Crónica previa de un conflicto sin sentido. La diplomacia y las propuestas que el nacionalismo no estuvo dispuesto a aceptar. Realidad y futuro de una controversia que duele, y que puede empeorar.
Cada 2 de Abril, desde hace muchos años, intento ponerme en la piel de cada soldado, de cada piloto y de cada marino que enfrentó la crudeza del Atlántico Sur. Los he recordado siempre como los héroes de la Patria y lo seguiré haciendo. Hombres y mujeres que pusieron su vida al servicio de una causa que, aunque legítima en origen, su forma era ilegítima y contraproducente en términos políticos.
Para marzo de 1982 el país ya estaba convulsionado y las protestas se repetían a lo largo y a lo ancho del territorio. Se escuchaban consignas que planteaban los dirigentes políticos y sindicales acerca de la necesidad de ponerle un fin urgente y terminante al estado de sitio y a la desastrosa conducción económica del país. La población estaba sumida en una situación asfixiante. Continuar leyendo