Mucho se ha escrito y escuchado ya sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman y las implicancias de todo tipo que ese luctuoso hecho ha desatado.
La muerte política violenta ha vuelto a la Argentina; de allí la conmoción que se ha generado y la enorme adhesión que la Marcha del Silencio cosecha día a día.
Nosotros los fiscales la hemos convocado para rendirle a Nisman el homenaje que el Estado argentino no le tributó. No hubo días de duelo ni bandera a media asta, ninguno de esos simbolismos con que los gobiernos expresan la importancia que le asignan a una muerte que toma estado público. Nosotros mostraremos la importancia que le asignamos a la primera muerte de un fiscal de manera violenta en esta época democrática. Continuar leyendo