“No hay tiranía más cruel que la perpetrada bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia” (Baron de Montesquieu)
La economía argentina se encuentra en una seria crisis. Posiblemente una de las más severas de su historia. El 2014 cerró con una inflación que roza el 40%, 10 puntos superior a la del 2013. Los indicadores de actividad económica más importante vienen mostrando hace meses valores negativos, es decir, menor actividad económica. El BCRA se encuentra con serios problemas de reservas que sólo puede maquillar contablemente, sumado a un Patrimonio Neto que bien puede ser considerado negativo y con dos tercios de sus activos invertidos en deuda al Tesoro Nacional. Un Tesoro Nacional que posiblemente cierre el 2014 con un déficit fiscal en torno al 6.5% del PBI (con estimaciones privadas de producto). La infraestructura del país se encuentra “atada con alambres”. Argentina sigue en default y a medida que pasan los días se confirma que el argumento de la RUFO era una excusa para no saldar las deudas pendientes y no una verdadera causa. Sumado a esto, la aceleración de la deuda llevando a que caigan los canjes del 2005 y el 2010 no son escenarios a descartar. El listado de problemas podría seguir. Estos son todos síntomas de una economía que ya se encuentra en crisis, no de una economía que va a entrar en crisis. A las crisis económicas no se llega sólo con explosiones económicas como fue la del 2001, puede ser el resultado de un largo y manso recorrido hasta la misma. Continuar leyendo