El ascenso del general César Milani a la jefatura del Ejército ha suscitado un amplio debate en la opinión pública, a partir del surgimiento de numerosos indicios de que participó en la represión ilegal durante la última dictadura. La cerrada defensa de Milani que el oficialismo llevó a cabo constituye un lamentable retroceso, que aparta al gobierno de una política de derechos humanos que había recibido el apoyo mayoritario de todas las fuerzas políticas.
Los testimonios de víctimas de violaciones a los derechos humanos que apuntaban a Milani no son nuevos, pero tomaron nuevo impulso a partir de su nombramiento como jefe máximo de la fuerza. Reclamamos entonces el retiro del pliego de ascenso de Milani del Senado de la Nación, y su inmediato cese como jefe de la fuerza. Lo hicimos convencidos de que todos los testimonios deben ser escuchados, y de que el Ejército debe estar encabezado por una persona intachable en términos morales y de apego a los derechos humanos.