Buenas tardes, ¿mucho gasto?

Se dice por estos días -pudieron verse en la última semana notas al respecto en los diarios Clarín y La Nación- que el país muestra un “gasto público récord”. Se afirma que los fondos que ingresaron en 2012 al fisco representaron, según el Ministerio de Economía, el 31,4% del PBI. Y que si incluyen obras sociales, provincias y municipios, los cálculos sitúan esos fondos entre 47% y 50% del producto.

El año pasado, la Fundación Mediterránea argumentó que la Argentina ha sido el país que más subió su gasto público en la última década. Así, la entidad señaló que pasó de gastar 28,3 puntos del producto en 2000 a 34,8 en 2012 -para la fundación liberal FIEL la cifra llega a 40-. Cuando se miran con detenimiento esos datos, se verá que la “aceleración” del gasto no ocurrió tanto entre 2003 y 2007 -período en el que el gasto público recuperó los niveles que tenía antes de la crisis de 2001-, sino más bien a partir de la asunción de Cristina Kirchner. Es decir, esta “nueva situación” no corresponde a la “década kirchnerista”, sino a los últimos seis años.

Por su parte, el diario La Nación en un editorial publicada el domingo, consideró como “dádivas” a la Asignación Universal por Hijo (AUH) y evaluó que si bien la implementación de ese programa llega, según una encuesta de una universidad privada, “al 36,4% de los menores de edad” las condiciones de vida y del entorno de esos niños y jóvenes “no han mejorado”. Para el diario, “el desafío es entonces pegar el salto desde el asistencialismo a la supervivencia por propios medios (sic) y en condiciones que impliquen la posibilidad de desarrollar una vida digna”. El matutino condena a este programa de transferencia directa de ingresos, al señalar que “profundiza el riesgo de que se cree una dependencia transmisible entre generaciones”.

En suma, según parece, se cuestiona el crecimiento del gasto público de los últimos seis años y un programa de asistencia social que en 2013 cumplirá cuatro años de de implementación.

En cuanto a la AUH, se soslaya, por ejemplo que, de acuerdo a un estudio de la CEPAL, la cobertura actual de los menores que reciben algún tipo de transferencia de ingresos alcanza al 86%, mientras que esta proporción era de tan sólo el 37% en 1997 -un año después se desencadenó la recesión más prolongada y profunda de la que se tenga memoria-.

Sobre el aumento del gasto público, no parece tomarse en cuenta en ciertos análisis lo acelerado que resultó en otras épocas -sin tantas objeciones por parte de algunos sectores- el “achique” del Estado.

Como para recordar de donde se viene, consigno a continuación el contenido de dos apartados incluidos en el Anuario Estadístico de la República Argentina de 1995, publicado por el Indec. Se trata de la información correspondiente a “Privatizaciones concluidas. Período 1990-1994” y a la “cantidad de agentes de la Administración Pública Nacional (1989-1994)”.

En cuanto al personal, en aquel período de seis años el Estado pasó de contar con 874.182 agentes a 190.414 (poco menos de un cuarto).

Sobre las privatizaciones, a riesgo de aburrir, vale la pena enumerar la impresionante cantidad de cesiones al sector privado concretadas en aquel lustro, consignadas en aquel entonces por el Indec.

Paso a enumerar:

Comunicaciones

  • Entel (Telecom y Telefónica)

Transporte Aéreo

  • Aerolíneas Argentinas

Petroquímicas

  • Polisur

  • Petropol

  • Induclor

  • Monómeros vinílicos

  • Petroquímic Río Tercero

Petróleo: Areas Centrales

  • Tordillo

  • El Huemul-Koluel Kaike

  • Puesto Hernández (Neuquén)

  • Vizcacheras (Mendoza)

  • Santa Cruz I

  • Santa Cruz II

  • Tierra del Fuego

  • Aguarague

  • Palmar Largo

  • YPF SA (Venta de Activos)

  • Refinería de Campo Durán (Refinor SA)

  • EBYTEM (SA) (Puerto Rosales)

  • Destilería Dock Sud

  • Oleoductos del Valle SA

  • Destilería San Lorenzo

  • Interptrol SA

  • Planta de Aerosoles (Dock Sud)

  • Terminales Marítimas Patagónicas

  • Transportes Marítimos Petroleros (SA)

Buques Tanque

  • Libertador San Martín

  • Ingeniero Villa

  • Florentino Ameghino

  • General Güemes

  • Ingeniero Hermitte

  • Ingeniero Reca

  • Goya

  • Medanito

  • Puerto Rosales

  • Cañadón Seco

  • 13 de Diciembre

  • San Lorenzo

  • Ing. Huergo

  • Ing. Silveyra

  • Ministro Ezcurra

  • Puerto Posadas

  • Puerto Diamante

  • Hernandarias

  • Campo Durán

  • C. Espíritu Santo

Hoteles

  • Llao-Llao Holding

  • Ingeniero Villa

  • Florentino Ameghino

Energía Eléctrica

  • Centrales Térmicas del Litoral SA

  • Central Puerto SA

  • Central Costanera SA

  • Edenor SA

  • Edesur SA

  • Central Pedro de Mendoza

  • Central Dock Sud

  • Edelap (Area del Plata)

