctora y Zannini, que amparan a los aportadores de versos, y que hoy se encuentran en retroceso y en banda.
Son los máximos responsables del descalabro institucional que se viene. Y que permite aludir a la necesaria indulgencia de los vencedores. Como de los oportunistas que quieren sangre. O producir caídas dramáticas, situaciones límites. Imaginan renunciamientos. Ampliaremos.

Al cierre del capítulo de la flamante miniserie se registra, según Consultora Oximoron, en la Buenos Aires inviable, una diferencia de 14 puntos. En favor de Sergio. Sobre el buenito de Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo.
Para Oximoron, la próxima derrota de octubre produce un inapelable desplazamiento institucional del poder.
La alarmante fragilidad del Ejecutivo determina la próxima centralidad en el Legislativo, que a partir de diciembre tendrá no menos de cinco candidatos presidenciales.
Tres en la cámara mayorista, o sea Diputados.
Massa, Julio Cobos, El No Positivo, y Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Y dos, hasta hoy, en la pasiva selectividad del Senado.
Ernesto Sanz, La Esperanza Blanca, el Reutemann de los radicales. Y Adolfo Rodríguez Saa, del Estado Libre Asociado de San Luis. Siempre y cuando, después del último papelón, El Hermano Alberto dé un paso atrás, como en el tango. Para dedicarse a la pintura, que lo reclama, como el teatro. O a los placeres del ocio, la gratificación del amor.

Oberdán Rocamora
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La jefatura vacante del peronismo

Es para Scioli, Massa, Moyano, Urtubey, Capitanich, Gioja, Urribarri, De la Sota o Adolfo Rodríguez Saa.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, sobre informe
de Consultora Oximoron

* * * * *

En setenta años de historia, el peronismo apenas tuvo tres jefes. Y dos poleas de transmisión.
Los Jefes -inapelablemente- fueron:
Juan Domingo Perón, de Buenos Aires, entre 1943 y 1974.
Carlos Saúl Menem, de La Rioja, entre 1988 y 1999.
Néstor Carlos Kirchner, de Santa Cruz, entre 2005 y 2010.

Poleas

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