En la próxima elección habrá muchos nuevos inscriptos en un padrón que muestra cada vez más la importancia numérica del voto joven.
En la juventud, la de ahora y la de siempre, los ideales están puros y a flor de piel, las injusticias sublevan, la solidaridad brota casi sin necesidad de pedirla y la corrupción es algo lejano y repugnante. Todas esas buenas condiciones se vuelcan en la actitud de las chicas y los chicos a la hora de votar.