  • Central Alto Valle

  • Central Güemes

  • Central Sorrento

  • Central San Nicolás

  • Centrales Térmicas del Noroeste Argentino SA

  • Centrales Térmicas Patagónicas SA

  • Transnoa SA

  • Transpa SA

  • Transener SA

  • Hidroeléctrica Diamante SA

  • Hidroeléctrica Río Hondo SA

  • Hidroeléctrica Ameghino SA

  • Centrales Térmicas Mendoza SA

  • Transnea SA

  • Central Hidroeléctrica Alicurá SA

  • Central Hidroeléctrica Cerros Colorados

  • Central Hidroeléctrica El Chocón SA

  • Hidroeléctrica Piedra del Aguila SA

Gas

  • Transportadora de Gas del Sur SA

  • Transportadora de Gas del Norte SA

  • Distribuidora de Gas Pampeano SA

  • Distribuidora de Gas del Litoral SA

  • Distribuidora de Gas del Centro SA

  • Distribuidora de Gas Cuyana SA

  • Distribuidora de Gas Noroeste SA

  • Distribuidora de Gas del Sur SA

  • Distribuidora de Gas Metropolitana SA

  • Distribuidora de Gas Buenos Aires Norte SA

Defensa

  • Altos Hornos Zapla

  • Somisa

  • Aceros Paraná SA

  • Tandanor

  • Fábrica Militar de Tolueno Sintético

  • Fábrica Militar de Vainas y conductores eléctricos (EGA)

  • Fábrica Militar de Acido Sulfúrico

  • Fábrica Militar General San Martín

  • Fábrica Militar Pilar

Junta Nacional de Granos

  • Unidad Portuaria San Pedro

  • Elevadores Terminales de Rosario (U III)

  • Elevadores Puerto Diamante

Agricultura

  • Corporación Argentina de Productores (CAP)

Sector Financiero

  • Caja Nacional de Ahorro y Seguro

Transporte Marítimo

  • Empresa Líneas Marítimas Argentinas

El racconto no incluye la privatización de los canales 11 y 13 de la Ciudad de Buenos Aires, en 1989. Tampoco los procesos de desregulación, como el que por decreto en 1992, puso fin al alto grado de protección del que gozaba el sector pesquero nacional. O el proceso de concesión de los ferrocarriles metropolitanos, a partir de 1993.

Para ser un poco más concreto: ¿y si en vez de escandalizarnos por el aumento del gasto público y repetir cifras y eslóganes vacíos nos preguntamos de dónde venimos y discutimos hacia dónde queremos ir?

El estalinismo más blandito del mundo

El Frente para la Victoria hizo una mala elección en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Más allá de la polémica de si el resultado debe ser leído en términos nacionales o provinciales o si sacó algún voto más o menos que en 2009, los comicios fueron equiparables a aquellos, duros para el kirchnerismo.

El hecho revela una vez más la complejidad -¿o la fragmentación?-, la vitalidad, el empuje de una sociedad como la Argentina, que bien puede encumbrar a los oficialismos en un turno electoral o dar llamados de atención al oficialismo -a los oficialismos, porque hubo merma de votos en provincias y distritos de todos los colores, ¿o no?-.

¿Dónde quedó entonces la idea de la “legitimidad segmentada” con la que amonestó Elisa Carrió el triunfo de Cristina Kirchner en 2007? ¿Qué pasó con los todopoderosos “aparatos”? ¿Qué pasó con el opresor “clientelismo”? ¿Qué ocurrió con la necesidad de “liberar a nuestros hermanos pobres del clientelismo”, como también señaló en reiteradas oportunidades la ahora líder de UNEN? ¿Y con el peligro del “fraude”? ¿Qué pasó con el gobierno fascista, stalinista, opresor? ¿Qué ocurrió con la ‘República en peligro’?

Pasó que nada de eso existe en la sociedad argentina. Ni puede existir. Se trata de una sociedad que luego de la mayor presencia del Estado en los últimos diez años es más y no menos vital, activa y demandante, vote a quien vote. Ahora a unos o luego a otros.

Como lo indica la politóloga María Esperanza Casullo en un artículo reciente (“Liberal, clientelar o populista y clientelar: tres visiones entre sociedad civil y Estado en Latinoamérica”), “las relaciones entre sociedad civil y Estado no son necesariamente de suma cero; ciertamente, los grupos populares no entienden el juego de esta manera”.

En gran medida, las demandas de los sectores populares se centran alrededor de la consecución de ‘más Estado’, es decir, más bienes públicos en sus comunidades, más políticas públicas dirigidas a ellos, mayores regulaciones hacia el mercado. El Estado no sólo ‘avanza’ hacia la sociedad por pura voluntad de dominio, sino que el establecimiento de las fronteras entre el uno y la otra es un proceso de marchas y contramarchas donde ambos actores manifiestan autonomía relativa”.

Así, más presencia del Estado de cara a la sociedad -que puede significar nuevas escuelas, ampliación de beneficios previsionales, la Asignación Universal por Hijo (AUH) o el nuevo régimen laboral que ampara al empleo doméstico- , bien puede significar más y no menos vitalidad y fortaleza de esa sociedad civil. El problema para entender esto lo tienen quienes ven cualquier situación de mayor presencia del sector público como pura cooptación, sujeción, debilitamiento de la sociedad civil.

O expresado de otro modo, como lo dijo el mes pasado la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff: “el pueblo cuanto más tiene más quiere”.

Larga vida a la vital sociedad civil argentina. Y ahora sí, a la disputa por las bancas, que faltan dos meses.