El Parlamento estuvo y está al servicio de la agenda del gobierno, marcada por las diferentes fases del rescate capitalista, incluso delegando poderes y superpoderes en el Ejecutivo. El gobierno está jaqueado por el derrumbe de su propia política y se le han complicado sus mayorías parlamentarias. Pero en las horas de los motines policiales, le arrancó un acta falsamente “democrática” a los presidentes de todos los bloques de Diputados, con excepción del Frente de Izquierda. Fue la primera acción de la nueva Cámara de Diputados: aunque todos cedieron ante el motín policial en las provincias donde gobiernan, se apresuraron a lanzar un tiro por elevación, no a las policías bravas que ellos mismos promovieron, sino al reclamo de los trabajadores por un salario que cubra la canasta familiar.
Nuestra acción parlamentaria, que en la sesión inaugural debutó cuestionando la dirección política de toda una década, estará marcada por la intervención en la crisis política, social y económica. No será el mero resultado de refutar las iniciativas de la burguesía (Código Civil, impuestazos, etcétera) como tampoco se limitará a esperar los proyectos que surjan de las demandas obreras y populares. Propondremos una agenda por una salida obrera a la crisis. La conexión del trabajo parlamentario con la lucha de clases es la viga maestra de toda la acción que nos proponemos, puesto que no existe la conquista social al margen del sujeto que la obtiene. Desde allí, combatiremos cualquier idea o acción que fragmente las conquistas legislativas del Frente de Izquierda.