El candidato a diputado nacional Hermes Binner dice que merecemos tener un “país normal”. Pero Santa Fe, gobernada por su Frente Progresista, es la provincia de la desigualdad. Un puñado de sojeros y empresarios usa autos de alta gama, vive en barrios privados y en las lujosas torres elogiadas por Cristina en el acto por el Día de la Bandera. Pero la mayoría trabajadora vive en barrios que se inundan, sin gas, sin cloacas ni servicios elementales. Los barrios populares sufren la impunidad de las bandas de narcotraficantes que, amparados por la policía, jueces y funcionarios, asesinan a cientos de jóvenes.
En Santa Fe los hospitales públicos están colapsados y son pocos. Los médicos y enfermeras trabajan largas jornadas, precarizados y a veces sin recibir salarios. Los colegios se caen a pedazos. Los docentes llegan “rotos” a la edad jubilatoria y encima son atacados por Bonfatti, Binner y Cristina cuando salen a reclamar. Muchos chicos dejan la escuela porque deben trabajar para sostener a sus familias. Cada día, ocho menores de quince años se convierten en madres, pero en Santa Fe no hay educación sexual ni guarderías para que puedan seguir estudiando.