Nadie ignora que somos testigos de una vertiginosa revolución digital. Mucho se habla hoy de los importantes avances en materia de ciencia y tecnología, pero poca atención se ha prestado aún a las oportunidades que surgen en materia de transformación social y cultural.
La irrupción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas, especialmente aquellas aplicadas a la comunicación, han cambiado por completo la vida cotidiana de las personas. Cambió la forma en que nos expresamos, la forma en que nos relacionamos, la forma en que consumimos, creamos y producimos. Cambió, en definitiva, la forma en que interactuamos con nuestros pares y con el mundo.