Los fondos especulativos siguen ganando

Nito Artaza

El Frente para la Victoria logró con 57 votos darle media sanción al proyecto para suspender sin plazo los artículos 2, 3 y 4 de la denominada Ley cerrojo. Según explicaron desde el oficialismo, con esta nueva reapertura del canje lo que se busca es saldar la deuda que el país tiene con los acreedores privados externos por 81.836 millones de dólares. En el Congreso de la Nación expresé mi rechazo frente a una medida que beneficiará a aquellos tenedores de bonos que no son otros que los fondos especulativos ligados a los bancos y al sistema financiero.

Una vez más, el kirchnerismo nos muestra su extraña forma de combatir la especulación y pone en evidencia la dualidad de relatar por izquierda y pagar por derecha. Cuando el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Hernán Lorenzino, y el secretario de Políticas Económicas, Axel Kicillof, concurrieron al Congreso para exponer sobre el proyecto propuse, sin éxito, que por una vez los bancos dejen de mirar para el costado y se hagan cargo del pago de la deuda con parte de los 19.500 millones de dólares con los que fueron compensados por el Estado Nacional.

Sin embargo, me pregunto por qué los bancos no pueden hacerse cargo si fueron compensados con dinero de todos los argentinos que se pudo haber utilizado en mejorar la salud o la educación antes que en comprar el champagne con el que brindaron los banqueros. Este gobierno, que dice enfrentar y combatir las corporaciones, tiene que disfrazar el hecho de ser el gobierno que más benefició a los bancos en la historia de nuestro país. Y ahora, una vez más, avanza para que los banqueros vuelvan a brindar con champagne.

Todavía hay cientos de ahorristas que no han cobrado el dinero que les robaron los bancos en el 2001, lo cual vuelve más inaceptable esta decisión de seguir entregándole el dinero de todos los argentinos a sectores que ya fueron ampliamente beneficiados. Pero hoy este kirchnerismo derrotado en las urnas va detrás de los acontecimientos y decide reabrir el canje para generar cierta seguridad jurídica que atraiga inversiones de capitales extranjeros. Pero si éste es el objetivo, hay muchas cosas más importantes para los inversores que pagarle a los fondos buitres.

El cepo cambiario impuesto luego del triunfo en las anteriores elecciones presidenciales, las restricciones cada vez mayores al giro de utilidades por parte de las empresas extranjeras, el cambio permanente de las reglas de juego para la inversión y la falta de reglas claras para las importaciones de insumos son algunos de los aspectos que habría que modificar si queremos generar una verdadera y duradera seguridad jurídica. Seguramente los banqueros brindarán con champagne una vez más para celebrar esta nueva ley que el gobierno les está regalando. Sin embargo creo que lo que debemos preguntarnos es cómo elevar el nivel de vida de los más pobres en vez de seguir haciendo felices a quienes especulan con bonos en default.