El 19 de diciembre marchamos de Congreso a Plaza de Mayo

Los amotinamientos policiales que se produjeron en prácticamente todo el país pusieron de manifiesto el estallido de la crisis inflacionaria y el derrumbe de la política económica del gobierno. De esta forma, la miseria salarial y la carestía galopante estallaron por un costado impensado. La policía -encargada de reprimir a quienes luchan por sus reclamos- puso en la agenda nacional un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, con un piso de $ 8.500.

El salario igual a la canasta familiar -defendido por el Frente de Izquierda en la campaña electoral- será cobrado por las fuerzas represivas. El ajuste que el gobierno y los capitalistas traman contra el pueblo, con paritarias del 20 %, cuando la inflación ya supera el 30, sufrió un golpe demoledor.

La crisis no puede ser mayor, porque para contener a los uniformados, el mismo gobierno que los reforzó y sostuvo durante toda una década, junto a todos los gobernadores, otorgaron aumentos salariales que oscilaron entre el 50 y el 100 % Es el mismo temor que embargó a los opositores tradicionales, tan dependientes de las patronales como el oficialismo. Por eso, de emergencia, formaron una Santa Alianza en el Congreso contra la generalización de la lucha salarial y firmaron el “acta democrática” de respaldo al gobierno K responsable de la crisis y que ahora ajusta a las masas para que carguen con la bancarrota. En ese alineamiento, se sumaron desde el macrismo hasta la centroizquierda. Es indudable, además, que toda la situación puso de relieve la vergonzosa parálisis de la CGT en cualquiera de sus variantes. Las familias obreras tienen que afrontar el mismo supermercado que las familias de los policías.

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Que la policía haya puesto en la agenda nacional un salario mínimo equivalente a la canasta familiar demuestra, ante todo, la vergonzosa parálisis de la CGT en cualquiera de sus variantes. Las familias de los policías tienen que afrontar el mismo supermercado que las familias obreras.

Pero las concesiones a la policía abren una deliberación colosal, en primer lugar, entre los estatales y docentes de todas las provincias del país. En Córdoba, la dirección delasotista de los empleados públicos se ha visto obligada a ir al paro de 48 horas por aumento y habrá marcha conjunta con docentes que medirá el estado de ánimo y de movilización entre los trabajadores. En Neuquén, un paro total de docentes y estatales, con masiva marcha, puso ya en la calle el reclamo de 10 mil pesos de básico y sigue un gran paro de salud. El 18 habrá un paro nacional médico de Fresposa, nacido en la lucha de los residentes de la provincia de Buenos Aires.

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