Carrió, Carrió, gran conductor(a)

El gran ganador de las primarias porteñas del domingo pasado fue, sin dudas, el líder del PRO, Mauricio Macri. Su protegido, Horacio Rodríguez Larreta, se impuso como candidato y, al mismo tiempo, su fuerza política conservó el caudal de votos que había conseguido de su mano cuatro años antes.

Sin embargo, la gran conductora política en términos electorales en la Ciudad de Buenos Aires no fue otra que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Si bien la diputada no apoyó al precandidato que obtuvo más votos -se inclinó formalmente por Martín Lousteau, aunque también realizó múltiples guiños a la derrotada en el PRO, Gabriela Michetti-, Carrió, como solía decir Juan Domingo Perón, “clavó una pica en Flandes” al promover con fuerza una oferta electoral que permitiera relegar a un tercer puesto a nivel local al Frente para la Victoria. Continuar leyendo

Del otro lado del espejo, el FPV

La crisis, el neviosismo, los movimientos intensos y apresurados, las declaraciones estridentes que por estos días saturan a las fuerzas de la oposición difícilmente ocurrirían si, del otro lado, el Frente para la Victoria no hubiera logrado cierta estabilidad política.

En un año difícil económicamente, que comenzó en enero con una devaluación del peso, el Gobierno nacional llega a fin de 2014 con una situación cambiaria -variable que suele ser un termómetro de tensiones políticas- relativamente estabilizada. Queda por ver todavía cómo se desarrolla el siempre intenso diciembre, pero las perspectivas para la gestión de la presidenta Cristina Kirchner no son lo preocupantes que algunos sectores opositores auguraban algunos meses atrás.

A pesar de los fuertes debates internos por definir la sucesión de Cristina Kirchner, el Frente para la Victoria logró una serie de puntos de acuerdo. Los “garrochazos” que distintos analistas pronosticaban luego de la derrota oficialista en la provincia de Buenos Aires en 2013 no se concretaron. Todos los precandidatos del Frente para la Victoria parten de la base de ratificar las políticas del Gobierno nacional y sumarle a eso su propio estilo.

No es que no haya debates: por ejemplo, el referente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro advirtió que “ni (Daniel) Scioli ni nadie es invencible en las PASO y criticó a sectores que se apuran a “sacarse una foto” con el gobernador bonaerense.

“El determinismo de seguir a Scioli nos hace pensar que es el candidato natural y eso no es así”, subrayó Navarro

A su vez, Scioli aprovechó para mostrarse con gobernadores afines, pero otros precandidatos también buscaron mostrar sus ambiciones. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, participó de un acto con dirigentes de La Cámpora en Río Gallegos. Allí reclamó una discusión al frente del oficialismo. Y pidió definir “si somos representantes genuinos de este modelo de desarrollo social, independiente y autónomo, o si somos empleados del poder corporativo y mediático, que tanto daño le ha hecho a la Argentina”, en lo que pareció una nueva crítica al gobernador bonaerense.

En el debate también se metió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Sostuvo que el dirigente que “pretenda” suceder a Cristina Kirchner dentro del Frente para la Victoria y llevar sus “banderas a la victoria electoral en el 2015″ deberá “interpretar su proyecto político” y “garantizar su continuidad”. “De la base territorial existente, su consolidación, y una excelente interpretación de este proyecto político, junto a su continuidad en los próximos años, naturalmente surgirá quien efectivamente lleve estas banderas a la victoria electoral en el 2015″, afirmó el jefe de ministros

Como se ve, hay disputas e indefiniciones también en el partido de gobierno. Pero a diferencia de las que por el momento muestra la oposición -el show de Elisa Carrió fue apenas un capítulo más- se dan en un marco limitado. Parece ya un lugar común decir que los peronistas cuando se pelean se están reproduciendo. En pocos meses veremos si la máxima se ratifica.

Después del Mundial

El Gobierno nacional viene atravesando los últimos tres meses con relativa calma política y económica, en comparación con los agitadísimos días que debió enfrentar sobre todo en diciembre y enero pasados.

Se podrían repasar algunos de los elementos que sustentan esta situación de estabilidad con hechos ocurridos durante los últimos meses:

  • Reducción del ritmo inflacionario, según determinan tanto las cifras del INDEC, como las estimaciones del sector privado.

  • Finalización de buena parte de las paritarias en el sector privado y el sector público, con actualizaciones salariales que -al igual que en los años anteriores- estuvieron por encima del supuesto “techo” que desde los medios de prensa se planteaba que iba a fijar el Gobierno.

  • Finalización del litigio con Repsol por la nacionalización de la mayor empresa del país, la petrolera YPF.

  • Anuncio de nuevos programas sociales, como el PROGRESAR, para jóvenes que no trabajan ni estudian y actualización de los montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH).

  • En el terreno de las relaciones internacionales: visita del canciller chino, quien ratificó créditos para obras de infraestructura en la Argentina y la llegada de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, quien eligió Buenos Aires como primer destino en una gira internacional en este nuevo mandato. A eso habría que sumar la decisión del gobierno de Barack Obama de respaldar a viva voz la posición argentina ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

Un elemento político adicional ha sido la definición de las nuevas autoridades del Partido Justicialista. Su composición, en la que la llegada a la presidencia del gobernador jujeño, Eduardo Fellner, no parece ser el dato más importante, va en contra del “sentido común” que algunos medios y analistas buscaron instalar en los últimos meses:

  • No se produjo una “sangría” de dirigentes del Frente para la Victoria hacia las filas de Sergio Massa.

  • El gobernador Daniel Scioli viene ratificando su intención de ser precandidato presidencial por dentro del Frente para la Victoria.

  • No sólo el mandatario bonaerense tiene las mismas aspiraciones: el partido designó como “vicepresidentes honorarios” a Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Agustín Rossi, Sergio Urribarri, Juan Manuel Urtubey y Aníbal Fernández, poniéndolos en una línea de larga que puede llevar a algunos de ellos a las primarias.

  • La agrupación oficialista La Cámpora, a la que se plantea en permanente tensión con el resto de la estructura del PJ, ubicó dirigentes en distintas instancias del partido, algunas de ellas clave, como una vicepresidencia y la secretaría general.

En base a estos y otros elementos, la posibilidad de mantener niveles adecuados de estabilidad económica y política serán condiciones necesarias para que algún candidato del Frente para la Victoria se muestre competitivo en las elecciones nacionales de 2015.

Lo que también habrá que tener en cuenta es cómo reaccionan los otros jugadores del tablero político y también económico ante este relativo fortalecimiento de las posiciones del oficialismo. Por ejemplo, no parece verosímil la afirmación que hizo el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, a una radio porteña hace pocas horas: “Nosotros no hacemos política”. La renovada presencia pública del titular de la Asociación de Bancos, Jorge Brito, con una entrevista a la agencia internacional Bloomberg en la que vaticinó una mayor devaluación del peso y un texto publicado en un diario económico en la que reclamó “convicción para mantener el superávit fiscal” de cara al período 2015-2020 no dejan también de llamar la atención en ese contexto.

¿Y entonces, el 2015? Primero, lo primero. Y lo primero es “después del Mundial” -el período bisagra con el que por aquí y por allá se escucha dividir al año en curso. Que se abra entonces un lapso con mayores o menores niveles de conflictividad empezará a delinear en parte el escenario de cara a la etapa electoral.