“El tiburón se baña, pero salpica”

José Miguel Gómez

Presidente de Cuba, 1909-1913.

 

La corrupción no será el oficio más viejo del mundo, pero sí es una práctica que se remonta a tiempos inmemoriales, en la que siempre han jugado papeles determinantes el dinero, la política y lo que se deriva de ambas en variables proporciones, el poder.

La realidad es que no existe propuesta política que no haya tenido representantes vinculados con la corrupción en cualquiera de sus expresiones, particularmente la económica y el abuso de poder, otra forma de corrupción, al igual que el tráfico de influencias y el soborno.

La amenaza y la presencia de la corrupción son proporcionales a la respuesta de que es capaz la sociedad y su gobierno para erradicarla.

Por otra parte, la empresa privada tampoco está exenta de ese flagelo. Los gerentes de una corporación o el propietario de una barbería pueden fiscalizar mejor su negocio que un administrador público, sin embargo, el mal manejo de bienes y utilidades en cualquier instancia de una entidad es una posibilidad. Continuar leyendo