Resumiendo, con candidez es la idea buscada; candidez cercana al sentir una caricia en el pelo y no tanto hablar con voz endulzada. Argentina tiene varias armas; en un juego de soldaditos en la alfombra, seríamos los que poseemos los de plomo que están a caballo y no tanto el que porta una bazuka de un solo tiro. Tranco fuerte y sostenido. Pero que arrasa como una bazuka.
Producir petróleo en nuestra bendecida shale rock que encontramos en Vaca Muerta no sirve más. El costo de sacar un barril de petróleo de ese lugar santo es a esta altura estrafalario, mientras que importar a estos precios es también estrafalario, pero desde el otro extremo, es demencial no hacerlo. Si se gastaban en la época oscura 17 mil millones de dólares por año con el barril a cien dólares, la regla de tres simple para el cálculo con el barril a treinta dólares es sana, es cándida.
¿Qué hacemos con el fuerte y sofisticado pueblo trabajador del petróleo entonces? Nuestro caballito de plomo fuerte y arrasador. Hay que poner un objetivo claro para nuestra caballería, sacarla de la batalla estándar contra enemigos usuales y relocalizarla en un nuevo frente de batalla que nos conviene a todos. Continuar leyendo