Entre el 11 y el 24 de septiembre estaré de recorrida por Estados Unidos. Iré a universidades, institutos y organizaciones como la OEA y la ONU y mantendré diversas reuniones con diferentes grupos que se destacan en el labor por la igualdad de derechos y la inclusión social.
Algunas de las reuniones que mantendré en esas semanas incluyen reuniones con representantes de la National Gay and Lesbian Chamber of Commerce, la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, miembros del Departamento de Estado y la ministra Trotta en el Consulado Argentino en Nueva York, entre muchas otras.
Hoy con mucha alegría y tratando de representar a muchos jóvenes voy a estar hablando en la Universidad de Harvard, en donde me voy a juntar con distintos especialistas sobre temas de juventud y violencia de género para poder intercambiar distintas experiencias. Luego voy a habar en la Amherst College, la Universidad de Columbia y expondré en la Bill & Melinda Gates Foundation, donde buscaremos entender como aplican los planes de bibliotecas en distintos puntos del mundo y por supuesto fijar puntos de trabajo en la agenda de inclusión.
Es una oportunidad única para no sólo conocer en profundidad otra gente y cultura sino también entender las diferentes realidades y posturas en varias temáticas, aunque focalizando en la inclusión y la igualdad de derechos para las minorías.
Creo firmemente que estos son temas igualadores. En todo el mundo debemos avanzar hacia la protección y amplitud de la defensa de la igualdad. Tengo 22 años y sé que no soy un académico pero creo entender que necesitamos de la tolerancia y el respeto para construir un mundo más justo y feliz.
Desde la Argentina y la Ciudad tenemos muchas razones para estar orgullosos y sentir que nuestras políticas en inclusión son realmente aplaudidas en todo el mundo: matrimonio igualitario, ley de identidad de género, la no discriminación en los formularios de pre donación de sangre en la Ciudad de Bueno Aires y la reciente ley que sancionó el Congreso de la Nación sobre prevención de violencia en las escuelas, en la cual con orgullo junto a la diputada Cornelia Schimdt Liermann pudimos introducir un 0800 nacional para recibir las denuncias de los chicos, logramos que se fije un manual de procedimiento en estos casos para los profesores y fijamos la asistencia psicológica, psiquiátrica y medica tanto para el acosador como para su víctima. Tenemos la autoridad más que necesaria para poder intercambiar opiniones y demostrar lo hecho.
Pero el trabajo diario por la diversidad, inclusión y el respeto construye la verdadera igualdad de oportunidades. Necesitamos los avances estructurales pero el verdadero consenso social y la unión y aceptación de nuestras diferencias se logra con los pequeños avances también.
En la Ciudad de Buenos Aires hay varios ejemplos que acompañan esta visión. Desde la implementación de políticas específicas hasta el fomento de actividades y disposiciones que benefician la pluralidad y la inclusión.
En un mundo cada vez más unido, necesitamos comunicar nuestras experiencias y nuestras distintas opiniones para poder crear un consenso que nos permita afianzar el presente y consolidar un futuro en común.
Espero que la vuelta me encuentre una persona mejor preparada y más receptiva a los otros. Para así poder seguir ayudando día a día, desde mi lugar, en la construcción de un país integrado, inclusivo y más igualitario. Sé que se puede.
Estoy feliz de ser un joven argentino. Somos un ejemplo en el mundo. Tenemos que seguir sumando cada vez más voluntades que quieran cambiar el mundo.