Una vez más el Poder Ejecutivo alteró la división de poderes democráticos. Al decidir por decreto modificar la carga tributaria a pedido de las cámaras empresariales y los sindicatos amigos ha relegado al Congreso de la Nación.
Si la presidenta quiere combatir realmente a las corporaciones debe dejar de pedir consejos a los banqueros y atreverse a dejar que se discutan los temas en el Congreso porque quienes debemos discutir los impuestos somos los 72 senadores y 257 diputados que representamos al pueblo argentino. Pero lamentablemente ésta es una práctica cada vez más extraña.
He presentado durante el 2012 un proyecto de ley para establecer un sistema de ajustes automáticos de las deducciones personales para que éstas no se transformen en dádivas del poder. Porque el año que viene va a haber inflación y sin elecciones no habrá nuevas actualizaciones lo cual licuará los beneficios recientemente otorgados. Y esto es lo que queremos evitar.
Desde el año pasado vengo pidiendo el tratamiento de mi proyecto y el de otros senadores tanto en comisiones como en el recinto porque tengo la convicción de que es en el debate donde surgen los aportes enriquecedores. Pero como el año pasado el gobierno no había perdido las PASO, y como no tenía necesidades electorales, desde el bloque del Frente para la Victoria no quisieron dar lugar al debate.
Hoy, en otro contexto, con la necesidad de modificar los humores sociales, el kirchnerismo se apropió de un tema que desde hace tiempo venimos reclamando desde muchos sectores como es la necesidad de modificar los mínimos del impuesto a las ganancias. Pero lo hizo con medidas mediáticas que excluyen cuestiones de fondo como las ganancias para los trabajadores autónomos, el mínimo no imponible para bienes personales, la tabla de alícuotas del artículo 90 del impuesto a las ganancias o que haya mecanismos automáticos y no electoralistas para fijar las subas en asignaciones familiares y en las deducciones personales de ganancias.
Estas cuestiones son contempladas por el proyecto número 1839/12 que es el que he presentado con el acompañamiento de los senadores radicales Alfredo Martínez, Luís Naidenoff, Oscar Castillo y Pablo Verani. Además, también incluimos otros aspectos como la transformación de la deducción por hijo en un pago a cuenta de un impuesto equivalente a la Asignación Universal por Hijo y la disminución de las asimetrías entre trabajadores en relación de dependencia y los autónomos a los efectos de las deducciones personales.
Todos estos pudieron haber sido nuestros aportes en caso de que hubiera existido un debate, en caso de que se hubiera respetado el rol del Congreso. Pero como ya mencionamos este rasgo democrático fundamental cada vez es más difícil de encontrar. Y hoy, en lugar de una reforma del impuesto a la ganancia integral, sustancial, sólida y consensuada, tenemos una decisión unilateral, electoralista y mediática que quedará sin efecto el próximo año.