En las democracias modernas la rendición de cuentas es una manifestación del buen gobierno que apunta a informar a la ciudadanía sobre la marcha de las cuestiones de Estado. En general, su ejercicio involucra un alto grado de procesamiento de datos duros e información sobre avances y logros de las políticas públicas.
En América Latina, Estados como los de Colombia, México y Nicaragua adoptaron un proceso virtuoso de planificación, monitoreo y evaluación de los planes nacionales de desarrollo que les permite entregar informes regulares sobre los impactos y resultados de la acción de gobierno. Al mismo tiempo, implementaron mecanismos de comunicación de esos avances a través de los Informes Presidenciales al Congreso o plataformas en línea que publican información de diferentes indicadores. Así, facilitan el monitoreo y la evaluación por parte de la comunidad a través del pleno acceso a los resultados y datos de gestión.