El grooming es un mal de nuestro tiempo. Para quienes no lo saben, es toda estrategia realizada por un mayor de edad a través de un medio de comunicación electrónico con el fin de ganar la confianza de un menor y obtener concesiones de índole sexual. Cuando en 2008 se presentó el primer proyecto en el Congreso de la Nación, la mayoría de nosotros ni siquiera conocía la palabra. Sin embargo, muchos chicos y adolescentes habían sido ya víctimas de esta horrible práctica.
Lamentablemente los tiempos legislativos no son sencillos, como tampoco lo son los de la justicia. En estos años muchas madres recorrieron tribunales buscando un magistrado que se disfrazara de héroe ante la falta de una figura legal que castigara a los abusadores de sus hijos, y al mismo tiempo también vieron hundirse todos y cada uno de los proyectos presentados en el Congreso de la Nación por falta de tratamiento.