Por: Nicolás Tereschuk
El gran ganador de las primarias porteñas del domingo pasado fue, sin dudas, el líder del PRO, Mauricio Macri. Su protegido, Horacio Rodríguez Larreta, se impuso como candidato y, al mismo tiempo, su fuerza política conservó el caudal de votos que había conseguido de su mano cuatro años antes.
Sin embargo, la gran conductora política en términos electorales en la Ciudad de Buenos Aires no fue otra que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Si bien la diputada no apoyó al precandidato que obtuvo más votos -se inclinó formalmente por Martín Lousteau, aunque también realizó múltiples guiños a la derrotada en el PRO, Gabriela Michetti-, Carrió, como solía decir Juan Domingo Perón, “clavó una pica en Flandes” al promover con fuerza una oferta electoral que permitiera relegar a un tercer puesto a nivel local al Frente para la Victoria.
Estas apreciaciones no surgen de un análisis teórico, sino de las propias palabras de Carrió. Pocas horas antes de que se implantara la veda electoral, Lousteau subió un video a su canal oficial de Youtube en el que se ve a la dirigente chaqueña en el programa “Desde el Llano”, de Joaquín Morales Solá, donde había dado un mensaje claro a sus seguidores porteños: “Nosotros tenemos que consolidar que la primera fuerza sea el PRO y la segunda fuerza sea ECO para que después ellos disputen la Capital. Lo peor que le puede pasar a la Capital hoy es que el segundo lugar lo ocupe La Cámpora. Entonces yo les pido a los que me han votado, a los que no saben quién es mi candidato, que es Lousteau”.
Carrió, al decir del conocido bloguero Manolo, la “medium de los sectores medios” porteños, hizo así un llamado de tono táctico y punteril a los votantes de la capital para que se inclinaran por Lousteau con el objetivo de relegar territorialmente al Frente para la Victoria y tratar de potenciar la alianza nacional que junto con el radical Ernesto Sanz mantiene con Macri. Como señaló Carrió en otra entrevista que ofreció pocos días antes de las elecciones porteñas también al canal Todo Noticias, su interés único es “la cuestión nacional”. “Estoy encantada porque yo pienso que el resultado de la Ciudad va a ser un 70 por ciento a favor de la alianza nacional, así que estoy feliz porque esto lo armamos en enero y salió bárbaro”.
Así, la flamante fuerza “Eco” se presenta como competidora de Macri en la Capital aunque con un formato light y sin ataques serios a la hegemonía política y discursiva del PRO. Casi como una colectora que permitió -hasta el momento- relegar al tercer puesto al oficialismo nacional. Lo hizo de la mano de Lousteau y también de la antigua socia de Carrió, Graciela Ocaña, quien obtuvo una importante cantidad de votos.
Vieja baqueana en las cuestiones electorales porteñas, la candidata presidencial que en ese territorio en 2007 venció a Cristina Kirchner ayuda así a su antiguo “límite” y actual aliado Macri a dejar bien alambrado su distrito sin que pase demasiados sobresaltos.
La táctica de promover -¿incluso también con fondos para la campaña?- a un candidato “de paja” para relegar a un tercer puesto a los verdaderos competidores se trata de una práctica antigua en muchos municipios argentinos en los que el intendente es fuerte políticamente y quiere asegurarse seguir siéndolo. Los porteños tendrán que estar atentos a otra situación que suele pasar en esos casos: los legisladores que son elegidos en los partidos de esos candidatos “muletto”, tarde o temprano terminan formando parte de las mayorías que responden del jefe comunal.
En un distrito en el que nunca un dirigente peronista fue electo como jefe de Gobierno porteño, el plan, por el momento, funcionó de manera aceitada por timing propio y debilidades ajenas. Veremos qué ocurre en las elecciones generales de julio. Y también si la coalición entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica se las arregla en el distrito único en el que se convierte el país en las elecciones presidenciales para desarrollar estrategias que le permitan avanzar con tanta efectividad.