En Argentina estamos de campaña. Pero no hay política aquí. La política está en Brasil. Ningún político nos habla como hoy Jorge Bergoglio les habló a nuestros jóvenes y al mundo. Ninguno de los candidatos a representarnos dice algo que emocione, interpele, convoque.
En su breve mensaje, el Papa habló tres veces de valores, una palabra que los políticos locales no usan porque la creen pasada de moda. No es cool. Francisco mostró una mayor conexión con la realidad que viven los argentinos que todos los candidatos.
Desde las periferias sociales, políticas y existenciales de nuestro continente, denunció a “los mercaderes de la muerte”, cuyo lucro con las drogas implica la destrucción y muerte de tantos jóvenes. “No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química”, advirtió Bergoglio, sin que ningún dirigente argentino se sintiese responsable. En cambio, un candidato dijo en lo que pretendió ser una respuesta al Papa, que en el Congreso se debatió una ley de atención integral al adicto ¡Como si hiciera falta una ley para ocuparse del problema!