Puedo recordar aquella tarde volviendo de mi último año de la secundaria cuando prendí la televisión y vi a Mauricio Macri junto a la entonces ministra de Desarrollo Social, Maria Eugenia Vidal inaugurar un centro de estimulación temprana. Fue ese momento en el que sentí que tenía que formar parte de un proyecto que estaba pensando a largo plazo, focalizando la política pública y atacando el problema de raíz: la desigualdad. No fue difícil poder ingresar en un partido donde quienes lo dirigen se sientan con vos a charlar cuando lo necesitás y, obviamente, si su agenda lo permite. Ser del PRO significa dejar la revancha como bandera política, ser del PRO significa entender que juntos y generando consensos se gobierna y se trabaja mejor, y esto se entiende de esta forma porque se cree y se valora que la gestión pública es para la gente que vive día a día y no para un relato que sólo repiten los obsesionados de la dialéctica política. Continuar leyendo